Unicaja

Osetkowski y un salto colectivo

Osetkowski, en el entrenamiento ante el Covirán Granada.

Osetkowski, en el entrenamiento ante el Covirán Granada. / Unicaja B. Fotopress

Dylan Osetkowski es uno de los fichajes del Unicaja que puede marcar el techo del equipo. El suelo lo deben asentar gente de dilatada trayectoria en la ACB y al más alto nivel europeo como el propio Alberto Díaz, Will Thomas o Nihad Djedovic. El americano está en proceso de acondicionamiento aún. Conoce bien su cuerpo y, aunque pueda parecer que está pasado de peso, es un proceso que ha seguido desde que es profesional, con una puesta a punto progresiva y con reservas para aguantar la temporada.

Osetkowski es, junto a Carter, el tipo de jugador que puede llevar al equipo a un estrato superior por margen de progresión. Con 26 años, el americano afronta su cuarta temporada en Europa. Subió de la Eurocup a la Euroliga y ahora eligió una nueva aventura en Málaga, el sitio que cree preciso para impulsar su carrera. Tuvo buenas vibraciones, explicaba en su presentación, cuando llegó en diciembre a Málaga desde Alemania, todo nevado, y se encontró sol y 20 grados en la Costa. Se tiende a ver al jugador norteamericano como alguien uniforme y no es lo mismo un californiano, como Osetkowski, que uno de Minnesota. “Nueva temporada, nuevo país y nuevo equipo. No tuve las mejores sensaciones el año pasado, en la que tenía el número 21, y ahora he elegido el 1 porque simboliza un nuevo comienzo”, decía sobre el dorsal que ha escogido, el número 1.

El pívot estrenó la camiseta del Unicaja públicamente en Lisboa. Era un jugador que en la confección teórica de plantilla estaba destinado a oscilar entre las posiciones de cuatro y cinco. En los partidos de Lisboa partió de titular junto a Will Thomas, como teórico cinco, pero la realidad es que las posiciones se difuminaban con el de Baltimore. Osetkowski ha llegado a Málaga más ligero y fibrado de lo que estaba cuando jugó en Málaga con el Ulm y dio un recital que se quedó en la memoria de los responsables del club. Dos años después, con otros al mando, se ejecutó su llegada. Sin ser un jugador especialmente explosivo y atlético, ahora está más ágil. Hay una faceta del juego que en Ulm, a las órdenes de Jaka Lakovic, explotaba bastante y era el pase, generando desde el poste alto y el poste bajo. En Lisboa se le vio en varias situaciones jugando el mano a mano y creando ventajas a siete-ocho metros del aro. También poniendo el balón en el suelo, dio un par de asistencias en cada duelo lisboeta.

Además, en el partido de entrenamiento a puerta cerrada con el Granada tuvo una secuencia de triples, que repitió en el duelo ante el Betis (3/4). Es otro factor importante entre los jugadores interiores cajistas. Salvo Augusto Lima, el resto puede meter desde fuera, Kravish también se animó con algún triple y con Bulgaria en la preparación metió alguno, pero no hay un tirador, un Kyle Wiltjer por decir un ejemplo concreto, algo que en el baloncesto moderno se demanda bastante para abrir el campo y no colapsar. Tener grandes que metan da posibilidades y multiplica los espacios. Es algo en lo que Osetkowski también puede hacer crecer al Unicaja. Hay que ver el encaje con todos los jugadores disponibles, pero encaja en esa versatilidad que el club vende como una de las señas de identidad.

Desde el plano personal, a Osetkowski se le ve integrándose en Málaga bien. Graba un vlog en el que asegura que va a explicar cómo es su experiencia en la Costa del Sol y muestra imágenes grabadas con su dron de distintos sitios de la provincia. También estuvo presente en un acto solidario de Cruz Roja con la campaña de la vuelta al colegio en Torremolinos. En un vestuario en el que habrá hasta seis jugadores norteamericanos (él, Thomas, Kravish, Perry, Carter y Kalinoski) más el canadiense Ejim, tres de ellos debutantes en España y la ACB, la integración fuera de la pista también es un factor importante para el funcionamiento del equipo.

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