El Hereda San Pablo Burgos, rival este sábado del Unicaja en la Liga Endesa (17:30 horas, Martín Carpena) realizó este martes por la mañana su primer entrenamiento de los últimos 10 días minutos antes de iniciar el viaje hasta Riga, donde tenía previsto llegar de noche y jugar este miércoles (18:00 horas) en partido de la Basketball Champions League.

El equipo burgalés, afectado por un brote de COVID que ha puesto en el alambre el partido del sábado, solo se desplazó con siete jugadores de la primera plantilla porque se quedan en la ciudad castellanoleonesa Horton, Kravic, Benité, Salvó y el ex cajista Omar Cook, el último del que se conoció el positivo. La lista la componen Alex Renfroe, Thad McFadden, Álex Barrera, Xavi Rabaseda, Jasiel Rivero, Jordan Sakho y Max Salash. La lista para enfrentarse al duelo continental quedará completa con tres de los componentes del filial Nissan Grupo de Santiago: Kareem Queeley y los burgaleses Alberto Alonso ‘Totte’ y Ángel Infante. El equipo se desplazó a Letonia a primera hora de la tarde de este martes en un vuelo chárter de la aerolínea española Air Horizont, desde Zaragoza. Tras el desplazamiento, los de Peñarroya tendrán el tiempo justo para establecerse en Riga y afrontar su regreso a la competición.

"Ha sido el primer entrenamiento desde el día 12 y salimos de viaje hacia Riga. Es una situación extraña, es la segunda vez que nos pasa en la temporada y es evidente de ánimo hemos pasado unos días regulares. También es cierto  que nos vuelve a pasar algo que se hace difícil de entender. Siendo conscientes de los esfuerzos enormes que están haciendo todas las ligas, en este caso la Champions, se nos hace muy extraño que después de diez días parados, haciendo solo un entrenamiento y con siete jugadores profesionales disponibles tengamos que jugar un partido. Es difícil de comprender para un equipo que  lleva mucho demostrado esta temporada y que encima es el vigente campeón de la Champions, que defendió a las Champions en la Intercontinental y que va a jugar  un partido de mucha trascendencia en unas situaciones difíciles de entender", decía Peñarroya antes de partir.

"Pero es lo que hay, vamos a ir a jugar, intentar hacer un buen partido  y conseguir la victoria. A partir de ahí somos conscientes de que nos vienen unas semanas complicadas, con muchísimos partidos, muy pocos jugadores y muy pocos entrenamientos. Ahora estamos pendientes de la salud tanto de los que están en casa con COVID como de los que están entrenando. Tenemos que tomar todas las precauciones para que este periodo de inactividad y volver a jugar tan pronto no nos de consecuencias más graves", concluyó el técnico catalán.

El Burgos pasará este jueves un nuevo test al llegar a Madrid, desde donde debería desplazarse a Málaga si todo fuera en orden y no hubiera más positivos. Podría recuperar a algunos de los que se quedan en Burgos si pasan controles negativos en estos días entre medias.