Unicaja

Un arbitraje canalla, pese a la victoria

Darío Brizuela, con Martínez.

Darío Brizuela, con Martínez. / ACB Photo

Hay más autoridad moral para lamentar un arbitraje adverso cuando se gana un partido. Y el Unicaja tiene motivos para hacerlo después de lo que se vio en los cuartos de final ante el Barcelona. Fue un arbitraje canalla, con varios detalles que descolocaron más allá de una línea común que suele ser frecuente cuando los grandes están enfrente. Como aquel axioma de "todo lo que pasa conviene" que solía referir Vicente del Bosque, el Unicaja había tenido un entrenamiento en situaciones arbitrales adversas intensivo, con el duelo ante el Gran Canaria o el del Palau Blaugrana en Liga.

Algo bueno tiene el Unicaja y es que el equipo parece adquirir experiencias como una esponja, está atravesando procesos de mejora constante. El arbitraje desquició en Gran Canaria, tuvo consecuencias disciplinarias con los colegiados, pero también endureció al equipo. Hubo un momento especialmente sangrante. En el código no escrito del baloncesto, para pitar una técnica en una prórroga hay que realizar una protesta extraordinaria, que alguien se salga de sus cabales. El banquillo del Unicaja se quejó porque no pitaron un dos más uno que en la pista pareció claro sobre Brizuela. Peruga le señaló técnica a Ibon ante la incredulidad general. Pero hubo un detalle determinante. Perry abrazó a Ibon, le pidió calma. Y, de manera espontánea, entrenador y los cinco jugadores en pista hicieron una piña sobre la pista en la que se pidió concentración para sacar adelante.

Ibon Navarro se pronunciaba con elegancia tras el partido. "Todo se tendrá que ver en el vídeo. Un partido que se decide en la prórroga. Estoy contento porque se ha ganado y ya está. Todos con la tensión del partido lo vemos de manera subjetiva. Queremos que nos piten a favor. No sé si es bueno o malo. Han llevado bien el listón de faltas, de manera constante. No sé si ha habido muchos errores. Tengo que pensar muchas cosas más importantes que los árbitros", señalaba Ibon.

Fue diplomático el vitoriano, pero el visionado del vídeo deja una retahíla de jugadas sancionadas a favor del Barcelona y algún pito tragado como una escandalosa falta en ataque sobre Kalinoski que acabe en triple de Laprovittola o la reticencia a dar adicionales a los jugadores cajistas, entre varias otras. Arbitrar es muy complicado, cada vez más por la velocidad de movimientos y el físico de los jugadores, pero también hay un bajón evidente en el nivel de la clase media. Y los mismo tics, a veces aumentados, de las jerarquías de los clubes grandes. 

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