La planificación deportiva del Unicaja en el verano de 2021 estuvo condicionada por varios contratiempos. La mayoría de los jugadores de la anterior campaña tenían contrato y el margen que le quedó Juanma Rodríguez, que comenzaba su segunda etapa como director deportivo de la entidad, fue escaso. El equipo buscaba un base organizador y el elegido fue Marco Spissu, que por entonces militaba en el Dinamo Sassari. El fichaje se fraguó a fuego lento, pero en el último momento se torció.  El jugador no pasó el reconocimiento médico y se canceló el traspaso con el equipo italiano, con el que tenía firmado un año más. 

Dada la situación, el conjunto sardo reclamó una indemnización por daños y perjuicios al no completarse el fichaje. Sobre los 100.000 euros, la mitad del traspaso acordado. Ahora, más de un año y medio después del lío, el Tribunal Arbitral de Baloncesto les ha dado la razón y el Unicaja deberá indemnizar al Sassari, así lo hacía público el club italiano en su página web este pasado jueves.

"El Dinamo Banco di Sardegna Sassari acoge con plena satisfacción la decisión dictada por el Tribunal Arbitral de Baloncesto (BAT) por la que se ha constatado la posición del club y su derecho a ser indemnizado en virtud de los acuerdos contractuales alcanzados en julio de 2021 para el traspaso del jugador Marco Spissu al club español Unicaja Baloncesto Málaga. El club agradece a los abogados Salvatore Civale y Roberto Terenzio su trabajo profesional", rezaba el comunicado emitido por el club italiano.

En lo deportivo, Marco Spissu se marchó al Unics Kazan una vez se desmoronó su llegada a Málaga. Tras la invasión rusa de Ucrania, el base dejó el equipo a principios de 2022 y acabó recalando en el Reyer Venezia donde coincidio con los ex cajistas Jayson Granger y Jeff Brooks. También fue compañero suyo Yankuba Sima, el reciente fichaje de los malagueños para suplir la baja de Augusto Lima.