Unicaja Baloncesto-Baskonia | Crónica

El primer desastre (64-81)

  • Un irreconocible Unicaja ni siquiera compite ante un Baskonia tremendamente superior

  • Seguramente fuera un mal día, pero el aviso queda ahí

Roberts intenta marcharse de sus rivales.

Roberts intenta marcharse de sus rivales. / Marilú Báez

Por primera vez en la temporada, el Unicaja se sintió pequeño ante un rival. Las derrotas habían llegado peleando hasta el final. Ante el Baskonia no encontró espacios, fue superado por un rival más físico y atlético. Si ante Madrid, Barcelona o Unics sí encontró recovecos para igualar fuerzas, ganando o perdiendo pero siempre compitiendo, ante el cuadro vasco fue un ejercicio de impotencia frustrante. El marcador (64-81) no refleja la inferioridad que existió.

Si se ha retrasado este primer partido horrible hasta finales de diciembre no es mala señal. Pero es evidente que puede ser un aviso serio de lo que viene ahora, cuando la cuesta se empina, los rivales afilan el cuchillo y hay que dar un paso adelante.

Sería oportunista achacar a la baja de Suárez, que influiría seguramente. Pero todo empezó del revés, no es un tópico, desde el salto inicial, cuando un error en la mesa propició que empezara el partido Viny Okouo en vez de Jaime Fernández. Rápidamente se deshizo el cambio, pero llegó el ciclón baskonista. 0-12 de parcial, con Voigtmann y Poirier haciendo mucho daño a sus pares interiores. Pidió tiempo muerto Casimiro y se paró algo la sangría. Wiltjer encontró espacio para meter un par de canastas.

El principal problema es que el Unicaja no encontraba resquicios, ni con el bote ni con el pase, para crear desquilibrios en la defensa baskonista. El primer día en que el bote fue usado para nada siempre. El partido planteado por Perasovic le salía perfecto. Estaba sin su mejor jugador, Shengelia, y sin Jayson Granger, baja de última hora. Dio igual. Fue de esos partidos en los que el resto de compañeros da un paso colectivo cuando falta el bueno. El ritmo lo llevaron Huertas y Vildoza, Poirier devastaba bajo los aros, los cuestionados Shields y Hilliard aportaban... En el Unicaja ocurría lo inverso, no había clavos a los que agarrarse.

Se disparaba el Baskonia (14-33) con momentos de desgarradora inferioridad que, si no fuera por la trayectoria hasta ahora, serían muy preocupantes. Un tapón de Lessort, en recuperación tras una pérdida, a Vildoza levantaba al Carpena. Pero el ritmo anotador era muy bajo y el Baskonia se proyectaba a los 90 puntos. Tenía la tranquilidad el equipo vasco de su alto porcentaje (casi 60% en tiros de campo) para disponer de paciencia en la búsqueda de tiros.

Tras el descanso (31-45) siguió el despropósito. Realmente, fue una carnicería. No tenía el Unicaja ninguna luz encendida. O todas a la vez, realmente, de alarma. El Baskonia campaba a sus anchas por el parqué del Carpena, en una exhibición que no se había visto esta temporada enfrente.

Hay que interpretar bien la derrota. Una semana antes se celebraba un triunfo autoritario contra el Barcelona, otro equipo de Euroliga, al que se ganó dominando durante muchos minutos. El Barceona ganó el jueves en Vitoria, sin ir más lejos, aunque el baloncesto no sea una regla de tres. Pudo ser un mal día, pero también un aviso de que las carencias del equipo, que tan bien se han disimulado hasta ahora, pueden saltar a la vista si no se está al 100% de revoluciones en cada momento, en cada partido. Con buen criterio, Casimiro explicaba antes de jugar contra el Turín el miércoles que no sabía cómo desconectar a un equipo ni volver a conectarlo para un partido o para otro a su gusto.

Los equilibrios en el deporte son frágiles, cualquier cambio puede alterar un ecosistema que parecía perfecto. La lesión de Suárez es algo serio porque el capitán es uno de los sustentos de este equipo. Igual no muy visible, pero esencial. La sensación, no obstante, de inferioridad física del equipo malagueño ante un Baskonia con una rotación de ocho jugadores ocurrió por primera vez en la temporada antes del primer tramo trascendente.

Vienen dos días de descanso para desconectar y resetear tras una derrota inesperada, por el tanteo y por las formas. Hay que quitarse de encima cuanto antes la frustración por esta derrota y pensar en lo que viene. Lo primero, el partido del sábado en San Sebastián. La ola de optimismo que ha provocado Casimiro desde su llegada no debe detenerse, pero ahí está la realidad. Si se baja el nivel de concentración, esfuerzo o acierto, competir con los mejores es imposible.

Unicaja (12+19+15+18) 64: Roberts 18, Milosavljevic 0, Wiltjer 5, Lessort 6 y Okouo 2 -quinteto inicial-. Fernández 8, Díaz 0, Salin 4, Díez 8, Shermadini 8 y Waczynski 5.

Baskonia (20+25+24+12) 81: Huertas 9, Janning 13, Shields 7, Voigtmann 11 y Poirier 8 -quinteto inicial-. Vildoza 14, González 0, Diop 11 y Hilliard 8.

Árbitros: Pérez Pizarro, Rial y Bultó.

Incidencias: Encuentro de la 13ª jornada de la Liga Endesa 2018/19, disputado en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena ante 8.900 espectadores.

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios