Unicaja

Casimiro, la gran decisión

  • Con el esqueleto de la plantilla conformado, la elección del entrenador es la gran incógnita del club en estos días tras acabar la temporada

Casimiro, durante la fase final en Valencia.

Casimiro, durante la fase final en Valencia. / ACB Photo

Acabó la temporada 2019/20 para el Unicaja y pronto llegará la 2020/21, con menos margen que nunca en los últimos años. A mitad de agosto el equipo estará de pretemporada, en apenas seis semanas. La plantilla empezará la diáspora este sábado, en principio tras una comida de despedida después de llegar en AVE desde Valencia este viernes. Tras varios meses sin ver a sus familias, los jugadores tienen ganas de regresar a casa y será de manera rápida. El habitual paseíllo individualizado de los jugadores por Los Guindos para hacer balance y comunicar las intenciones del club es complicado de realizar por las condiciones sanitarias actuales.

El Unicaja tiene los deberes bastante adelantados con nueve jugadores (serán 10 cuando Gal Mekel estampe su firma) más Francis Alonso. Quedarían dos huecos más en la plantilla. Waczynski o un sustituto y un interior más con las marchas de Elegar y Ejim (tampoco seguirán Adams, Toupane y Simonovic). ¿Un cuatro? ¿Un cinco? ¿Algo intermedio? Tienen contrato Suárez, Thompson, Gerun y Guerrero. La salida del americano y/o el ucraniano daría más flexibilidad, pero el contexto es complicado, no se han revalorizado y habrá una regresión económica en los equipos en los que podrían tener cabida. Y la coyuntura no está para pagar rescisiones.

Y la pieza principal, el entrenador, Luis Casimiro. La lógica, por la forma de funcionar del club habitualmente, apuntaba a su renovación semanas atrás. Se ha quedado fuera de las semifinales de la ACB por un punto, alcanzó una final de Copa, primera en 11 años, y el equipo estaba muy bien perfilado ante el reto de alcanzar la final de la Eurocup con el primer puesto en el Top 16 antes de su cancelación. Es cierto que tras no estar entre los ocho primeros de la temporada regular en el corte copero y en el final improvisado de la ACB. Ha hecho un digno trabajo en la transición tras la era Joan Plaza, también sembrando. Pero no hay una certeza total y es el momento de decidir si se confía en él más tiempo para desarrollar el interesante núcleo de plantilla que se ha construido con él de técnico (sólo siguen Alberto Díaz y Carlos Suárez de la era Plaza) o se vira hacia una apuesta por un entrenador de distinto perfil.

Hay agitación en el mercado de entrenadores, hay varias piezas en movimiento y la maquinaria será visible cuando termine la fase final de la ACB. La primera que ha saltado es la de Fotis Katsikaris (se negoció con él antes de que llegara Casimiro) en Gran Canaria y habrá efecto dominó. Porfi Fisac, técnico del Casademont Zaragoza, es pretendido por el club canario y así habrá varios movimientos en los banquillos de la ACB. Actualmente, el entrenador español que conoce profundamente la Liga ("la más táctica que hay", suele recordar Casimiro) está más cotizado y las experiencias con entrenadores extranjeros sin currículum en la ACB se reducen mucho. Joan Peñarroya, Álex Mumbrú, Ibon Navarro, Pedro Martínez, el propio Joan Plaza, son técnicos que están en el escaparate.

De Luis Casimiro ya se conocen pros y contras tras estos dos años en su segunda etapa en Málaga. Ha habido tramos de buen baloncesto, ha sabido crear un grupo homogéneo en el vestuario y el equipo ha competido regularmente bien con los grandes (sólo el Madrid se resistió esta temporada de los equipos de Euroliga y tiene un balance de 3-1 con el Barcelona en estos dos años, 9/12 con los cuatro en estos dos años). En el debe, no se han concretado opciones de hacer algo grande que se había fabricado el equipo con su buen hacer. Por ejemplo, los dos play off perdidos la pasada temporada con Alba y Valencia tras recuperar el factor cancha o ese final desgraciado con el Baskonia aún candente. De cinco competiciones que se han acabado, en cuatro hubo opciones claras de semifinales y sólo en una (la Copa de Málaga) se cristalizó. Es cierto que la realidad del Unicaja es que ahora es el quinto presupuesto de la ACB y que están más cerca sexto, séptimo u octavo que el cuarto. Que se pide competir y que el equipo, salvo en la final de Copa, lo ha hecho. También es innegable que hay un sector de la afición que no comulga con Casimiro. Desde noviembre a febrero los pitos fueron en aumento con él en cada presentación de los partidos en casa. Se difuminaron tras la final de Copa, en la que se experimentó un bonito episodio de comunión y catarsis, se vivió un gran fin de semana en el que sólo la final fue para olvidar.

En general, hay satisfacción en el club con el trabajo que ha realizado Casimiro, pero no hay unanimidad a día de hoy sobre su continuidad. Así que toca analizar, habrá Consejo de Administración en los próximos días. Eduardo García postergó hasta el 30 de junio la decisión final sobre el futuro de jugadores y técnico, pero lo cierto es que se ha producido la renovación de Carlos Suárez y se ha pactado la de Gal Mekel sin que haya habido una negociación con el entrenador, algo que en su entorno ha descolocado. También puede interpretarse que son jugadores que han rendido con el entrenador y que la idea es continuar. El técnico se pronunció tras el partido ante el Bilbao cuando se le cuestionó por su continuidad y no pudo ser concreto y también tuvo una emotiva despedida de sus jugadores en el vestuario de La Fonteta. Es la primera gran decisión que debe tomar el Unicaja tras este final de temporada, a quién darle las llaves del proyecto 2020/21.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios