Bruno Fernando, el Balcerowski del Real Madrid

Ha optimizado recursos el Real Madrid en una segunda mitad de curso numéricamente muy positiva. Y un equipo que se parece poco a aquel que se sufrió una hemorragia importante en Euroliga y un inicio de ACB que le costó arrancar, pagando las salidas de calado el pasado verano (Rudy, Chacho, Poirier y Yabusele). El Madrid se quedó cojo en lo físico por dentro, Ibaka no es el que era, y después de un casting variopinto en cuanto nombres, todo lo que genera el equipo blanco, con algún amago por Dylan Osetkowski, el elegido iba a ser Bruno Fernando (Luanda, 1998), que firmaba en enero por dos temporadas, un fichaje que generó expectativas importantes alrededor del Madrid. La responsabilidad de dar un salto al juego interior blanco.

Un proceso que recuerda al de Olek Balcerowski en el Unicaja. A fuego lento esa integración, pero una necesidad de dar el nivel en un Real Madrid obligado a ganar siempre. Llegó un par de semanas antes de la Copa, una presentación positiva, pero poco trabajo de base, en un equipo muy rodado y una primera etapa en Europa que suele conllevar unos tiempos, tras seis años en la NBA. "Cuando empezaron a jugar, todos tenían prisa para que saliese bien el primer día, pero los procesos son procesos y ojalá acaben a este nivel. Seguramente hace seis meses nadie contaba con que pudieran ayudar como lo están haciendo. Contento con la rotación que está dando Bruno Fernando a Tavares. Estoy muy contento con su participación, pero no pueden relajarse ni un ápice", decía Chus Mateo en la previa de la semifinal, ese grupo de jugadores que han dotado a este Madrid de mayor fiabilidad y dureza. Los Feliz, Hugo González, Feliz y Bruno Fernando.

Desmigaba Ibon Navarro en su comparecencia al Madrid y hacía una pausa en el pívot angoleño. "Sí que me parece importante el estado de forma de Bruno Fernando, un jugador que no ha sumado mucho en estos meses, porque venía de un contexto diferente y necesitaba su tiempo, y ahora mismo… ya le ves a un nivel de integración que cuando se sienta Tavares y entra él, el equipo no se resiente tanto. Todo lo contrario”, decía el entrenador del Unicaja. Pívot móvil, intensidad, diferencial en el rebote (8 y 10 ante el Baskonia) y seguro un factor X en la semifinal. El Real Madrid necesitará esa aparición de una unidad B que a lo largo de la última década ha sido A. Su fichaje disparó las expectativas colectivas, que sí se cumplieron, un Real Madrid más contundente desde la Copa, pero las particulares del jugador tardaron más. 6.9 puntos, 5.6 rebotes y 9.4 de valoración en ACB promedia el angoleño en 15 minutos. Seguramente una pretemporada completa, como Balcerowski, impulsará su trayectoria en el conjunto blanco. Con sus 2.06 metros y gran envergadura, su impacto se nota sobre todo en defensa: protección del aro, cambios agresivos en el pick and roll y capacidad para contener a exteriores.

Internacional con Angola (jugó el Preolímpico ante España), Bruno Fernando llegó a la NBA en 2019 tras ser elegido en el número 34 del Draft por los Philadelphia 76ers, aunque sus derechos fueron traspasados esa misma noche a los Atlanta Hawks, donde debutó como profesional. Allí mostró flashes de su potencia física y capacidad defensiva, pero tuvo un rol limitado. Más tarde pasó por los Boston Celtics y los Houston Rockets, donde vivió sus momentos más sólidos, especialmente en la temporada 2022-23, aportando energía, rebote e intimidación en minutos de rotación. En total, acumuló más de 150 partidos en la liga.