El brillo en los ojos de Emir Sulejmanovic

La vida de Emir Sulejmanovic no fue sencilla. Nació en Srebrenica, ciudad tristemente famosa, justamente se cumplen estos días 30 años de la matanza que acabó con 8.000 musulmanes en aquella ciudad. En medio de ese ataque brutal nació el nuevo jugador del Unicaja, que este domingo alcanzaba las tres décadas de vida, en un verano en el que se casa y en el que ha firmado por la entidad ahorradora. Todo sucedió de manera fulgurante. “El fichaje más rápido que he hecho en mi vida”, reconocía Juanma Rodríguez, director deportivo cajista la semana pasada. La marcha de Yankuba Sima a Valencia hizo activar la operación, pagando su salida de Zaragoza. Casualidades, Sulejmanovic estaba justamente en Málaga celebrando su despedida de soltero.

En ese momento, Sulejmanovic recibió una llamada para ver si podía acudir a reunirse con Juanma Rodríguez e Ibon Navarro en el Carpena. En menos de media hora estaba el pívot en la que iba a ser su casa para verse con sus nuevos jefes, que le contaron el proyecto y lo que querían de él. Le vieron el brillo en los ojos. “Es la oportunidad de mi vida, no os preocupéis”, les respondió para transmitirles la ilusión que le hacía venir a Málaga. Y es parte de lo que define al nuevo jugador.

Seguramente el techo de Sulejmanovic sea más bajo que el del resto de fichajes, pero el suelo lo pondrá alto. Los informes sobre el jugador son los de un gran profesional y también buen tipo. Antes de cumplir los dos años, su familia emigró a Finlandia, donde se crió, empezó a jugar al baloncesto y estuvo hasta los 16 años, cuando lo firmó el Olimpija de Ljubljana. De allí, al Barça, en edad junior, lo que le permite ser cupo a efectos BCL, no así en la ACB. Cesión al Orlandina italiano, paso por Fuenlabrada, Breogán, Bilbao, Tenerife y Zaragoza, donde ha pegado un gran salto en su rendimiento. Con casi una década de experiencia en la ACB, sabe perfectamente al lugar que viene y en el contexto en el que lo hace, un equipo con seis títulos las tres últimas temporadas que ha marcado tendencia y estilo.

La llegada de Sulejmanovic hace al equipo más versátil, se pierden cosas sin Yankuba Sima, quizá minusvalorado en su etapa en Malaga pero élite en ciertos conceptos, aunque se gana también aparentemente en equilibrio con la reestructuración de la plantilla. Capaz de jugar en los dos puestos interiores, mejor reboteador de la competición y un 40% en triples, también está el reto de ser productivo a los mismos niveles sin 25 minutos por encuentro y seguramente con menor cantidad de bola. Es el reto, pero tiene hambre. Y brillo en los ojos.