Unicaja

Manolo Rubia y una vida dedicada al Unicaja

Manolo Rubia, junto a su hija Laura

Manolo Rubia, junto a su hija Laura / Pepe Gómez

Manolo Rubia recibió un efímero reconocimiento por parte del Carpena, pero muy intenso. Un Palacio que dedicó una atronadora ovación al que ha sido una de las figuras más influyentes del club de Los Guindos en las últimas cuatro décadas, donde ha ejercido de jugador, embajador, director deportivo y también director de operaciones. Cerca de 35 años al servicio de su Unicaja, testigo del desarrollo de la entidad hasta la estructura fuerte y solvente que es en la actualidad. Con un Palacio a rebosar, consciente del bagaje de Rubia, jubilado casi hace un par de años. Buscó el club un contexto idílico para que tuviese su momento con la afición cajista, en una política que lleva por bandera el reconocer a personajes que han sido clave en su ascenso. Rafael Jiménez, mítico gerente, o el doctor Diego Montañés han sido algunos que han pasado por el centro de la pista, y llegará alguna más.

Junto a su hija Laura, también de las aficionadas más queridas y carismáticas, recibió un obsequio por parte del club, también con un breve vídeo emitido en el videomarcador del pabellón. "Muchas gracias a este club, que me ha dado la oportunidad de disfrutar de tantos años del deporte que tanto me gusta, también a la entidad por todo"; cumplió con el protocolo de tener unas palabras ante los más de 10.000 aficionados que se dieron cita en este Unicaja-Barça, además con una magnífica tarde de baloncesto. 

Su legado trasciende más allá de Málaga, respetado además a nivel nacional por su trayectoria en la Selección Española, donde ejerció de delegado del 2001 al 2008. Suda baloncesto por todos los poros, ya con su particular reconocimiento, el primero de muchos porque no es un cualquiera. No se concibe un Unicaja actual sin su actividad a lo largo de tantos años.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios