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Unicaja - Surne Bilbao: El dulce hábito de ganar (101-84)

Augusto Lima se queda el balón.

Augusto Lima se queda el balón. / Carlos Guerrero

El Unicaja regresó dos semanas después al Carpena, después de la experiencia copera, y volvió a la senda del triunfo liguero. El marcador (101-84) es engañoso porque el Surne Bilbao estuvo hasta el último cuarto en partido, con tramos de muy buen baloncesto y con ventajas frecuentes en los tres primeros periodos. Pero la máquina verde y morada se fue engrasando conforme transcurría el partido para demoler con su alto ritmo y su profunda rotación (Alberto Díaz descansó esta vez) al cuadro bien entrenado por Jaume Ponsarnau para conseguir la 19ª victoria de la temporada en ACB, una brutalidad con 23 jornadas disputadas. Hay cosas muy bonitas por las que competir esta temporada y el crédito de estos jugadores es total. No fue un partido sencillo y era posible caer en la ansiedad cuando no se podía distanciar en el marcador ni sentirse cómodo. Pero la gestión que hizo el equipo de la situación fue impecable.

Hay lecturas distintas después de un palo como fue la Copa. Hay hambre en el vestuario, aires reivindicativos. Es un grupo ganador, que se ha ido construyendo desde esa camaradería y ese entendimiento en el parqué. El partido comenzó raro, con un retraso de media hora en el inicio por un problema con uno de los relojes de posesión. Estaba algo frío el Carpena también, aunque fue entrando en combustión. Para eso no hay nada que una más que un arbitraje regulero, muy protestado por equipo e hinchado. Con un sensacional Osetkowski (13 puntos en el primer cuarto), el Unicaja parecía poner cuesta abajo el duelo, pero nada más lejano de la realidad. El Bilbao se apoyaba en el trío formada por Smith, Kullamae y el interior Killeya-Jones, que hizo un partido muy interesante. Entre los tres sumarían 50 puntos. También el base Pantzar, un cupo a seguir para años venideros. El Unicaja encalló y el Surne aguantaba el ritmo con anotaciones más altas y más bajas. Cortó el flujo anotador malagueño y se marchó al descanso arriba (42-45).

El partido tuvo ya un giro tras el descanso. Más actividad defensiva, mejor cierre del rebote (al descanso estaba 15-15 y al final fue 32-21) y tino en el triple (los mismos en el último cuarto que en el resto del partido, cinco). El partido empezó a decantarse para los malagueños. Enorme Kalinoski en el periodo final, con ocho puntos seguidos, con Ejim con minutos muy buenos como tres, haciendo daño en el poste bajo. Subió de los 10 y de los 20 puntos en un parpadeo. Y consiguió recuperar el ritmo de victorias para consolidarse en el segundo puesto de la Liga Endesa y a dos jornadas de jugar con el Real Madrid. La vida se ve mejor ganando.

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