Málaga no se rinde (II)
unicaja | real madrid
El Unicaja quiere redondear una temporada histórica exigiendo al Madrid más que en el segundo partido. Omic y Nedovic tienen muy complicado jugar esta tarde.
Fue el lema de la final de la Eurocup, para remontar ese 1-0 adverso ante el Valencia. Málaga no se rinde se convirtió en una realidad, se volteó y se alzó un título que convierte la temporada 2016/17 ya en histórica. Pero aún queda recorrido, al menos se merece un adiós acorde a tres meses de baloncesto fabuloso. Si hay que perder, como el primer día de Madrid, en ningún caso como el segundo. Es lo normal caer ante el gigante blanco, un equipo prodigioso con mil armas al que el miércoles pasado se consiguió minimizar. Pero con esa idea combativa, haciéndose justicia a sí mismo. Se cuenta con el factor Carpena, que el Madrid ha experimentado en más de una ocasión, también en esta última época gloriosa. Pero para encender la candela hay que echar algo de fuego en la pista.
Es una situación extrema. Se pierde 2-0, hay problemas físicos e igual la cabeza ya no da para más. Se apeló en el vestuario, nada más acabar y de manera colectiva, lo que indica que hubo un mensaje y una conjura, al ejemplo de hace dos años, cuando en una situación análoga en las semifinales se perdió en los dos primeros partidos en Barcelona por una diferencia acumulada de 52 puntos. Parecía un Unicaja exhausto, que había sido líder durante más de la mitad de la temporada y que se había desfondado en el tramo final de la temporada regular. La respuesta fue dos victorias en el Carpena y un último partido a fuego en el Palau, decidido por un triple de Navarro tras fumarse un cigarro en la zona y otro fallado a posteriori por Suárez.
Pueden trazarse paralelismos y diferencias, propias y con el rival, con aquella situación, pero es aquí y ahora.
El Unicaja tiene la temporada más que hecha, con un título y su regreso a los cuatro mejores de la Liga Endesa, muy valorable. Pero la competitividad y la profesionalidad son señas que en la era Plaza han primado por encima del juego. Ha habido un equipo que rarísima vez ha transmitido dejadez o indolencia. Y el técnico ha tocado los resortes para no acabar así, seguro. Ayer concedió día libre después de llegar desde Madrid y esta mañana se darán los últimos pespuntes a la táctica. Hay problemas físicos, eso sí. Nemanja Nedovic sufre una distensión muscular en el gemelo externo de la pierna derecha y está pediente de evolución para ver si mañana podría disputar algunos minutos. Alen Omic tiene una cervico-dorsalgia aguda que ya le impidió jugar al final del encuentro del viernes y, aunque se esperará a última hora para considerar si está en condiciones de participar en el encuentro, tiene muy complicado por la escasez de tiempo de recuperación. Igual es el momento para un Musli cuyo último tramo de temporada ha dejado bastante que desear y ha sembrado de dudas qué hacer con él. Los minutos de Viny Okouo han oscilado entre el alto nivel defensivo y su lógica bisoñez. También hay hueco para el small ball, para pívots móviles que ajusten ante la versatilidad madridista para alinear quinteto con amenaza exterior.
El Carpena estará repleto. Quedaban anoche algo menos de 300 entradas para colgar el 'No hay billetes' en el Palacio. Quizá con un 1-1 hubieran volado ya. Los precios han subido, aunque seguramente habrá una estimable presencia madridista, también con probabilidad engullida por el público malagueño, que tiene ganas de despedir con alegría la temporada. El equipo que le ha hecho vibrar, que convirtió el "Málaga no se rinde" en un lema que dio la vuelta a Europa. Son los últimos compases de la temporada, las fuerzas escasean y la mente está agotada. Las vacaciones están ahí al lado, pero una última visita a Madrid, al menos, exigiría lo mejor del mejor equipo de Europa en el último lustro. Si el orgullo y la entrega no bastan no habrá nada que reprochar.
También te puede interesar
Lo último