Unicaja

Lecciones aprendidas

Ibon Navarro da el balón a Osetkowski.

Ibon Navarro da el balón a Osetkowski. / ACB Photo

“Es sólo un partido, chicos, sólo un partido”, arengaba en el vestuario Ibon Navarro a sus jugadores en un vídeo que distribuía la ACB desde las entrañas del Santiago Martín. El mensaje era, de alguna manera, doble, pero iba más dirigido a contener la posible euforia que podía haber después de una victoria contundente y autoritaria en tierras canarias. El despliegue de energía y agresividad del Unicaja superó al Lenovo. Su entrenador, Txus Vidorreta, decía que medio equipo había pasado una gastroenteritis y que no estaban en las mejores condiciones. Es cierto que la actividad malagueña multiplicó a la local. Pero también van siendo lecciones que el Unicaja va interiorizando.

El equipo de Ibon Navarro ha ido digiriendo bien las pocas derrotas y palos que ha recibido durante la magnífica temporada. Antes de la Copa el runrún era que no se había ganado a los grandes. La mejor victoria clasificatoriamente había sido ante el Gran Canaria al inicio para caer ante los cinco primeros después. En Badalona se supo competir de una manera excelsa ante la súper élite continental para tumbar a Barça, Madrid y Lenovo Tenerife. La Final Four BCL escoció en el vestuario. “Un fin de semana de mierda”, decía con elocuencia Dylan Osetkowski antes del inicio del play off. Cuando se hablaba en el Media Day previo al arranque del play off con los jugadores, había un sentimiento común de hambre ante lo que se venía y de amargura por lo que había pasado. La construcción de un equipo es un proceso en el que el Unicaja este año ha dado zancadas insospechadas. Y las decepciones son necesarias para hacer callo común, es una manera también de conocerse y estrechar lazos. La respuesta en Tenerife fue demoledora. Ver a Osetkowski ir con furia al rebote de ataque o ponerle un tapón tremendo a Shermadini o a Sima emplearse a fondo en la defensa del georgiano contagiaba. El americano es un defensor infravalorado, sus manos son tremendas pero también aguanta a los exteriores y su versatilidad no sólo es ofensiva. Pero le falta con frecuencia un punto de dureza que ni mucho menos le faltó en Tenerife. Igual que ocurrió con Sima. Competir a este nivel exige es agresividad.

En el quinto enfrentamiento de la temporada, el conocimiento entre Unicaja y Lenovo es bastante alto. Pero lo que planeó Ibon salió en un alto porcentaje. La defensa a los jugadores tinerfeños rozó la perfección, minimizando sus porcentajes (concediendo la duda de la superioridad física por la enfermedad rival) y no sólo con intensidad, también con inteligencia. Colapsando o abriendo la zona dependiendo del jugador que tuviera el balón en las manos. También en ataque, pese a que 72 puntos no es una cifra alta, se mejoró conforme pasó el partido en estático, de hecho ahí fue el momento en que se rompió el duelo.

Ibon también decidió acortar la rotación a 10 jugadores, sin arriesgar con Jonathan Barreiro y Alberto Díaz. La BCL también dejó esa enseñanza. El capitán y Brizuela llegaron justos. Pero ¿cómo renunciar a jugadores de su jerarquía en un lance así? Son decisiones consensuadas. Esta vez no se metió en rotación al gallego y se dejó fuera al pelirrojo. Y el equipo arrasó. No siempre la misma decisión es la correcta, pero también la experiencia común ayuda a tomar determinaciones que no son sencillas. El equipo ya prepara desde este martes el duelo del Carpena ante un rival que seguro lo pondrá más complicado. Otra enseñanza digerida es que el Unicaja ha respetado mucho a los rivales. 18-0 es el balance en ACB ante equipos que acabaron del décimo al 18º, la mentalización para los partidos fue la correcta. Hay que seguir transitado por la misma senda para alcanzar las primeras semifinales desde 2017.

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