La rueda de prensa previa al partido ante Unicaja de Moncho Fernández se centró básicamente en los males de su equipo, los reiterados peros que encuentra el entrenador compostelano en el juego de su equipo, el Monbus Obradoiro. Una y otra vez se dirigió a las debilidades que presentan en defensa, especialmente en el uno contra uno y la escasa capacidad para ser agresivos y ejecutar faltas en momentos claves.  

"Es nuestra asignatura pendiente. Nuestro uno contra uno defensivo no es bueno y nos hace mucho daño. Desde el punto de vista ofensivo, el equipo está anotando. Pero, claramente, creo que nuestra mejoría pasa por el trabajo defensivo", explicaba Moncho, que se quejaba también de los positivos por Covid-19 y sus consecuencias que tuvo su plantilla: "Creo que ha faltado mucha salud durante mucho tiempo porque, evidentemente, ahora mismo nuestro talón de Aquiles es nuestra defensa. Es absurdo negarlo. Pero no lo era en el 2020 o antes de enfermar. Eso es evidente".

El compostelano alegó que su equipo llega "al final de los cuartos sin agotar las faltas, con algún uno contra uno en el que puedes gastar esas faltas o ser un poco más agresivo" y que debe saber encontrar la forma de frenar esa sangría, endureciendo su juego.

"En Málaga acabamos perdiendo por seis puntos y jugamos francamente bien", rememora Moncho sobre el partido de la primera vuelta en el Martín Carpena ante Unicaja, aún con Luis Casimiro en el banquillo, al que hace referencia, así como al arbitraje aquella tarde, a su juicio malo: "De repente hubo aquella falta en ataque en el triple de Kassius Robertson, la de ataque que no le pitan a Laurynas... El arbitraje en Málaga fue muy malo en el último cuarto. Nos pegaron muchísimo. Su entrenador reconoció al final que habían tenido que ensuciar. Se supone que pegar y esto no forma parte del juego".