Unicaja

El bautizo lo oficia Spanoulis

  • Los jóvenes del Unicaja viven una experiencia inolvidable en su debut

Javi Rodríguez defiende a Spanoulis.

Javi Rodríguez defiende a Spanoulis. / unicaja b. fotopress

Sergio Scariolo estaba en Kiev con la selección española y Juanma Rodríguez en Sevilla, con obligaciones de su nuevo cargo como director deportivo del Betis. Ellos fueron quienes diseñaron, en el momento de mayor esplendor económico del Unicaja, el mejor equipo de la historia del club, el que engarzó Copa, Liga y Final Four. Es frecuente verlos en Los Guindos o en cualquier pueblo de Málaga donde jugaba el cadete o el junior cajista. No pudieron estar en Benalmádena anoche, en el debut con el primer equipo de sus vástagos mayores, Alessandro y Javi, que vivieron ese ciclo glorioso en sus primeros pasos vitales.

La situación extraña con las ventanas ha permitido como veta positiva que un puñado de jugadores de Los Guindos viva una experiencia que no olvidarán en sus vidas, no hay ninguna como la primera vez. Junto a ellos, Lucas Muñoz, Jeffrey Godspower, Ismael Tamba y Matheus Maciel también pueden guardar sus camisetas, nombre incorporado, en su debut. Conforman el núcleo del equipo junior que esta temporada dirigirá Germán Gabriel.

Javi Rodríguez siempre podrá decir que los primeros pasos en el primer equipo fueron para intentar detener a un mito del baloncesto europeo, nada menos que Vasilis Spanoulis. Salió como titular y no lo hizo nada mal. No le superó con facilidad el genio de Larisa, acaso uno de los mejores jugadores europeos del siglo XXI. Le metió alguna canasta pero se la tuvo que trabajar. Y Rodríguez, sobrino de Nacho, metió el primer triple que intentó. Está en forma tras ser hace pocas semanas subcampeón de Europa con la selección española sub 16. Antes del inicio del segundo tiempo se acercaba cariñosamente Vasilis Spanoulis para dialogar con él y darle ánimos.

Poco después saldría Alessandro Scariolo. Su madre, Blanca Ares, una de las mejores baloncestistas españolas de la historia, veía en primera fila cómo su hijo metía dos triples en los primeros tiros que intentaba, uno de ellos delante de Spanoulis, también maestro de ceremonias en el bautizo de Scariolo, que salió rápido con dos faltas.

Fue una experiencia que a buen seguro recoradarán toda su vida, el primer partido con el Unicaja ante el Olympiacos de Spanoulis, todo un campeón de Europa. Si alguno de ellos se consolida en el primer equipo con el tiempo podrá decir que todo empezó ayer en Benalmádena.

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