El Tofas Bursa, rival este miércoles del Unicaja, tiene buena fama creada en Turquía de trabajar bien con los jóvenes. Allí lanzaron sus carreras Mehmet Okur, de larga carrera NBA; Serkan Erdogan, que jugara en el Baskonia; también vivió una temporada clave Vasilije Micic para dar un paso atrás y volver después a la Euroliga, al Zalgiris. La última joya en salir fue Berke Buyuktuncel, uno de los proyectos más sugerentes del baloncesto europeo, que se fue a UCLA con Aday Mara este verano.

Ahora destaca Ozgur Cengiz, un descarado y fino exterior que tiene minutos en casi todos los partidos a las órdenes de Orhun Ene. Más en la Liga de Turquía, donde las restricciones para usar americanos son más duras y se obliga a emplear a más nacionales. Allí juega casi 14 minutos por partido, con 4.1 puntos y 2.2 asistencias. En BCL, juega 10 con 1.9 puntos y 1.8 de media. En el último partido del play in ante el PAOK, decisivo en Salónica, coló dos triples en momentos importantes del duelo para hacer sólida la victoria de su equipo en territorio hostil.

Cengiz mide 1.85 metros y tiene 18 años. Es, de alguna manera, el Mario Saint-Supéry del cuadro turco. De hecho, ambos saben lo que es jugar uno contra otro. Lo hicieron el pasado verano en el Europeo sub 18 de Nis (Serbia). En el duro duelo de cuartos de final que enfrentó a los dos equipos (67-75 para los españoles), Cengiz tomó el protagonismo. Estuvo 38 minutos en pista, con 33 puntos (11/32 en tiros de campo y 7/10 en libres), con licencia para todo. Metió la mitad de los tantos de su equipo, pero no valió para ganar. Ese día le tocó a Saint-Supéry en el cara a cara intentar detenerle y ayudó a bajar los porcentajes del base, además de ayudar con 11 puntos al triunfo de España para después colgarse la medalla de plata. Este miércoles podrían verse las caras de nuevo en el Martín Carpena.