Unicaja

El Unicaja moldea la burbuja

  • El Unicaja podrá trabajar desde el lunes ya con contacto después del avance de fase l La ACB perfila todo el operativo para que la Liga se resuelva en Valencia con medidas especiales

Waczynski, Simonovic, Adams y Guerrero, en Los Guindos.

Waczynski, Simonovic, Adams y Guerrero, en Los Guindos. / Unicaja B. Fotopress

Recientemente se han cumplido 25 años de la mítica final de ACB del 95 que enfrentó al Unicaja con el Barcelona. Tres de los 10 partidos de baloncesto de club más vistos desde que se miden audiencias en televisión pertenecen a aquella final, con picos de seis millones. Más o menos, en un contexto diferente y con la audiencia muy parcelada, lo que tuvo la final del último Mundial España-Argentina. La ACB está en el mundo de la televisión de pago y esas audiencias quedan a años luz. Pero el esfuerzo grande que han hecho clubes, patronal y jugadores para seguir adelante con esta fase final que comenzará en Valencia el 17 de junio puede tener un premio en visibilidad y retorno. No sobraría ante una época que va a ser difícil para los clubes.

Según datos de la web Palco 23, la liga en 2018-2019 repartió 12 millones de euros a los clubes. Había en riesgo un 20% de los dividendos si no se reanudaba la competición. En términos contantes los 18 equipos hubieran dejado de ingresar un total de 2.4 millones de euros. Depende la cantidad de la posición. No es que entre 100.000 y 200.000 euros para cada club solvente la papeleta, pero ayuda. También habrá un dinero de Valencia por ser la sede. No es el canon de un millón de euros de la Copa, como pagó Málaga, pero también ayudará.

Es cierto que vuelve también el fútbol y que es una competencia imbatible. Habrá partidos todos los días, pero el baloncesto ofrecerá un producto muy atractivo, una versión extendida de la Copa del Rey, la fórmula de la Coca Cola del baloncesto español. Ningún torneo concita tanta atención durante el año, sólo en finales de ACB muy disputadas entre Madrid y Barcelona se alcanza algo parecido. En esta ocasión, el formato es ideal para calar, una fórmula parecida a la de un Eurobásket, un Mundial y unos Juegos. Que pasen sólo dos equipos de seis puede convertir en intrascendente encuentros de las jornadas finales de cada grupo. Es el peaje por haber quitado prescindido de la ronda de cuartos de final, que hubiera extendido dos días más la competición. Ese 30 de junio actuaba de pared para no tener que extender los contratos de los jugadores que finalizaban, en torno a la mitad de los que estarán en Valencia. Es uno de los factores que ha propiciado que ese 30 de junio no fuera prorrogable.

El Unicaja, con el avance de fase anunciado ayer por el Gobierno, podrá desde el próximo lunes entrenar ya con contacto en Los Guindos, algo que permitirá acelerar la preparación exprés para una competición atractiva. El CSD debe dar el visto bueno al protocolo diseñado por la ACB para convertir Valencia en una burbuja durante tres semanas. Falta precisar la fecha de llegada, la organización de un amistoso para cada equipo y demás medidas logísticas que permitan organizar una competición que concentrará la atención del baloncesto europeo. Es también una muestra de fortaleza de la ACB, a menudo denostada incluso desde dentro, para sacar la cabeza y aparecer en un momento delicado. La próxima semana la ACB tiene previsto ya presentar el calendario de partidos, a razón de tres a día en franjas horarias que se están terminando de perfilar. Está terminando de cuadrar con Movistar, factor importante en la organización (aporta seis millones de euros anuales por los derechos de la ACB). Habrá ruedas de prensa telemáticas, no presenciales, y habrá más medidas atípicas para presentar una competición de la mejor manera posible con la coyuntura actual, inesperada y en la que el deporte empieza a reactivarse.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios