Ayer comenzó la venta de localidades para el partido del próximo martes de la Eurocup entre el Unicaja y el Boulogne. Será el primer duelo con público del equipo una vez se expandió la pandemia. En las redes sociales hubo una catarata de quejas por el precio de las entradas (20 euros para los abonados que renunciaron a la devolución del año pasado, 39 para los demás abonados y 44 para el público en general). Un núcleo muy importante de la afición entiende que es demasiado para un partido así, simbólico tras haber dejado dinero en las arcas por partidos que no existieron. Desde el club se argumenta que las localidades, por protocolo, son de Tribuna y que el precio habitual en esa zona es de 44 euros. Y que se rebaja hasta 20.

El caso es que las 225 localidades a la venta están cerca de agotarse entre los abonados del grupo “Siempre te llevo conmigo”. Durante este sábado también podrán comprar la entrada. Domingo y lunes tendrían acceso el resto de abonados y ya el mismo martes quedaría para el público en general.

Los asistentes tendrán que presentar, como se les mandó a la vez que las propias localidades cuando las recibieron vía telemática, una declaración responsable, ofrecer sus datos y la entrada no podrá cambiar de persona más tarde. Es parte del protocolo de previsión en el caso de que se detecte algún contacto. Igualmente, no podrá haber personas juntas, aunque sean de la misma familia, por la distribución realizada para respetar la distancia de seguridad en todas las zonas. De momento, es de 400 personas el tope de personas que pueden estar en la instalación en suelo andaluz. El protocolo, enfocado básicamente al deporte amateur, contiene situaciones un tanto extrañas. Se puede cubrir del aforo el 65% en instalaciones cubiertas, pero hasta un tope de 400 personas. O sea, que podría haber más de 200 en Los Guindos y sólo 400 en el Carpena, con muchas veces su capacidad.