Unicaja Baloncesto | Entrevista a Carlos Suárez

“Al Unicaja siempre se le dio bien el más difícil todavía”

  • El capitán reapareció, tras dos meses lesionado, en la Copa

  • “Me sentí bastante mejor de lo que esperaba, sin ritmo, pero bastante bien”, explica el capitán cajista sobre sus sensaciones al regresar en el WiZink Center

Carlos Suárez contempla un partido durante su convalecencia.

Carlos Suárez contempla un partido durante su convalecencia. / Javier Albiñana

Carlos Suárez (Aranjuez, 1986) cumple su sexta temporada en Málaga. Apura en este parón competitivo para afinar su forma y regresar a tope. En el silencio de un Carpena casi a oscuras, el capitán cajista reflexiona durante media hora sobre la situación del equipo, la suya personal, lo que viene ahora. Manda un mensaje positivo tras la decepción copera, a la que no pone paños calientes, pero también hay un reconocimiento explícito de lo que el equipo hace mal. Se le ilumina la cara especialmente cuando habla de la Eurocup.

–Ha pasado una semana larga ya de la derrota copera. ¿Cómo se ha digerido?

–Estábamos fastidiados, no logramos llegar más lejos de lo que pensábamos. Pero hay que afrontarlo de la mejor manera posible, corregir errores, aunque ahora debemos esperar a que los internacionales regresen de sus selecciones. Es un poco atípico, pero hay que ser positivos. No es un desastre absoluto. No hemos cumplido uno de nuestros objetivos, que era pasar a semifinales, y hay que mirar hacia delante y ver que también hemos hecho cosas buenas y que estamos en una situación muy buena en ACB.

–Chocó un poco ver que el equipo no estuvo casi ni en partido cuando se venía de un subidón tras ganar a Madrid y Manresa.

–Sí, ya dije antes de la Copa que allí los partido son diferentes. Fuimos los primeros en jugar, el ambiente es un poco más frío de lo que es después y había que estar muy metidos. Debimos salir más intensos, igual nos pudo un poco la situación y nos bloqueamos. No fue falta de actitud ni nada. Bloqueo mental seguramente, pero en absoluto actitud. Estuvieron mentalmente mejor, lo afrontaron mejor. Y estos partidos se deciden muchas veces ahí.

–Tras dos meses fuera, ¿cómo se encontró?

–Mejor de lo que pensaba, sinceramente. Llevaba dos entrenamientos con el grupo y alguno no lo acabé porque debía ir poco a poco. Quería estar allí para ayudar, jugué lo que jugué y me encontré bastante mejor. Es cierto que sin ritmo, me hubiera gustado volver dos semanas antes, para haber cogido sensaciones. Pero la verdad es que fue bien. Lástima del resultado, obviamente me hubiera gustado otra cosa.

Somos un equipo muy bueno, pero para lograr algo grande tenemos que mejorar defensivamente

–¿Sin molestias los días posteriores?

–No, nada. Voy un poco con el freno de mano echado, poco a poco. Pero estoy bien, he entrenado con los chavales del júnior y los que se han quedado aquí sin ir con su selección. Me lo estoy tomando de manera mucho más seria que si no me hubiera lesionado porque tengo que hacer un trabajo extra que los demás para recuperar ese tono físico que he perdido en esta inactividad.

–Las lesiones musculares, suelen decir compañeros suyos, son más peligrosas que esguinces o golpes.

–Era complicado porque no te duele nada, estás bien y te sientes apto para poder jugar. Es mucho mental, quieres jugar pero el músculo te dice que no. Debes ser consecuente y jugar con el freno de mano echado. Te encuentras bien, como me pasó, y de pronto te da un pinchazo. Me pasó otras veces y hemos llegado bien. Los fisios y Diego han hecho un trabajo increíble y estoy otra vez apto.

–Le pasó otra vez que se lesionó el gemelo y recayó.

–Sí, me dio en mi segunda temporada (2014/15) en pretemporada. Tengo una pequeña lesión en la rodilla de cuando era joven e igual sobrecargo esa zona muscular, puede ser eso. No suelo tener problemas, pero las cosas pasan por algo. Me lesioné contra Turín pero en el partido de antes contra el Barcelona metí un triple desde ahí en el frontal (señala el punto exacto de la pista). De la tensión me noté agarrotado pero miramos y no había ninguna rotura. Luego, contra Turín terminé de romperme. Fue, creo, de esa tensión en el partido contra el Barcelona cuando, entre comillas, ya me había lesionado un poco.

No estuvimos bien en la Copa, pero si vamos cuartos en la ACB es que hacemos muchas cosas bien

–El equipo le ha ganado a Madrid y Barcelona y ha tenido picos buenos. Parece que el techo es alto.

–Tenemos un gran potencial, lo hemos demostrado contra los mejores equipos de Europa, pero no somos un equipo que dependa de un solo jugador. Se nos ha lesionado, aparte de Alberto, el jugador que más desequilibra, como es Jaime, pero no podemos empezar a llorar por las bajas. Tenemos que dar un paso al frente, todos juntos. Si lo hacemos, todos juntos, podemos competir con cualquiera. Tenemos una cosa que no tienen otros equipos y es que mucha gente tiene puntos en las manos. Es lo que, entre comillas, da dinero. Pero tenemos que tener más dureza atrás para afrontar los próximos compromisos.

–Habla de esa dureza atrás. ¿Cómo se consigue? ¿Más comunicación? ¿Ponerse cada uno más agresivo?

Tenemos que poner más energía, ponernos más. No preocuparnos por si un día metes cinco o 20. Esto es un equipo y es lo que tenemos que pensar. Tenemos que ir todos a una. Ya nos pasó hace dos años, perdimos en cuartos de la Copa, todo era un desastre, teníamos el factor cancha en contra... Fuimos todos a por todas, afrontamos la situación de la mejor manera y logramos algo histórico, la primera vez que alguien ganaba con todas las eliminatorias con factor cancha en contra. Nos llevamos un título y eso es en lo que tenemos que pensar. Somos un equipo muy bueno, lo pienso sinceramente, pero para lograr algo grande tenemos que mejorar en la faceta defensiva, está claro.

Carlos Suárez lanza durante un entrenamiento reciente. Carlos Suárez lanza durante un entrenamiento reciente.

Carlos Suárez lanza durante un entrenamiento reciente. / Javier Albiñana

–Se juega a un ritmo alto, como quiere el entrenador. ¿Dispersa eso un poco a la hora de defender?

–No, porque lo hemos demostrado en buena parte de la temporada. Es verdad que hemos estado varios lesionados, hay menos rotación y eso al final hace que te cueste más, hay más carga de minutos. Cuando recuperamos gente podemos dar ese paso, cuando estemos todos se verá una gran mejoría. Lo hemos demostrado al principio de temporada. Somos los mismos jugadores, tenemos que metérnoslo en la cabeza, y podemos competir con cualquiera.

A Wiltjer lo sufro en cada entrenamiento y es un tormento, mete muchísimo; va a acabar jugando muy bien

–¿Cómo se ve el baloncesto desde fuera?

–Cuesta, cuesta. Lo vives peor, estás muy mal. Estás todo el rato sufriendo. Es una lesión complicada, porque te ves bien de sensaciones pero clínicamente no estás bien. Se pasa mal ahí con Alberto, comentas el partido, de los nervios... El partido del Madrid fue un día increíble por todas las situaciones y emociones. Pero ya estamos de vuelta y me centro en ser el de antes de la lesión, creo que llegaré bien para ayudar en las facetas que más hacen falta.

–¿Le gustaba lo que veía desde fuera?

–Me gustaban muchas situaciones. Todas las temporadas todos los equipos del mundo tienen sus picos y malos momentos. El equipo ha sabido salir. Perdimos contra Valencia, Baskonia o Tenerife, pero le hemos ganado a Madrid o Manresa. La gente que viene al Carpena disfruta con el equipo. Es cierto que no estuvimos bien en la Copa. Pero si vamos cuartos en Liga es porque hacemos muchas cosas bien.

–Es su sexta temporada en Málaga. Hemos visto partidos de mucha brillantez de juego, como hacía tiempo que no se veía. ¿Es posible prolongarlos?

–Sí, tenemos que concienciarnos. Nos afectó muchísimo, hay que reconocerlo, el parón de noviembre de la primera ventana. Íbamos en velocidad de crucero y al regresar no volvimos a ser ese equipo que éramos. Esperemos que ahora nos pase al revés. El comienzo de Liga fue muy bueno, pero la baja de Alberto también afecta. Es un jugador que nos da mucha energía en la primera línea. Cuando recuperemos a los lesionados podemos volver a ese principio de temporada.

–¿Le ha sorprendido Jaime?

–En su primer partido con el Estudiantes estaba con él. Lo recuerdo porque era el primero de pretemporada y justamente en la rueda de calentamiento me dicen que yo había fichado ya por el Madrid. Ese partido él metió 27 puntos al Khimki, era una gira que hicimos en pretemporada. Se le veía ya que era descarado, diferente, español, que también siempre te duele a la hora de perder. No digo que a los demás no, pero los de casa siempre estamos más arraigados al club o la ciudad. El jugador extranjero viene de otra cultura, tiene una manera de ser diferente. Que viene bien seguramente para otras cosas. Creo que el club ha acertado plenamente este verano al ficharle aunque ha costado un dinero. Hablé hace dos o tres años en verano, una vez que vino él a Málaga, y le dije que tenía que salir, él lo puede decir, de esa zona de confort en la que estaba en el Estudiantes y mira, tuve razón. Eso le ha hecho explotar.

Casimiro ha evolucionado en su manera de ver el baloncesto, ha sabido cambiar

–Hablaba del jugador español y el extranjero, pero desde fuera se ve un grupo que se lleva muy bien sin distinciones.

–Sí, sí. Eso es primordial en un equipo porque nos vamos a ver las caras más que a nuestras mujeres o nuestros hijos o cualquier familiar. Es primordial que haya buena química o buen rollo. Aunque en el entrenamiento tenemos que ir a full, como si nuestro compañero fuera nuestro rival. Eso es bonito también, pero también debe haber química.

–Su compañero de posición, Wiltjer, tiene una capacidad de anotación increíble pero se le reprocha falta de dureza.

–Pega, pega. Pega duro (risas). Lo sufro en cada entrenamiento y es un tormento porque mete muchísimo. Todo jugador tiene sus picos, no somos máquinas. Él se ofusca mucho por tema de responsabilidad. Soy de los que piensa que va a jugar muy bien a partir de ahora. A lo mejor cuando me lesioné él debía tener más responsabilidad atacante, le va a venir bien que vuelva y creo que va a ser el que vimos. Hay que ser pacientes. Tenemos un reto bonito, meternos en la siguiente ronda de la Eurocup ante un rival como el Alba. Aunque tengan el factor cancha a favor, debemos ir a por todas. Kyle va a ser muy importante, es un tío que desatasca, es uno de los tres mejores anotadores que tenemos.

–¿Cómo ha visto a Dani Díez?

–Muy bien, ha hecho un trabajo increíble fuera de su posición, pegándose con gente mucho más grande. Muy metido en defensa y rebote. La gente dirá que igual no mete... En el equipo tenemos gente que mete de sobra, igual nos falta gente que haga otras cosas que el espectador no valora tanto pero te hace ganar partidos y trofeos. Dani ha hecho un trabajo que no es muy vistoso pero tan importante como meter.

El año en que pasé de jugar de ‘tres’ a ‘cuatro’ fue el peor de mi carrera, sentía que era un lastre

–Usted vivió esa transición del puesto de tres al de cuatro. ¿Cambió mucho su percepción del baloncesto?

–Sí, sí. Lo veo diferente. Más interior, jugar de poste alto a poste con Shermadini, darle balones porque es un jugador muy importante. Un poco más dirigir, más templanza. No tengo la rapidez que tenía antes, pero también tengo un cuerpo diferente. El primer año fue duro, no lo niego. Tenía otra forma de ver el baloncesto, pero me aclimaté a esta posición y muy contento y puedo decir que soy un cuatro, no el tres que llegué a Málaga. Ya juego hasta de cinco, así que fíjate (risas).

–Viéndolo con perspectiva, ¿fue un acierto de Joan Plaza?

–Bueno, en ese momento, en el primer año, creo que estaba en el mejor momento, tras ese play off de semifinales contra el Barcelona, de mi carrera, a mi modo de ver. Igual fue dar un paso atrás para dar dos adelante más tarde. Fue un año muy duro, yo no lo veía así. Me ofuscaba, yo veía que era un lastre para el equipo. Esa transición me costó, fue la peor temporada de mi carrera por cómo había jugado en la anterior. El verano siguiente ya lo afronté de otra manera. Asumí que las cosas habían cambiado en mi carrera y no podía mandar a la mierda todo. Podía hacer eso o afrontar la situación. La verdad es que ha ido para bien.

–Vino la temporada de la Eurocup, que se nombró. ¿Han visto ya al Alba?

–No vimos nada aún. Ahora recuperamos a gente, a la gente con mayor carga dosificarla y nada más. Es cierto que algunos jugadores hemos pedido vídeos y temas de sistemas. Tienen un cuatro bueno, Sikma está a un nivel increíble y es el líder del equipo. A Aíto se le conoce, es seguramente el entrenador más laureado del baloncesto español, conoce la casa, seguro que tendrá ganas de hacerlo bien. Es un equipo muy duro, joven, con mucha energía, muy físicos. Hay que afrontarlo porque tenemos que sacar un partido en Berlín. ¿Por qué no? Tenemos que volver a intentar hacer algo histórico. Al Unicaja siempre se le dio bien hacer el más difícil todavía. Y ahora tenemos eso, intentar volver a la Euroliga ganando todas las eliminatorias con factor cancha.

–¿Ha cambiado mucho el Luis Casimiro que conocía del Estudiantes?

–Sí, el baloncesto ha evolucionado y él ha cambiado su forma de entrenar, su forma de defender. Ha sabido aprender y evolucionar. Hay entrenadores que ya no están en esa torna y no han evolucionado. Luis sí, ha cambiado su forma de ver el baloncesto porque el baloncesto ha cambiado.

La selección es algo cerrado, tengo que centrarme en mi carrera y pensar en mi club, quien me paga

–Hay mucho purista que reniega del uso intensivo del triple y esa evolución del baloncesto.

–Es lo que se ve. Si el mejor equipo del mundo, Golden State Warriors, se dedica a hacer eso, es que es porque el baloncesto tiende a eso. Una manera, igual, de cambiarlo sería alejar la línea de tres otra vez. Cuando se retrasó la línea hace siete u ocho años decíamos que desde el 6.25 se tiraba muy de cerca. Las defensas se cierran. Prefieren conceder un 40% en línea de tres que un 60% largo o 70% en tiros de dos. Eso es a lo que te lleva el baloncesto. Los estudiosos prefieren un porcentaje menor que una canasta fácil bajo el aro.

–¿Sí aboga por ensanchar la pista?

–Sí, eso hay que hacerlo, es inevitable. Espero que el año que viene se haga. Lo probamos en el Circuito Movistar este verano. El baloncesto evoluciona y hay que cambiarlo. La gente es más grande y más rápida y no hay espacio, sobre todo en el lateral para jugar. Se incurre en saques de banda. La gente es más grande y hay que aumentar el campo.

–Ahora que estamos en ventanas, ¿la selección es ya un capítulo cerrado?

–Sí, está ya cerrado a mi modo de ver. Tuve la oportunidad de ir, no pasó por x y punto. Tengo que centrarme en mi carrera. Tengo 32 años, camino de 33. Tengo que dosificarme y pensar en mi club, que es el que me paga. Es muy bonito la selección, representar a tu país... Pero al final lo que me da todo durante todo el año es mi club, el Unicaja.

–¿No hubo contacto con Sergio Scariolo este verano?

–No, no habido contacto. Están haciendo todos un gran trabajo, pienso que se merecerían ir a China. Son todos ellos los que se han partido la cara en las ventanas y nos han clasificado. Ahora llegarán los jugadores NBA y los Euroliga, pero es ley de vida. Otros han metido ahí a la selección y será un poco de bajón para ellos, imagino.

–¿Le queda la espina de no haber jugado un gran campeonato con la selección?

–Sí, pero ya da igual. Podía haber estado, pero son decisiones que se toman y ya está. Son momentos en tu vida, pasa una vez el tren, no lo coges y ya está. Yo estoy muy contento con la carrera que he hecho, claro que me hubiera gustado, pero era muy complicado estar en la mejor selección de la historia del baloncesto español y punto. La vida pasa, ahora piensas más en ti, en tu cuerpo y tu carrera. Es en lo que pienso ahora mismo.

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