En un Real Madrid afrancesado, con un cuarto de la plantilla con nacionalidad gala (Fabien Causeur, Thomas Heurtel, Vincent Poirier y Guerschon Yabusele), el último es el único que hace su debut en la Liga Endesa, los demás tienen dilatada experiencia aquí. Serán rivales del Unicaja este domingo en el temible equipo blanco, en su década de esplendor desde que Pablo Laso se hiciera cargo del club y se reforzara la apuesta por la canasta. Yabusele es un jugador especial, distinto. 125 kilos y 2.03 metros en un cuerpo muy móvil y explosivo, capaz de hacer muchas cosas diferentes en la pista. Por ejemplo, ganar un partido la semana pasada ante el Maccabi.

Un primera ronda del draft de 2016 (16º por los Celtics) que no encontró su sitio en la NBA, que tuvo un par de episodios en China y al que una notable temporada en el Asvel llamó la atención blanca. Laso alabó desde el primer día su integración. Y es el máximo anotador blanco en la ACB (11.6 puntos, más 4.9 rebotes y 1.7 asistencias para 13.8 de valoración). Es complicado imaginar quién puede defenderle en el Unicaja, en general para cualquier equipo europeo. La combinación de fuerza, potencia y movilidad, su capacidad para jugar en hasta tres posiciones distintas, le convierte en una navaja suiza que le está dando a Pablo Laso réditos amplios desde el primer día. El Dancing Bear (“Oso bailarín”), como reconocía que le llamaban en EEUU, dice que “el boxeo me ha ayudado para el movimiento de pies, tengo una alta velocidad para mi talla y peso, de ahí viene lo del mote”. Difícil encontrarle una pareja en el Unicaja.