Muere Serguei Babkov, mítico jugador del Unicaja

El ruso jugó un lustro en Málaga, uno de los grandes jugadores en la historia del club, miembro del icónico subcampeonato del 95

Habló con Málaga Hoy en 2019

Babkov, en un partido con el Unicaja
Babkov, en un partido con el Unicaja / Unicaja
Jorge Cabrera

21 de agosto 2023 - 20:10

Día terrible para todo el Unicaja. Ha fallecido Serguei Babkov a los 56 años, a causa de un infarto. Una de las grandes figuras en la historia del club malagueño, parte de ese icónico equipo de la década de los noventa; subcampeón de la ACB en el 95. Cinco años del ruso en Málaga, conocido como el Zar, por un talento especial, jugador que conmovió a toda una generación y que se convirtió en uno de los más preciados de ese Unicaja. Mantenía cierta relación con la ciudad, pasaba temporadas en la provincia y siempre ha cuidado ese vínculo con todo el club y su entorno. Carisma singular, de ahí una pérdida que conmueve por lo que marcó en el baloncesto malagueño.

Jugó 213 partidos con el Unicaja con una media de 16.6 puntos por partido y un 38% en triples, escolta con una finura que pocas veces se ha contemplado en Málaga, de esos jugadores que impulsaron el crecimiento del club antes de adentrarse en la máxima élite europea. Dos veces subcampeón del mundo con Rusia (1994 y 1998). "Mi agente me dijo que Málaga me quería y yo dije, ‘vale, sí, vamos para allá’. Un año antes tuve una oferta del Barcelona cuando jugaba en Alemania, pero tenía un año de contrato más en el Trier y no podía salir. De Málaga sabía que aquí había jugado ‘Tiki’ [Tikhonenko, ex compañero en la selección], no mucho más. Lo primero que recuerdo es que bajé del avión y allí estaba esperándome Manolo Rubia abajo. Me gustó la ciudad, ahora han pasado 25 años desde la primera vez que llegué. Y cada año más bonita, más bonita, más bonita... Me gusta mucho", recordaba Babkov en una profunda charla para Málaga Hoy; mensajes que refrendan ese sentimiento del soviético con la capital costasoleña. Fue uno de los primeros fichajes de Juanma Rodríguez en su primera etapa como director deportivo.

Javier Imbroda le creó un hábitat ideal nada más aterrizar en Málaga, procedente del Trier alemán, destacando como una de las estrellas en la liga germana, pero como un jugador aún por pulir, pese a que llegaba con una plata mundialista. Injusto el reducir el juego de Babkov a un tirador sublime, único en su especie, abarcaba registros amplios en un juego infinito, que fue capaz de ir ascendiendo en Ciudad Jardín, últimos años en ese mítico recinto para hacer la transición al Martín Carpena, del que formó parte Babkov. Ortodoxo, académico y nacido para jugar a baloncesto, en una escuela soviética que siempre se ha caracterizado por sacar jugadores de ese corte. Imparable en momentos de inspiración, tren inferior privilegiado, un todoterreno que enamoró a la ciudad con trabajo y que redundaba en talento, todo ello envuelto en un carácter tímido y reservado, pero siempre amable y educado. Una última temporada en el Joventut, castigado por las lesiones, donde no prolongó ese nivel, sus años de esplendor fueron en el Unicaja; para después retirarse en Rusia en el 2001. Además de esas platas mundialistas, suma una plata y un bronce en Eurobasket. Un auténtico mito que se marcha antes de tiempo.

Su último paso por Málaga fue para presenciar el play off ante el Barcelona de semifinales de ACB, curioso destino para cerrar el círculo. "Tengo mucho cariño a esta ciudad porque los cinco años que viví aquí fueron los mejores años de mi vida", confesaba a este periódico, sentimiento que es recíproco, porque fue alguien que encandiló a su manera. El baloncesto malagueño vuelve a estar de luto. Se va una leyenda. Descanse en paz, Serguei Babkov.

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