Adam Waczynski vive días especiales. Vuelve a Polonia, su país y de cuya selección nacional es el capitán, para jugar contra el Asecco Gdynia. Incluso el club local ha promocionado el partido utilizando su figura, que es conocida en el baloncesto polaco.

Waczynski es natural de Torun, a la orillas del Vístula, 200 kilómetros al sur de Gdynia, a orillas del Báltico. Allí vivió el alero cajista en su juventud, dio sus primeros pasos como profesional en Sopot, justo donde se aloja el Unicaja en este viaje. 

En la víspera del partido, Waczynski exhibe sus sensaciones. "Estoy emocionado por el hecho de que voy a Polonia a jugar con mi equipo. Todo el mundo en Polonia seguirá este partido, seguro", decía el polaco, que no ha comenzado la temporada a buen nivel pese a venir con el rodaje de un histórico Mundial de su país, con protagonismo y una notable actuación deportiva.

"El Arka Gdynia es un buen equipo, un club que ha crecido mucho en los últimos años. Tienen experiencia en la Eurocup y buenos jugadores así que tendremos que tener cuidado. Tengo amigos en este equipo, estoy siempre siguiendo sus partidos en Liga de Polonia, tengo mucho cariño por este equipo y estoy contento por jugar en un pabellón en el que he jugado mucho", proseguía Waczynski.

En su cuarta temporada en Málaga, Waczynski tiene que buscar minutos con Ejim y Toupane como compañeros de posición. No será sencillo. Aún sin el francés, sólo estuvo nueve minutos en pista en Vitoria, aunque metió una canasta importante en el último cuarto al coger un rebote de ataque. Es el tirador más puro que tiene el Unicaja en la plantilla y eso, en la tendencia a la que va el baloncesto, es un plus que ningún entrenador desdeña.

"Estamos un poco mejor cada día, venir de una victoria siempre es bueno para el espíritu del equipo. Hemos ganado un partido duro en Vitoria por un punto y siempre es bueno para todo el equipo tener sensaciones y así empezamos una semana importante", remachaba el jugador polaco.