Los dos árbitros principales que dirigieron al Unicaja en Gran Canaria, Martín Caballero y Arnau Padrós, no pitarán ningún encuentro en la jornada 20ª de la Liga Endesa, en la que el equipo de Ibon Navarro jugará ante el Baskonia. La actuación que tuvieron en Las Palmas generó el descontento del club malagueño, con el punto culminante de la expulsión del técnico vasco, pero con muchas más jugadas previas que desconcertaron.

Así que reciben lo que en el mundillo se conoce como la nevera. El club malagueño prefirió no hacer ningún comunicado público, como sí ha sucedido con otros clubes en las últimas semanas que se sintieron perjudicados, y sí llevarlo por el cauce habitual. Hay una relación fluida interna con la dirección de arbitraje español que ahora ocupa José Antonio Martín Betrán, colegiado durante más de tres décadas.

El Unicaja elaboró un informe que recogía un vídeo con una veintena de jugadas del partido en Gran Canaria en las que se había sentido perjudicado. En un amplio porcentaje de ellas se le ha dado la razón en la contestación desde la dirección al cuadro malagueño. No sólo fueron las técnicas y las señalizaciones del último cuarto, fueron también jugadas continuadas en las que no se arbitró correctamente. Han sido Caballero y Padrós quienes han salido salpicados, fueron los que ejecutaron las citadas técnicas, pero también pesaron sus errores previos. El tercer árbitro, Roberto Lucas, ha sido seleccionado para pitar esta jornada pero con un asterisco. Pitará el Lenovo Tenerife-Baxi Manresa, aplazado hasta el 29 de marzo por la participación del equipo insular este fin de semana en la Copa Intercontinental. Así que técnicamente tampoco pitará de manera inminente. Y habrá que ver si dirigen encuentros en la Copa del Rey.

Forma parte de la recuperación del estatus ganarse el respeto arbitral. No es que el club se sienta perseguido. Por ejemplo, el Manresa presentó una queja formal por la dirección del duelo en el Nou Congost que acabó ganando el equipo malagueño y en el que hubo jugadas dudosas también. Y en cada encuentro hay errores humanos. Pero en Gran Canaria cayeron bastante más decisiones del lado local.