Crónica y resultado del Unicaja-Lavrio

Contradicciones en el bautizo (86-70)

  • El Unicaja vence al Lavrio en el estreno de la Basketball Champions League en Málaga, con buen ambiente y personalidades en el palco

  • El juego continúa siendo ramplón

  • El Unicaja lidera el grupo, por delante del Lavrio y Dijon (1-1) y Nizhny (0-2)

Darío Brizuela bota el balón.

Darío Brizuela bota el balón. / Javier Albiñana

Nuevos tiempos para el Carpena, que fue testigo del primer partido de la historia de la Basketball Champions League. El Lavrio, un modesto club griego (1.200 seguidores en Twitter) que consiguió el subcampeonato de Liga el año pasado, fue el primer visitante de una competición que pretende ampliar su radio de acción y que ha encontrado en el Unicaja un aliado. El ambiente fue bueno, hubo 4.473 espectadores, el número más alto desde el estallido de la pandemia y regresaron los instrumentos de viento de Los Mihitas, lo que contribuyó a dar un poco más de calor. Un buen número de ojeadores de la NBA para ver a Nzosa, Patrick Comninos, CEO de la Champions, y Jorge Garbajosa, mito del Unicaja y ahora presidente de la FEB. También José Miguel Calleja, director general de la ACB. Detalles de que era un partido especial.

En cierta forma es un regreso al pasado, al universo FIBA, a los tiempos de la Korac. Es cierto que organizativamente, por presencia y seriedad, parece una competición destinada a crecer con el tremendo respaldo logístico que tiene. Pero deportivamente está lejos de la élite, no ya sólo de la Euroliga, sino de los picos altos de la Eurocup. Es tentador comparar, pero, tomada una decisión que el tiempo juzgará si acertada o no, no vale hacerse sangre y hay que mirar adelante y valorar donde se está sin bajar la exigencia un ápice, porque sólo así se pueden volver a subir cumbres que ahora parecen muy lejanas. Vuelve a haber ruido de sables entre los mejores. 

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El Unicaja venció, como debía, con amplitud al Lavrio (86-70) para colocarse líder del grupo con 2-0. Pinta a que la primera plaza del grupo, que da acceso directo a la siguiente fase de grupos y evita el play in, se la jugará con el Dijon, siguiente visitante. Pero ya va un mes de competición y el equipo de Fotis Katsikaris no mejora, sigue practicando un baloncesto de nivel por momentos mediocre, distante del que le puede hacer competir por algo grande. Por peso y gravedad cayó la victoria ante un equipo digno y animoso, con algún jugador interesante, pero bastante limitado. El talento resuelve situaciones y partidos, pero sólo con eso hay un tope evidente.

Sí hubo alguna circulación más, en un ataque tocaron los cinco jugadores el balón para fabricar un triple de Abromaitis, de lo más regular en este primer mes de competición, en la esquina. Y se elevó el número de asistencias, pero las pérdidas, aun menores que en los últimos partidos, siguen ahí lacerantes. Un equipo que el año pasado y el anterior, incluso en época de atonía, era de los que menos bola perdía en las dos competiciones. Katsikaris dejó fuera de la rotación para el partido a Carlos Suárez y Rubén Guerrero, con Barreiro alternando entre las posiciones de tres y cuatro.

El partido transcurrió entre la igualdad del primer cuarto (20-20), con los griegos recuperándose de un 13-4 de salida del Unicaja y con actividad de Brizuela, hasta instalarse después en la frontera de los 10 puntos tras el segundo cuarto (45-35) hasta el periodo final. Cuando enlazaba varias acciones buenas, el Unicaja estiraba, pero el animoso cuadro griego, en un partido histórico para ellos, no se descolgaba. Tyson Carter mostraba su catálogo (21 puntos) y el Carpena le aplaudía cuando era expulsado a poco del final tras antideportiva y técnica. Ahí, a impulsos, Abromaitis, Brizuela y Bouteille tenían fogonazos anotadores, pero la consistencia defensiva aún no es óptima. Demasiadas canastas fáciles para los griegos cerca de la canasta. En el otro lado, pocos de los interiores cajistas. Seis de Eric al principio y poco. El baloncesto lo manejan los exteriores y ellos son los que reparten y deciden, pero hace falta un mínimo equilibrio para crecer.

En el último cuarto se amagó con romper definitivamente el partido. Katsikaris alargó la presencia en pista de jugadores antes de cambiarlos. Esta primera fase de la BCL debe servir para enganchar a más jugadores, aunque a Guerrero y Suárez el partido les pasó por al lado. Málaga bautizó la Champions Basketball League, su nueva competición europea, con un triunfo. Pero sólo si crece en el juego podrá hacerlo bien en este torneo, que es de menor nivel pero no la regalan.

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