Son numerosos los jugadores que produce la cantera del Unicaja y que tienen desarrollo en la élite o como semiprofesionales. Son contados los casos que alcanzan el nivel del primer equipo, pero también es una buena muestra del trabajo que se hace en Los Guindos. Algunos eligen la vía americana y otros empiezan en EBA, LEB Plata o LEB Oro. De fondo está el deseo del Unicaja de recuperar ese equipo filial en Plata para foguear a sus talentos teniendo un mayor control sobre ellos, como sucedía en la época del Clínicas Rincón. Acortar el puente con el primer equipo al Carpena es el propósito.

Uno de los que va madurando lejos de Los Guindos es Jeffry Godspower. El malagueño de raíces nigerianas está ahora en el Almansa de LEB Plata, con el Grupo Oeste, con el que tiene un balance de 8-12 y pelea por la salvación. Y es uno de los líderes del equipo. A sus 21 años, internacional en categorías inferiores (subcampeón de Europa sub 16 con la generación de Garuba y en la que había otros cajistas como Javi Rodríguez y Pablo Sánchez; después jugó un Mundial sub 19 y también ha hecho sus pinitos en el 3x3), está consolidándose y está teniendo mucho protagonismo en el equipo albaceteño. Juega 27 minutos por partido, con 11.3 puntos (52% en tiros de dos, 37% en triples y 70% en libres), 7.7 rebotes y 1.4 asistencias para 13.7 de valoración. Es uno de los mejores reboteadores de la categoría y va desarrollando un tiro de tres puntos interesante, de hecho mete más de dos por partido cuando antes era una suerte que le costaba más. Con sus 2.00 metros es uno de esos interiores capaz de defender a casi todos los jugadores rivales y ello le hace tener siempre minutos.

Godspower, tras acabar su etapa junior en la época de la pandemia, marchó cedido al Marbella en Plata y las dos últimas campañas las jugó en la misma categoría en Ponferrada, donde ahora está otro canterano cajista, Rubén Vicente. Ha ido creciendo y añadiendo herramientas a su juego y es uno de los españoles con mejores números en la tercera categoría del baloncesto nacional. De hecho, hay más de un club de LEB Oro que monitorizan su situación. Ha trabajado en varias pretemporadas desde su salida con el primer equipo del Unicaja, echando un cable en entrenamientos, y también en Los Guindos en las sesiones colectivas con los canteranos que ya no pertenecían al club mezclados con los que sí que ha organizado la entidad. El reto es que este perfil de jugador pueda seguir madurando en Málaga con un equipo en LEB Plata.