Unicaja Baloncesto - Delteco GBC | Crónica

Roberts sale al rescate

  • El base emerge en el tercer cuarto para insuflar puntos y confianza a un Unicaja al que se le atragantaba el colista

  • Otra vez hubo excesiva irregularidad

Lessort realiza un mate.

Lessort realiza un mate. / Marilú Báez

Brian Roberts emergió en un momento crítico, mediado el tercer cuarto, cuando el Unicaja amenazaba con desmoronarse. El ambiente se había enrarecido, había pitos intensos después de que el Delteco se pusiera por delante. 400 partidos NBA a la espalda y una frialdad extrema que a veces desespera. Pero en situaciones así, es una virtud. En un parpadeo metió 10 puntos y dio dos asistencias para dar una renta por encima de la decena que tranquilizó a todos para sacar adelante un partido ante el colista, incómodo, en medio de un play off y con el equipo corto de confianza. Venció 87-69.

El partido acabó con el personal jaleando a Dani Díez, que había tenido ración de banquillo el viernes y 25 minutos ante el Delteco. El madrileño cortó dos balones, cogió dos rebotes, salvó un balón imposible a costa de los utensilios de los fotógrafos y metió un triple en secuencia continua. Fue un síntoma de la situación del equipo, seguramente. Se aplaude al que estaba fuera de la rotación, y sale con hambre, quizá como una manera de castigar a los que juegan. “MVP”, le gritaban.

No está bien, pero no se puede negar que salió con profesionalidad el Unicaja, se tomó en serio el partido para intentar virar una tendencia peligrosa. No le sobra nada en este momento de la temporada. Y defensivamente tiene demasiados momentos desastrosos. Era el cuarto partido en ocho días y la tentación existe cuando hay un partido tan trascendente el próximo miércoles. Parecía marcar una buena tendencia, con dificultades para anotar del equipo guipuzcoano. 16-6, 23-12... Se amasaba una renta interesante. Había dispuesto Casimiro un quinteto inusual de salida, con Boatright de base y Salin y Milosavljevic en las alas. Quizá buscando marcar un nivel defensivo alto de salida para coger esa velocidad de crucero. Es una opción que quizá explote el técnico vista la irregularidad existente. Aunque con la desatención de algunos jugadores es complicado combatir.

Mandaba 30-17 mediado el tercer cuarto el Unicaja tras un triple de Roberts y ahí un tiempo muerto de Valdeolmillos cambió la tendencia del partido. Burjanadze, canterano del ahora Betis que compartió aquel equipo con Satoransky, Porzingis o Hernangómez, con Berni de capitán, empezó a hacer daño. Es un cupo interesante a seguir. Aún joven (25 años), ha pasado dos años malos de lesiones. Intenta reencontrarse.Con 36-31, parcial de 6-14, había ya algún pito en el Carpena. El Unicaja estaba otra vez en un pico bajo del habitual tobogán en el que se mueve en los dos últimos meses. Dos triples de Roberts en los dos últimos minutos, el segundo sobre la bocina del descanso, permitían ir al vestuario con una renta algo más cómoda (42-33), aunque había quedado la sensación de que el partido no estaba ganado y que había que jugar mejor para rematar el triunfo. Porque se había dominado el rebote con autoridad (18-10), se había compartido el balón bien (14 asistencias) y se lanzaba con un 55% de acierto en tiros de campo, pero no había una diferencia definitiva.

Y rápidamente, la realidad golpeó al Unicaja. Olía la sangre el Delteco, necesitadísimo de victorias. En condiciones normales, ganar en Málaga es una proeza difícil de hacer para los guipuzcoanos. Pero en el estado actual del equipo, parece accesible. Una antideportiva de Wiltjer tras un error impropio dejó a tres puntos (44-41) al rival. Valdeolmillos colocaba juntos a los dos bases, Rebec y Dani Pérez, para crear más juego y poner más dificultades. Encontraba el Delteco a Zeisloft, tirador recién fichado que muestra puntería. Un triple suyo daba la primera ventaja del partido a los vascos (46-48).

Dani Díez acumulaba partido y medio sin jugar y Casimiro, que en un tiempo muerto pedía a sus jugadores que se olvidaran del ambiente (había pitos crecientes), le daba cancha, entre el jolgorio del Carpena, para dar un receso a un Carlos Suárez que paga la acumulación de partidos tras su regreso. Se le han quedado cortos varios tiros en los dos últimos partidos, síntoma de que le faltan piernas. Y a Wiltjer ya le había bajado el pulgar por este partido. Díes respondió con notables minutos, celebrados por la afición.

Roberts cogió entonces las riendas del equipo. Casimiro le juntó con Boatright, pero era el ex jugador del Olympiacos quien mandaba. Un triple, un dos más uno, una asistencia a Shermadini... Grandes minutos otra vez del experimentado base americano, que ayudaba a salvar una situación complciada. Otro triple suyo daba calma (60-50) en los últimos instantes del tercer cuarto. Y se sumó Waczynski en el comienzo del tercer cuarto para dar ya una renta tranquilizadora (68-52) que duró hasta el final. ¿Dará para ganar en Berlín? Es difícil, pero...

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