Resultado y crónica del Unicaja - Fuenlabrada

Catálogo de carencias estructurales (84-90)

  • El Unicaja perdió en el Carpena ante el Fuenlabra de un desatado Trimble (27 puntos y 5 asistencias)

  • Brizuela trató de rescatar al equipo, que se desangraba, en el último cuarto

  • Debut de Ferrari, que fue perdiendo gas

Las fotos del Unicaja - Urbas Fuenlabrada

Las fotos del Unicaja - Urbas Fuenlabrada / javier albiñana

Ver al Unicaja perder el compás camino de la Copa del Rey no es tampoco algo nuevo. Tampoco lo es su catálogo, que esconde una amplia gama de carencias estructurales, que se hacen más patentes cuando no está Alberto Díaz. Nadie logró frenar al mágico Trimble ni parar la hemorragia. Las pérdidas, los rebotes, la frialdad incurable de algunos. Lo intentó con toda su alma Darío Brizuela, que hizo un último cuarto estratosférico pero insuficiente. Que hubiera sonado la campana no cambiaría un ápice la lectura.

Con cientos de Chicuis repartidos por los vacíos asientos del Carpena, Rubén Guerrero inauguró el marcador. El pívot marbellí -que durante el segundo cuarto se marchó para ser atendido- fue el primer arma del Unicaja y castigó al Fuenlabrada con ocho puntos y cuatro rebotes (tres ofensivos). Trimble tiró de los suyos apoyado en Eyenga. Nadie se escapaba y las pérdidas en ambos equipos eran frecuentes. Ferrari, que había debutado un par de minutos antes, hizo el 22-18 a falta de diez segundos pero los madrileños ajustaron a 20-18.

El segundo parcial comenzó por la misma senda de imprecisión y alternancia en el gobierno. Pegó primero el Fuenla, con un Meindl entonado. Pasaron dos minutos hasta que Brizuela desatascó un poco a los suyos. Bouteille se convirtió en la siguiente solución y la nueva vereda la aprovechó Ferrari para marcarse su primer triple marca de la casa (34-30). Detrás llegó Francis Alonso, que había olido la sangre. Tres triples para el malagueño, desinhibido y letal, que cerró la racha con una asistencia a Gerun que supuso un dos más uno para lograr la máxima ventaja (46-34). Ahí se detuvo la pasión cajista y los visitantes lograron cortar la hemorragia para irse al descanso con un 46-38 que lo dejaba todo abierto.

11 balones perdidos para el Unicaja y 13 para el Fuenlabrada. El Unicaja tenía que ajustarse mejor para someter al contrario, que en algunos momentos también impuso su ley en la pintura cajista (siete rebotes ofensivos).

Gerun, casi equivocándose, abrió fuego de nuevo y puso dobles dígitos en la ventaja (48-38). Fuenla reaccionó bien (48-42) pero una técnica a Meindl y tres tiros libres seguidos (52-42) de Thompson devolvieron la amplitud. Entonces Trimble entró en combustión para coger el cetro del partido. Sobre todo con Ferrari delante. El debutante, que había agradado unos minutos antes comenzó a efectuar malos tiros y tomar malas decisiones. Los madrileños se crecieron al ritmo de su jugón. Eyenga fue un martillo pilón, Emegano, Meidnl, Alexander. Más ganas, más energía, más hambre. Le dieron la vuelta al choque ante un Unicaja que sin la luz verde de Bouteille y Francis Alonso no aguantó el pulso (59-63).

El patinazo del tercer cuarto tenía arreglo, pero había que volver a la versión del segundo periodo, porque el sentido que estaban tomando las cosas sonaba a partido ya visto y no precisamente con desenlace satisfactorio. Sin embargo, los hombres de Javier Juárez habían declarado el estado de euforia. El excajista Eyenga abrió el cuarto definitivo con un dos más uno (59-66) muy celebrado por su banquillo, que andaba en máxima tensión. Trimble desbordó talento y Alexander y Meindel seguían subidos en su tren. Descosían continuamente al Unicaja, que se sujetó porque Brizuela se puso la capa y anotó 15 puntos en siete minutos. Estaba en pista Rubén Guerrero, que había tenido que irse cuando estaba campando a sus anchas porque se comenzó a sentir mal.

Casimiro tiró a falta de dos últimos minutos de Alonso, Brizuela, Abromaitis (desubicado), Suárez y Gerun. Buscó varios triples pero la canasta se les hizo minúscula. Para colmo Trimble volvía a desatascar a los suyos para conseguir un margen de error (81-86) que no podía ser definitivo quedando menos de un minutos, pero sí obligaba al Unicaja a hacer muchas cosas bien para poder levantar el partido.

El extenuado Brizuela se pasó de frenada en una penetración que escupió el aro. Casimiro dijo que nada de faltas pero Trimble acabó otra vez en la línea de tiros libres (81-88). Alonso metió un triple desesperado (84-88) en el baile de tiempos muertos. Era francamente complicado. Nuevamente Trimble recibió falta y remató con la serenidad del killer (84-90).

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