Barcelona - Unicaja: Aroma a junio (18:30)

El Unicaja quiere atar al menos la cuarta plaza en el Palau Blaugrana ante el rival potencial en unos cuartos de final del play off, un Barça que llega fatigado por la Euroliga pero con las amenazas latentes de un gigante

Ibon Navarro y los que dudan del Unicaja

Los jugadores del Unicaja celebran tras una victoria.
Los jugadores del Unicaja celebran tras una victoria. / ACB PHOTO / M. POZO

Ganar tanto y jugando tan bien como ha ocurrido en estos dos últimos años a veces desvirtúa la visión sobre el Unicaja. Y la temporada está siendo sobresaliente aunque es cierto que el juego del equipo no está siendo tan redondo, quizá midiendo esfuerzos y obstáculos que la competición te va desafiando en el día a día. Se va in crescendo en esta traca final, semanas estimulantes, con buenas perspectivas en esa Final Four que incentiva en Atenas y un play off de ACB donde este Barcelona-Unicaja tendrá gran peso (18:30 horas) en ese camino, allá por junio. Sí, el Barça, el rival potencial en cuartos de final, cierto que restan cinco partidos más después, con escenarios por definir, pero sería aparentemente el camino más complicado a ese título de Liga Endesa que el Unicaja manifiesta abiertamente anhelar. Positivo por los márgenes de confianza en este vestuario y en Ibon Navarro, precisando el mensaje en este periodo de entreguerras. Este Barça-Unicaja tiene ese aroma, aunque el partido es determinante por la cuarta y quinta plaza.

Dos victorias saca el Unicaja (19-9) al Barça (17-11) y el 103-96 en la ida del Carpena, un average presente en el Valencia-Unicaja de hace un par de semanas, derrota que aludía Ibon Navarro para cambiar la cara lejos de Málaga. Algo sobrenatural que el Unicaja encadene cinco derrotas seguidas en ACB, desde el 11 de enero en Bilbao, un equipo tan acostumbrado a ganar y preciso en escenarios, como si fuese una escala, menos apetecibles que acudir a Barcelona. Hay una necesidad de retomar esa solidez si el equipo quiere seguir dando lustre a esta temporada mágica, tres títulos que dan una credibilidad tremenda, que a la hora de la verdad el Unicaja maximizará todo lo que tiene. Atenas, en dos semanas, con un ambiente infernal el que espera, o el jueves a Tenerife. De ahí que Ibon insinúe esa obligación. Además, seguro que un partido para enseñar o esconder alguna cosa, de cara a esa serie con los azulgranas, dentro de ese manual con infinidad de recursos. Ir al Palau Blaugrana viéndose como uno de ellos, el aura que ha obtenido el Unicaja en estas temporadas. Aquello de poder ganar a cualquiera al mejor nivel, hasta un transatlántico europeo. Algo extraordinario y un enfoque que también eleva la exigencia en parte del entorno.

El Unicaja tuvo una semana limpia que se agradece casi en mayo, el premio de certificar la Final Four por la vía rápida. Días útiles para entrenar, descansar y despejar cabezas para lo que viene. El calendario ya no parará hasta después de Atenas. Las lesiones de Ejim y Djedovic han trastocado la etapa actual, jugadores además con unas funciones muy específicas, dos soldados que reducen una rotación con un sobreesfuerzo en las próximas citas. Algo peligroso, por cómo funciona el conjunto malagueño, con doce jugadores en partidos de máxima dificultad, y alterando un éxcel con demasiadas columnas a estas alturas. Ventana para que jugadores puedan crecer y elevar el tono competitivo, sin esa nube negra de hacer descartes.

Suelen decir los entrenadores que nunca es buen momento para visitar un escenario como el Palau Blaugrana, aunque el Barça debería acusar ese esfuerzo en Euroliga, dos derrota con Mónaco y al borde del KO, ambas versiones grises de los azulgranas en el Principado, manifestando que se está lejos, por ahora, de ese nivel físico súper élite europeo. Con la esperanza de darle la vuelta y ese cansancio, el Unicaja tiene esa oportunidad. Acabó la fase regular de Euroliga como un disparo (5º con 20-14), pero demasiada irregularidad, ruido tóxico y lesiones de calado, un destrozo irreparable la de Metu, parece retroceder. Una temporada difícil de medir, con aires de fracaso sin títulos, donde solo quedaría la ACB si se confirma esa eliminación de Euroliga. Vesely, jugador que históricamente ha hecho daño al Unicaja, volvió a Barcelona lesionado de la espalda y es duda. No hay que subestimar a los de Peñarroya, jugadores de máxima élite y, por ende, caros, los Punter o Jabari Parker estarán, o Brizuela, de las noticias más agradables de la temporada del Barça.

Ver al menos una versión competitiva y rocosa del Unicaja, seguir recuperando señas de identidad y tomando alguna nota en ese todavía hipotético escenario de junio. Escenario sugerente para la plantilla y con ese viento a favor para dar un golpe encima de la mesa. Y borrar esa racha tan negativa como extraña lejos del Carpena.

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