Susto o muerte (17:00)

70 veces se han enfrentando en liga regular de la ACB el Real Madrid y el Unicaja. Cifras redondas, 50 triunfos blancos y 20 malagueños. Ha habido épocas mejores de tuteo al rival, pero ahora es un momento de terrible superioridad blanca. 36 veces se jugó en su pista y sólo ganó cuatro el Unicaja. Son cifras que denotan lo que se puede esperar cuando se visita el WiZink Center. Por más que menos de 48 horas antes el equipo de Pablo Laso disputaba una batalla a cuchillo en el Palau Blaugrana, su profundidad de banquillo es ilimitada, los jóvenes proyectos (Vukcevic, Núñez o Ndiaye) son carne de draft NBA a corto o medio plazo. También tienen lesiones, pero sólo han perdido cuatro partidos oficiales de los 26 que ha disputado.

Pensar en una victoria en Madrid resultado una osadía y una quimera, pero aquí se viene a jugar al baloncesto. No lo hace con mucha destreza el Unicaja, pero en honor a la verdad ha competido hasta el último segundo ante los otros dos equipos de Euroliga en la ACB, con Barcelona y Baskonia. Con los dos, sobre todo los vascos, tuvo opciones reales de victoria. Sí es cierto que el conjunto blanco transmite una fiabilidad y una sensación de ser inabordable tremenda. Ayuda a ello un juego interior que causa pavor, siempre con un gran protector de aro, sea Tavares o Poirier, y físicos con los que el Unicaja tiene complicada pelea, casos de Yabusele o Hanga. Como sucede en estos casos, para tener opciones de sorprender hace falta que el rival no esté a tope y ofrecer una versión propia optimizada, con número fisiológico de errores y un tino para elegir y tomar buenas decisiones que se deben unir a la puntería en el aro rival.

El Unicaja ha sumado, sin brillo pero con oficio, tres victorias seguidas que debía amasar para continuar con opciones de Copa del Rey. Sigue dependiendo de sí mismo. La plantilla está al completo y Katsikaris debe terminar de perfilar el reparto de roles para que la maquinaria fluya como no lo ha hecho hasta ahora. El Madrid gana desde el ataque y el talento pero también desde una defensa poderosa que sólo permite 68 puntos a sus rivales. Es susto o muerte normalmente para los rivales. En su búsqueda de la Copa del Rey, una victoria en Madrid sería una bala de plata. La historia dice que hay sólo un 11.1%.