Unicaja

Unicaja-Barcelona: Errores y horrores (81-86)

  • El Unicaja cae ante un Barcelona más acertado en los minutos de la verdad (81-86)

  • Nefasto arbitraje del trío formado por Benjamín Jiménez, Esperanza Mendoza y Alberto Baena

  • Homenaje a Manolo Rubia

Yankuba Sima deja una bandeja.

Yankuba Sima deja una bandeja. / Pepe Gómez

La ACB tiene un problema muy grave con el arbitraje. El vídeo no lo ha mejorado, al contrario. El Carpena acabó tomándoselo a guasa, gritando “Negreira, Negreira” por el caso que tiene en los juzgados al Barcelona. Es fútbol, pero es el mismo club y los arbitrajes que ha habido en el Palau están en la videoteca. El Barça acabó ganando (81-86) porque fue mejor que el Unicaja, al que se le acabó haciendo largo el partido. Falló tiros libres claves y se le fueron demasiados rebotes. Nunca se fue del duelo, estuvo ahí mordiendo, pero no le dio para más. A aprender de los errores, que los hubo, y mejorar, es un momento delicado de la temporada, pero es la actitud con la que se acabará creciendo, si respetan las lesiones. No se duda de la honorabilidad del arbitraje, pero sí del nivel. Y es una pena que el espectáculo quede deslucido y manchado por el protagonismo, en este caso, de Benjamín Jiménez como actor principal, con la ayuda de Esperanza Mendoza y Alberto Baena. La indudable personalidad del gaditano no puede darle siempre el papel sheriff justiciero.

El Unicaja gobernó el partido de arranque, imprimiendo un ritmo alto en defensa e intentando correr para generar posiciones de lanzamiento favorables. El acierto en el triple le permitía mandar en un duelo. Carter estaba inspirado y creaba espacios. Le tomaba el relevo Kalinoski. Había situaciones en las que el Unicaja arriesgaba con algún pase largo que no se concretaba, pero Ibon aplaudía, síntoma de que era una orden para castigar el balance defensivo barcelonista. El técnico vitoriano intentaba hacer equilibrismo con una rotación de 10 jugadores. Ejim jugaba de tres para mantener la cara con Kalinic, pero se cargaba con tres faltas en la primera mitad cuando más daño hacía.

El arbitraje de Jiménez, Mendoza y Baena ya encrespaba al Carpena. Es de justicia decir también que es complicado dirigir un partido cuando los dos equipos protestan cada decisión que toman. Hubo un momento en la primera parte en la que parecían haber perdido el control del partido. Cogió las riendas Jiménez entonces. Y ya no las soltaría. El partido se movía entre los seis y los 10 puntos de renta para el Unicaja, no podía romper. El Barcelona vivía de su dominio en el rebote (13-20 al descanso), que paliaba sus errores en tiros abiertos. Laprovittola era la principal incomodidad con su capacidad para desbordar. Es el argentino el clásico falso lento que acaba marchándose y consiguiendo la ventaja. Con Jasikevicius han conseguido optimizar su versión como jugador top en nivel Euroliga. Una canasta de Vesely dejaba el marcador en 39-35 al descanso.

Una de las incógnitas era si el Unicaja, con dos jugadores menos en la práctica (lástima de lesión de Saint-Supéry, iba a tener sus minutos en esta racha de partidos hasta, al menos, la recuperación de Djedovic) podía mantener el ritmo, las piernas y los pulmones que había exhibido. Volvió Benjamín Jiménez, al que le gusta sentirse protagonista en el Carpena. Transformó una falta sobre Osetkowski en una antideportiva del americano por darle en la cara a Satoransky en un gesto natural del tiro tras haber recibido el golpe del checo. En un parpadeo, el Unicaja estaba 39-45 para un parcial de 1-17 arrastrado desde los minutos finales del segundo cuarto. Tras el tiempo muerto de Ibon, el Unicaja salió con ideas frescas y Perry ejecutó bien para igualar (45-45).

Pero ya al Unicaja le costó seguir el ritmo del Barcelona, que amenazó para romper, pero el equipo malagueño siempre volvía. Se iba a siete el cuadro de Jasikevicius, reducía a tres el Unicaja, así a tirones. Un triple de Satoransky, una falta a Ejim, al que no se dejó jugar físico y se sacó del partido, por poner un bloqueo con los pies parados, tiros libres fallados por Kravish y Perry... Más acierto azulgrana, en definitiva. Pitarle unos dobles a Kalinic, señalar la cuarta falta de equipo al Barça y una falta en ataque de Abrines a Alberto en el semicírculo con todo ya decidido queda bien para igualar el número de errores en el contador, pero no engañan. Así se marchó la victoria que deja al Unicaja sexto en la tabla tras pasar un duro calendario que ahora se suaviza algo en la ACB, pero se compensa con la dureza progresiva de la BCL. La ovación del Carpena al equipo al acabar significa que sigue gustando lo que se ve, incluso en la derrota. La bronca al trío, claro está, todo lo contrario.

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