Copa del Rey Málaga

El ángel malagueño de Nikola Mirotic

  • Ángel Martín de Soto fue durante año y medio el asistente personal del crack del Barça, gran figura de la Copa que comienza en Málaga

  • Hoy lleva con su mujer, Carmen Rubia, la empresa AC Scholarships, que facilita el aterrizaje en Estados Unidos los estudiantes que emprenden la aventura americana

Nikola Mirotic, con el malagueño Ángel Martín de Soto en Chicago.

Nikola Mirotic, con el malagueño Ángel Martín de Soto en Chicago. / M. H.

La última vez que Nikola Mirotic jugó un partido de la Copa del Rey fue en Málaga, en 2014. Aquel día, en una final resuelta con un tiro sobre la bocina de Sergio Llull a favor del Real Madrid, Mirotic fue escogido MVP del torneo. Ahora vuelve a una Copa, también en el Martín Carpena, seis años después, como crack principal del torneo de 2020 al mismo escenario pero en la acera de enfrente, con el Barcelona, víctima aquel día en el que, seguramente, ya había consenso acerca de la inminencia del salto del hispanomontenegrino a la NBA. "La verdad es que tengo muchas ganas de volver a Málaga, de disputar esta Copa del Rey y, sobre todo, ganar vistiendo este escudo del Barcelona", decía pocas horas antes del inicio de este torneo.

En efecto, acabada esa campaña 2013/14, dio el salto a la NBA a los míticos Bulls de Chicago. Allí, la vida de Nikola Mirotic se cruza con la de un malagueño, Ángel Martín de Soto. Durante año y medio, fue asistente personal del jugador y su familia. Una especie de ángel de la guarda para su integración en Estados Unidos, que no resulta sencilla. Ángel Martín había estudiado INEF y había hecho un MBA (Master de Dirección de Empresas). Jugador de la cantera del Unicaja y también en Alhaurín de la Torre, el baloncesto formaba parte de su vida. Había trabajado en Los Angeles, en la sede central de la prestigiosa empresa de representación BDA (trabaja con estrellas como Luka Doncic, Goran Dragic o Nikola Vucevic o en el Unicaja a Jaime, Brizuela y Adams).

En su estancia en Estados Unidos, a raíz de sus vivencias junto a su pareja, Carmen Rubia, Ángel Martín empieza a imaginar una empresa, que ahora es su ocupación, AC Scholarships. "Vivía en Los Angeles, se me acababa el visado, movía lo de la empresa y me volví a Málaga. Llevaba aquí y me llamó Igor Crespo, agente de Mirotic, con el que había tenido contacto anteriormente y me conocía. Me dijo que Niko estaba en Chicago, que la adaptación estaba resultando un poco dura, que Pau Gasol tenía un asistente personal y que estaba pensando en hacer lo mismo. Que había pensado en mí porque conocía la ciudad y había trabajado en el baloncesto. Me planté en Chicago, hablé con Niko y su mujer, Nina, para una entrevista personal. Le cuadró el perfil y en marzo de 2015 empecé. Esa campaña, el verano y toda la siguiente temporada, hasta los Juegos de Río, estuve con él, pero quería seguir con mi empresa. Estaba encantado con Niko, pero quería volver a Málaga", explica el malagueño, de 31 años. Entonces, con 26, se manejaba en Estados Unidos con soltura.

Francis Alonso, Ángel Martín, Enrique Cortés y Carmen Rubia. Francis Alonso, Ángel Martín, Enrique Cortés y Carmen Rubia.

Francis Alonso, Ángel Martín, Enrique Cortés y Carmen Rubia.

¿Y en qué consiste ese trabajo de asistente personal? "Muchos jugadores lo tienen. Mueven tantísimas cosas... Se controla la agenda. Por ejemplo, tienes un spot tal día, te recojo y te llevo. Llega un paquete de ropa, pues recogerlo. Coordinarle un poco en general. La familia, cuando venía, sacarle los vuelos, ir al aeropuerto a recogerlos. A los compromisos gestionarles las entradas y llevarles a la sala de familiares. También con la mujer y el hijo, buscar colegio, profesor, médico... Todo lo que ellos necesitaran, tanto profesional como personalmente. No viajaba con el equipo, sólo un par de veces. A los partidos siempre iba, llevaba a la familia. Pero vamos, era un poco facilitarles la vida. Hacer un trámite con el banco, un pasaporte, teléfono... Lo que fuera", explica Ángel, que recuerda disfrutar mucho la experiencia: "Era una pasada, siempre me ha encantado el baloncesto. Me involucraba, conocía a gente del front office, al general manager. Veía entrenamientos, iba con Niko a hacer el tiro por la tardes. No sólo era mi trabajo. Era alucinante, ahora lo pienso y en su día lo normalizaba, pero viví el día a día completo de una figura de la NBA".

"Niko es un máquina, es un tío súper educado, muy cercano", responde Ángel Martín cuando se le cuestiona por la figura del Barcelona en lo personal: "Cuando te acercas a un jugador así pues piensas que pueda tener cierto ego, que va a ser complicado... Qué va, es muy cercano. Mezcla ese carácter balcánico, que a veces se ponía serio, con el sentido del humor de haberse criado casi en España. A veces te sale con una broma muy española. Era mi jefe, pero me trató con mucho respeto y cariño. No tenía por qué tener un trato amigable más allá del profesional, pero era muy cercano, me trataba muy bien. A ellos les costó un poco la adaptación. No hablaban el idioma, llegar a Chicago con un bebé recién nacido, hay mucho tráfico, frío, nieve, la movilidad es complicada... Eso requiere cierto proceso de adaptación. La familia poco a poco se adaptó más y mejor, conocieron a gente de su país, de su religión, cada vez con más vida social y se sintieron mejor".

"Si te digo la verdad, no, no me sorprendió", señala el malagueño cuando se le pregunta por si le extrañó su regreso a Europa de Mirotic con 28 años y a punto de firmar otro gran contrato en la NBA tras jugar en Chicago, Nueva Orleans y Milwaukee: "No lo sabía, nunca hablé con él de eso. Mantenemos el contacto de vez en cuando, pero no me sorprendió. Niko y Nina son gente un carácter muy familiar, un poco como los españoles, nos gusta estar cerca de nuestra gente, nos gusta la calidad de vida, que sea cómoda. Esos últimos años de Niko, con tres equipos en un año, mover a la familia... Nunca es fácil. Además, Niko siempre me transmitía que es un competidor. El gesto que tuvo hace poco cuando el Unicaja ganó en el Palau y no saludó, o cuando le pusieron una bandera por delante en un partido de España y la arrancó... Eso es porque juega a las cartas y va a muerte, le pierde perder. Eso de que en la NBA hay tres equipos que pelean por el título, que si no se meten en play off, hacer tanking... Venir a Barcelona era venir a por la Copa, la Liga, la Euroliga, poder ganar tres títulos... Eso le llena, le conozco y competir es lo que le gusta. Él perdía un partido tonto en la NBA y él estaba jodido. Si tenía un mal partido personal, recuerdo terminarlo y a la 1 de la mañana irme con él a hacer tiro. Él tiene esa cultura, se ha criado así. El que ahora es su suegro fue quien le descubrió, jugaba al fútbol y se pasó al básket. Es un currante, no se le puede echar en cara que no curre, aparte de que tiene las condiciones para ser el que es".

Ángel Martín, en la sede de AC Scholarships. Ángel Martín, en la sede de AC Scholarships.

Ángel Martín, en la sede de AC Scholarships.

De aquella experiencia americana, culminada con la intensa convivencia con Mirotic, surgió la idea de AC Scholarships, la empresa en la que trabajan ahora Ángel y Carmen. "Fuimos a estudiar con Carmen a Estados Unidos y al principio todo el proceso de papeleo, visado y documentos fue un caos. Lo conseguimos, pero fue un trámite bastante complejo. Hubo varios estudiantes y amigos que nos preguntaron sobre cómo era y les ayudamos", recuerda Ángel: "De mi experiencia con BDA en Los Angeles vi de cerca ese mundo de jugadores de universidad, cómo se recluta a los europeos y surgió la idea de montar la empresa. Facilitarles todo ese trámite y combinarlo con opciones para deportistas, no sólo del baloncesto, para ir a EEUU y para conseguirles becas también. Hemos trabajado con futbolistas, tenistas, jugadores de voley, gente de golf... Pero también, por ejemplo, con un violinista y otros que no practican deporte. Aunque sí es verdad que el baloncesto es el mundo que más conocemos, nos gusta y nos movemos mejor, pero estamos abiertos a todo".

"Nuestro servicio es muy personalizado. Se trazan planes y objetivos de la familia, sus preferencias... La búsqueda es muy específica. Se buscan las mejores opciones académicas y deportivas según lo que busca la familia. Hacemos todo el trámite y, aparte, preparamos unos highlights con su información, les ponemos en contacto con los entrenadores, les preparamos para los exámenes de acceso, las gestiones de becas, documentos del proceso de admisión y todo el tema del visado, inmigración, billete de avión... Es verdad que la familia tiene que involucrarse, porque si no es imposible por toda la información que se necesita. Después, hacemos un seguimiento, siempre surgen cosas y seguimos en contacto", explica Ángel Martín que calcula que estos cinco años han colaborado ya con medio centenar de jóvenes malagueños para ayudarles a encontrar una universidad americana: "Empezamos a rodar en 2015 oficialmente, al principio lo compaginé desde Chicago. Los chicos que se fueron en 2015 ya han vuelto. El primero fue Enrique Cortés, que era compañero de generación en el Unicaja con Domas Sabonis y Francis Alonso, y que ya está de vuelta trabajando en Málaga y juega en EBA en Mijas. Fue a una universidad de NCAA II a Denver, fue un lujo trabajar con él".

"Esto era un territorio más desconocido, antes estabas en el junior del Unicaja y pensabas al salir, ¿ahora qué hago? Está creciendo muchísimo, cada vez irá más gente hacia allá. Quitando a un Francis o un Domas, la gente tenía el concepto de que los que no valen para jugar en España iban allí a sacarse una carrera. Ahora vemos casos como Santi Adalma o el malagueño Gody Dike, jugadores de máximo nivel europeo a su edad, que dicen me voy a EEUU, que el baloncesto sigue pero mientras estoy estudiando. También están Eric Vila, Ramon Vila, muchos jugadores con potencial para tantear en Estados Unidos. Allí el baloncesto lo trabajas igual o más que en un equipo español. Son 24 horas disponibles, comodidades, mantienes los estudios. Llegues a NBA, a EBA o ACB, tienes tus estudios. Si no llego o me lesiono, tengo mi idioma... Es una oportunidad increíble, no sólo para chicos de nivel medio", remata el ángel malagueño en Chicago de Nikola Mirotic.

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