Resultado y crónica del Unicaja-Acunsa GBC

Final en pico alto (104-69)

  • El Unicaja domina con facilidad al Acunsa GBC y ofrece su mejor baloncesto en el cuarto final (29-12 de parcial) para hacer un buen acopio de average, clave para el corte copero

Axel Bouteille lanza en posición complicada.

Axel Bouteille lanza en posición complicada. / Marilú Báez

El calendario deparó una semana cómoda para el Unicaja con los duelos ante el Mornar Bar y el Acunsa GBC, equipos de parte baja de Eurocup y ACB, ambos en el Carpena, sin desgaste de viajes, y después de una semana sin jugar. El equipo malagueño aprovechó para firmar dos victorias sencillas. En ACB no es nada baladí el tema average, pensando en el corte de Copa, sea para meterse o, en un escenario más optimista (muy optimista visto el juego que se ve), ser cabeza de serie. Optimizó la oportunidad el equipo malagueño en el cuarto final, donde desplegó su mejor juego, para extender la diferencia hasta los 35 puntos (104-69). En encuentros de mayor exigencia se testará la evolución defensiva, que quizá se antoja demasiado lenta para cuando lleguen partidos de no retorno, que empezarán en diciembre, pandemia mediante, con el Top 16 de la Eurocup y para asegurar la presencia en la Copa. Se vio una evolución en el último cuarto.

La diferencia entre los dos equipos era muy evidente. Con un alto volumen de tiros, el Unicaja ponía rápidamente distancia de por medio con el cuadro guipuzcoano (17-5), con tiempo muerto de Marcelo Nicola. Se encontraban rápidamente tiros fáciles y en el escenario ideal de desarrollo de juego, los de Casimiro deben actuar así para explotar sus virtudes. En estático, el juego sale menos fácil que en transición y ahí entra más la capacidad de ejecución individual, no brota tan fácil como cuando se corre el baloncesto. Con 31 puntos tras 10 minutos se podía prever una lluvia de puntos y una mañana plácida, pero no enlaza demasiados minutos de buen juego el Unicaja. Crecería al final, pero los tramos valle lastran. Puede entenderse como humano que se baje el pistón cuando se palpa una victoria sencilla. Pero con la profundidad de plantilla que hay se debe mantener la tensión alta en cada partido, hay constantes momentos de reivindicación para los 12 jugadores vestidos.

Que un equipo con las limitaciones del Acunsa GBC, pese a las cuales compite muy dignamente, cree problemas y meta 41 puntos al descanso es preocupante. Radoncic, por ejemplo, desarboló a Carlos Suárez en un tramo del segundo cuarto, lo que hizo a Casimiro cambiar al capitán antes de que acabara el periodo. Es ahí donde, como sí hizo en otros partidos, debe reivindicar Suárez más protagonismo en pista. Mejoró en el cuarto final, en su segunda rotación.

Marcelo Nicola, al que se le recuerda algún gran partido en el Carpena como jugador del Benetton, refugió a su equipo en una zona que obligó al Unicaja a cambiar la forma de atacar. No lo hizo mal y conseguía tiros cómodos para llegar a 51 puntos al descanso, pero había decrecido el nivel de acierto y el ritmo atacante que se había impuesto en el primer periodo. Y atrás se concedían demasiadas canastas. Había minutos para Viny Okouo, canterano cajista, en el combinado vasco. Con más minutos puede hacer números, aunque siguen existiendo las limitaciones que no le dejaron hacer carrera en Málaga pese a estar varios años en el primer equipo.

Con 51-41 el partido se fue al descanso. Mediado el tercer periodo, el Unicaja se marchó, tras encadenar varias buenas acciones, por 20 puntos (68-48), pero en un ejemplo de la falta de continuidad que existe, se perdió un balón en un saque de fondo, se concedió un dos más uno y se perdió el rebote del adicional para conceder un ataque de cuatro puntos.

Con el ganador del partido ya decidido porque todo cae por su propio peso, la idea era intentar ganar por el máximo de puntos posibles y crecer baloncestísticamente encadenando buenos minutos, pero no hay esa solvencia y seguridad a día de hoy. Tres rebotes de ataque en la última ofensiva del GBC y una canasta postrera de Viny Okouo era otro detalle de esa falta de consistencia que tiene el cuadro malagueño (73-57 tras 30 minutos).

Hubo motivos para solazarse con algún momento de Jaime Fernández, que reparte asistencias y hace jugar como nadie en este equipo, es una delicia ver cómo crea en transición. Lejos aún de su forma física ideal, todo minuto es bueno para crecer. Perdió algún balón de más, pero se entiende en un proceso de readaptación después de tanta ausencia. También Gerun ofreció buenos minutos en la cuesta abajo final, donde se olieron los 30 puntos a favor, aunque un par de pérdidas obligaron a Casimiro a pedir tiempo muerto. Y se acabaron jugando los mejores minutos al final del encuentro, con el equipo mentalizado para tener la concentración adecuada y recabar el mayor botín de puntos de cara al citado average. Tuvo minutos Nzosa al final, su protagonismo va menguando, en el día que cumplía 17 años. Y ya mira el cuadro malagueño a otra semana con incertidumbres por si se disputa el duelo en Podgorica y con el choque ante el Estudiantes del domingo antes del parón de las ventanas.

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