En el puzle que es la composición de una plantilla, un fichaje o una salida de un jugador está interconectada con otra contratación o marcha. La llegada de Kendrick Perkins, primero de un verano que va a ser prolijo en el Unicaja en anuncios oficiales por los huecos que quedan en la plantilla, está conectado con el de los exteriores que faltan por completar la plantilla. Con Alberto Díaz, Darío Brizuela y Perkins quedan dos huecos más ahí en los puestos de base y escolta.

Como ya se relató, dos opciones gustaban en el club, las de Bruno Fitipaldo y Jayson Granger, curiosamente los dos uruguayos. El segundo ya ha quedado desvinculado del Baskonia. Le seduce bastante volver a Málaga, pero el Unicaja no se ha lanzado a por él. El primero ya estuvo en la agenda del Unicaja cuando militaba en el Burgos, de hecho se valoró su fichaje a mitad de temporada cuando el equipo malagueño buscaba un refuerzo en 2018/19. El charrúa se fue a Tenerife, donde ha culminado con el título de la BCL un ciclo de dos temporadas. Tiene un año más de contrato pero el jugador quiere salir, así lo ha pedido y se le ha comunicado al club canario, que está en proceso de algunos cambios. Anunció la continuidad hasta 2024 de Txus Vidorreta, el técnico que le ha dado tres títulos y que ha consolidado a la entidad. Fitipaldo busca nuevos retos.

El Unicaja lleva semanas planteándose el fichaje del base (1.83 y 31 años cumple en agosto), internacional con su país y que tampoco ocuparía plaza de extracomunitario por su pasaporte italiano. Tiene experiencia de cuatro temporadas en la ACB, donde llegó después de destacar en Italia, y también en la BCL, en la que el Unicaja confía en estar. Su fichaje implicaría que al 100% no se contaría con Jaime Fernández, cuya continuidad parece casi descartada. Y, curiosamente, el madrileño podría acabar en Tenerife. El Lenovo ha mostrado mucho interés, aunque el Unicaja aún tendría el derecho de tanteo. Difícil que lo ejecute porque implicaría asumir el 100% del sueldo actual de Jaime, que se considera demasiado elevado en el club.

Lo que días atrás se veía como una operación muy complicada de realizar, ahora se ve “factible”. Al peso en calidad, cambiar a Jaime por Fitipaldo no parece una operación en la que salga ganando el Unicaja precisamente. Pero por ahí va la teoría del puzle y las piezas que encajan. Entre el cuerpo técnico y la dirección deportiva, una vez se decidió que Brizuela continuara cumpliendo el año de contrato que le queda, se veía incompatible esa conexión. Y a Fitipaldo sí. Es una de las vías abiertas para sumar en el juego exterior.