Comenzó la LEB Oro y el aficionado del Unicaja tendrá un ojo esta temporada en lo que haga el Movistar Estudiantes. Ahí está un malagueño, Francis Alonso; Yannick Nzosa, que a sus 20 años intenta tener continuidad después de dos temporadas complicadas con lesiones; y Carlos Suárez, capitán muchos años del club malagueño y que apura sus días de baloncesto intentando devolver a la élite a la entidad del Ramiro de Maeztu. 

El Estudiantes se estrenó en Cáceres, donde juega otro canterano cajista, Pablo Sánchez. Y venció con bastante autoridad (60-83). Es su tercera temporada en la segunda categoría del baloncesto nacional y se ha hecho un proyecto para subir. Francis Alonso es uno de los faros. Ha decidido dar un paso atrás en una categoría en la que jugó algunos partidos en Oviedo en su primera temporada tras regresar desde Estados Unidos para coger impulso. Allí brilló después de no tener continuidad en el Fuenlabrada. Y ahora el anotador malagueño está decidido a no desaprovechar la oportunidad. En su primer partido metió 25 puntos (3/4 en tiros de dos, 5/7 en triples y 4/5 en libres), además de capturar dos rebotes y repartir una asistencia para 27 de valoración. Resultó imparable para la defensa cacereña y marcó territorio.

Además, Yannick Nzosa tuvo buenos minutos. Con contrato hasta 2026 con el Unicaja, el club vigila de cerca su evolución para ver si puede tirar de él en temporadas venideras. En 15 minutos en pista, sumó cuatro puntos, siete rebotes, dos asistencias y un tapón para ocho de valoración. Debe cuidar las faltas, pero un jugador de sus cualidades puede ser determinante defensivamente en LEB Oro (lo fue en ACB en su primera temporada por su gran actividad). Igualmente, Carlos Suárez sumó seis puntos, tres asistencias y dos rebotes en 15 minutos en pista.