El Unicaja alternará trabajo y descanso para preparar la semifinal de la Liga Endesa que comenzará el próximo martes 28 de junio en el Martín Carpena. Se aguarda al rival, Valencia o UCAM, pero el planning comprende lo que Ibon Navarro decía antes de viajar a Manresa, que el jugador a estas alturas de temporada, con cansancio físico y mental, no quiere entrenar y lo que quiere es jugar. Para ese propósito viene mejor el ritmo de las semifinales, con partidos en días alternos, pero antes hay que aproximarse a ellas.

El equipo llega pasado este mediodía desde Barcelona a Málaga con el resto de la jornada de reposo, trabajará este jueves, no lo hará en pista el viernes, trabajará el sábado, descansará el domingo y trabajará el lunes, en la víspera ya del primer partido de la antesala de la final. Haber decidido la eliminatoria en dos partidos permite ganar ese tiempo de descanso que no hubiera existido de tener que jugar el sábado un tercer duelo en el Carpena ante el Manresa. Todo esfuerzo que se ahorre en este instante de temporada bueno es para administrar el depósito.

Lo cierto es que el Unicaja no emite síntomas de fatiga física y mental, pero los jugadores ya van acusando la larga actividad también después de tantos meses a full. Pero, por lo que se ve, menos que otros equipos. Los niveles de uso de jugadores claves son menores en el cuadro malagueño que en el resto de equipos que siguen en liza en la Liga Endesa, en algunos casos con bastante diferencia, entre el 25% y el 75% menos de presencia en pista en toda la campaña con los equipos de Euroliga. También con los de BCL, sean Murcia o Tenerife. Una ventaja competitiva ahora conseguida con la racionalización de esfuerzos que propone Ibon Navarro como punto de partida.