Mario Saint-Supéry debía estar estos días preparando con Andalucía el Campeonato de España de selecciones autonómicas que estaba fijado del 4 al 9 de enero en Huelva. El elevado número de casos de Covid-19 obligó a posponerlo hasta Semana Santa. El joven jugador malagueño, de 15 años, está en cambio trabajando cada día a las órdenes de Fotis Katsikaris en estas Navidades. La marcha de Pablo Sánchez por un mes cedido a Melilla en LEB Oro para coger minutos de vuelo ha dejado un hueco como jugador número 13 canterano para ayudar en los entrenamientos y el escogido durante estas vacaciones escolares ha sido el prometedor exterior malagueño, internacional con España. En principio, tras las vacaciones dejará de asistir al retomar su actividad escolar.

El cajista está catalogado por la FEB como uno de los jugadores más prometedores de la generación de 2006. Debería ser uno de los líderes en el Europeo sub 16 del próximo verano, sin descartar que su evolución lo lleve al Mundial sub 17 que se celebrará en julio en Málaga. Brilló en el reciente Torneo de Íscar, en el puente de diciembre, liderando a España para conquistar el trofeo. Con la selección jugó como base mucho tiempo, en el junior lo hace más de dos-tres.

Saint-Supéry ya estuvo ejercitándose durante alguna sesión de pretemporada y en la pasada ventana de partidos internacionales de noviembre con el primer equipo, de hecho se programaron los entrenamientos por la tarde para que no perdieran clases él y sus compañeros. Tras una temporada en el Novaschool, el paleño regresó a Los Guindos, donde directamente ha pasado a jugar con el equipo junior pese a estar aún en edad cadete. Pasado ya el 1.90, con un físico óptimo para jugar a este deporte, está promediando 7.5 puntos (46% en tiros de dos, 36% en triples y 75% en libres), 3.4 rebotes y 7.8 de valoración a las órdenes de Antonio Herrera en la liga EBA.