Unicaja

Yankuba Sima, el anti Shermadini

  • La labor del pívot catalán con el MVP en sus dos últimos partidos le hace ganar crédito

  • ¿Cómo frenar al MVP?

Shermadini y Sima.

Shermadini y Sima. / ACB Photo

La temporada de Yankuba Sima, tras un año de eclosión en Manresa, no ha sido la soñada por el pívot catalán. Tras un verano en el que no anduvo lejos de estar entre los 12 elegidos por Sergio Scariolo para el Eurobásket, la experiencia en el Reyer Venezia no fue óptima. La lesión de Augusto Lima le abrió la puerta a volver a la ACB a un Unicaja que ya iba volando. Se perdió la Copa por lesión, pero ha sido una pieza en la rotación de Ibon Navarro.

Haberse incorporado durante la temporada no ayudó a una adaptación rápida y ha habido momentos en los que parecía un poco desubicado. Llamó la atención algún tiempo muerto de Ibon Navarro en el que le pedía más dureza y agresividad. Poco a poco va comprendiendo mejor lo que quiere el técnico de él. La primera intención del club era continuar con el jugador en plantilla, es un cupo con unas características que no abundan y se entendía que en un segundo año podía hacerlo mejor. Pero se aguardaba al final de temporada para tomar una decisión.

Hay momentos y circunstancias que cambian una carrera. Y la Sima en Málaga puede oscilar con el trabajo que hace contra el MVP de la competición, Giorgi Shermadini. Ya en el penúltimo partido de la temporada regular de la ACB hizo un gran trabajo sobre él, pero lo mejoró incluso por el contexto en el primer encuentro del play off en el Santiago Martín. Sima fue más agresivo, se le vio hacer flashes a 10 metros del aro contra los pequeños y recuperar. La idea era cortocircuitar y complicar la recepción del georgiano. Sólo en un par de ocasiones Shermadini encontró resquicios para hacer daño. Entendió el gerundense la energía y la agresividad que tenía que desplegar en un contexto así (ya el año pasado jugó la Final Four de la BCL y el play off de la ACB con Manresa) y fue una de las piezas más destacadas dentro del gran tono general del equipo en Tenerife. Firmó siete puntos y cinco rebotes, pero su impacto en el partido fue bastante alto. El jugador explicaba antes de la eliminatoria que era una labor de equipo frenar el georgiano. Es un trabajo de equipo, obviamente, pero hay un componente de responsabilidad individual que Sima cumplió.

Poder defender a un jugador del calibre de Shermadini es una medalla en la solapa de Sima. El jugador está encantado en Málaga y el club tiene la opción de retenerle. Más actuaciones así despejarán cualquier atisbo de duda que pueda haber en los despachos de Los Guindos.

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