Después de que la plantilla del Unicaja pasara de manera individualizada por los despachos de Los Guindos, hubo una comida de despedida de todos los jugadores, miembros del staff, directiva y miembros de oficinas. El equipo quedó en el Carpena para ir desde allí en autobús a La Reserva de Antonio, en La Carihuela, donde se celebró el ágape.

Desde dentro, Luis Casimiro lo ha dicho públicamente, se ha señalado que éste ha sido un buen vestuario, que ha hecho vida junto fuera de la pista y que ha mostrado profesionalidad. No todos seguirán en el plantel, una parte significativa se marchará tras una temporada que se perfiló mejor de lo que finalmente ha resultado. El análisis que se hace desde dentro es que el equipo se descosió con las lesiones y que siguió adelante por esa unión.