Si el Unicaja mantendrá la mayoría de su plantilla, camino del pleno, tampoco habrá cambios en el staff de Ibon Navarro, culpables del gran éxito de la temporada recién finalizada y editores del plan del preparador vitoriano. Ángel Sánchez Cañete, Alberto Miranda y Paco Aurioles serán los técnicos ayudantes, asegurándose así el club malagueño el contar con un equipo de primerísimo nivel también en el banquillo, demostrado con un trabajo técnico-táctico excelso, que ha llevado al Unicaja a esa primera fila. Dentro del buen ambiente en el vestuario, convive el gran respeto que tiene la plantilla a ese trío de ayudantes, otro de los secretos de por qué se ha alimentado una identidad tan reconocible a lo largo del curso.

Grupo de trabajo que queda reforzado y establecido, de élite, viendo las cotas del Unicaja esta temporada. Además, Marcos Cerveró continuará como preparador físico, responsable para que los cajistas hayan mantenido un buen tono en una temporada infinita e intensa, pero se llegó en punto óptimo a la hora de la verdad, cuando las circunstancias invitaban a pensar lo contrario; con ese pizca de fortuna de no haber sido castigado por las lesiones, salvo la rodilla de Lima y un tobillo de Alberto Díaz que sí penalizó al equipo a final de curso. El monitorizar esas cargas, de los términos más repetidos de Ibon Navarro a lo largo de la temporada. Determinante que ese trabajo carezca de imperfecciones. Se quiere repetir ese plan la próxima, con un Unicaja que disputará cuatro competiciones en la 23/24: Supercopa, ACB, BCL y Copa del Rey, con unas exigencias en todas ellas altísimas.

Cuatro piezas que son importantes en el funcionamiento de este Unicaja, donde cada mínimo detalle cuenta, más en un club que visualiza seguir dando pasos adelante. La fórmula de éxito comprobada es edificar el proyecto con el transcurso de las temporadas, a lo que se suma ese staff, el mejor que pueden tener los malagueños.