Unicaja

Los otros escenarios de la Final Four de la BCL

Perspectiva del Crowne Plaza.

Perspectiva del Crowne Plaza. / J. C.

En la Nueva Belgrado, zona de expansión de la ciudad y centro de negocios, en el camino desde el aeropuerto Nikola Tesla, que recibe el nombre del genio de la electricidad que nació en la actual Croacia pero entonces Imperio Austrohúngaro y de padres serbios antes de emigrar a Estados Unidos, hasta el centro histórico de la capital serbia, se encuentra el punto neurálgico de esta Final Four de la Basketball Champions League. Un trayecto de 15 a 20 minutos a pie dista desde el majestuoso Belgrado Arena hasta el Crowne Plaza, el hotel en el que se alojan los equipos y la organización. Un cinco estrellas con cientos de habitaciones y capacidad para acoger a toda la parafernalia de un evento así. Paralelamente, un congreso sobre drones. Con el paso de los días se ha visto algo más de ambiente. Pantallas con el logo del torneo en el hotel, cartelería en los alrededores del Palacio y una Fan Zone en un lugar privilegiado, la fortaleza de Kalemegdan, que preside la unión de los ríos Sava y Danubio en una privilegiada vista. Allí hay una pista de 3x3 (Serbia también es potencia y vigente medallista olímpica) y una pequeña exposición, con Tyson Carter elegido como imagen cajista. El presidente de la República de Serbia, Aleksandar Vucic, es un amante del deporte e intenta atraer eventos deportivos. Paralelamente se celebra en la Sala Pionir, donde habitualmente jugó el Unicaja cuando en la ciudad cuando se midió a equipos serbios el Campeonato de Europa de boxeo.

Belgrado miraba más estos días atrás lo que acontecía este miércoles en el derbi futbolístico entre el Estrella Roja y el Partizan en las semifinales de la Copa de Serbia en el Pequeño Maracaná. Y, claro, las exhibiciones en los play off de la NBA de Nikola Jokic, acaso el mejor jugador del mundo en la actualidad. Sus Nuggets, vigentes campeones, tienen contra las cuerdas a los Lakers. Los informativos abren con él. Y hay deporte en televisión de forma masiva. Waterpolo, mucho tenis en el Masters 1000 de Madrid y Djokovic omnipresente. A pocos metros del Belgrado Arena está Novak, el restaurante del mejor tenista del mundo. Café a tres euros, cerveza a cinco, es el estándar del Crowne Plaza. En otra época no muy lejana, venir a los Balcanes era hacerlo a un lugar apreciablemente más barato, pero los precios no sólo se disparan en el Centro de Málaga. "En Belgrado se vive muy bien... Si tienes dinero", relataba el maestro Boza Maljkovic mientras apura una botella de agua en el hall del Crowne Plaza. A pocos metros, en el Hyatt, celebró su Unicaja en 2001 el primer título de su historia con él cogiendo el micrófono delante de un piano y cantando canciones típicas serbias.

Allí, en el hotel, hay trasiego de gente de baloncesto. Svetislav Pesic recibió días atrás a la expedición del Unicaja, que se apuntó a aquello de a quien madruga, Dios le ayuda. Aparece Zoran Savic, jugador de la mítica Jugoplastika de Maljkovic, después del Barça y el Madrid, más tarde director deportivo azulgrana, agente de jugadores y ahora director deportivo del Partizan de Zeljko Obradovic. Djedovic departe con amigos llegados desde Bosnia y siempre hay algún viejo conocido. Kendrick Perry jugó unos meses en Serbia, en el Mega de su agente, Misko Raznatovic, que también llegó este viernes tras estar en Atenas para el movidísimo play off de la Euroliga entre Panathinaikos y Maccabi. Uno de cuatro jugadores presentes en Belgrado son representados por su agencia, BeoBasket. Y dos de los entrenadores más de moda en el continente, Ibon Navarro y Vassilis Spanoulis. Así, con los demás agentes de este deporte. No tiene la dimensión de una Final Four de la Euroliga, pero el business del baloncesto europeo se concentra este fin de semana en Belgrado después de que los play off de la Euroliga den un receso. Los cuatro equipos coinciden allí y hay camaradería. Saludos entre los jugadores, que se conocen de muchas temporadas en la ACB. Los americanos de distintos equipos hacen piña. Llegan las familias para saludar en horas concretas y desde el jueves ya empezó a tomar otro color el cuarte general desde que el martes el Unicaja rompiera el hiela.

Belgrado es una ciudad vibrante, con mucha vida. Puede parecer algo decadente, quedan esos edificios de reminiscencias de mediados del siglo pasado, y es también fascinante. Hace aún frío, la temperatura por la noche baja a una cifra sólo y el miércoles cayó una tormenta tremenda. Su posición geográfica favorece el cambio en las temperaturas y el clima. Se ve mucha gente por la calle, bares y restaurantes de comida rápida abren hasta bien entrada la madrugada y la ciudad no duerme. Amanece antes de las seis de la mañana. Se inauguran centros comerciales con primeras marcas y la bella zona de la confluencia de los ríos, que vertebra la ciudad, está remozada, con un waterfront espectacular. Modernidad, pero también inflación. El jueves ya se veían algunos aficionados del Unicaja por Belgrado por las calles y el viernes irrumpieron las demás hinchadas, con el Peristeri mandando en el Belgrado Arena, aunque en la ciudad había otros parqués y escenarios.

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