Para alguien que ha pasado una vida defendiendo una camiseta es casi imposible no verse como un extraño cuando visita la que ha sido (y será) tu casa casi durante dos décadas vestido con otros colores, como le ocurre a Berni Rodríguez (07-06-1980). "Cosas del deporte", dice el que fuera capitán del Unicaja, que regresa al Carpena liderando al Baloncesto Sevilla.

-Si se lo dicen hace unos años...

-No me lo habría creído. Pero el deporte te lleva por caminos que nunca habías pensado en recorrer.

-¿Es un partido especial?

-Sí, es inevitable. Es normal que siempre sea especial, pero ya será la tercera vez que vaya allí como rival, aunque el año pasado no jugué por lesión. Me apetece mucho hacerlo bien y ganar.

-¿Cómo fue su primer regreso?

-Muy malo tirando a malísimo. Estuve fatal. Nervioso. Espero que esta vez se me dé mejor.

-¿Qué echa de menos de Málaga en el día a día?

-Va a sonar a tópico. Los que somos de mar siempre lo echamos en falta, pero me adapto bien a lo que sea y volveré en verano.

-De hecho, pudo fichar por Unicaja. ¿Se sintió utilizado?

-Sé que el entrenador me quería allí, pero son decisiones de club. Fue una pena, porque me hubiera gustado jugar allí, pero no pudo ser y elegí la mejor de las opciones que tenía. Estoy feliz.

-Los años anteriores lo recibieron muy bien. ¿Cambiará la cosa con el CB Sevilla?

-Espero que no, aunque ahora vaya con uno de los rivales históricos. Lo di todo en Málaga haciéndolo lo mejor que podía.

-¿Quizá por eso le duele aún la forma en que salió del Unicaja?

-Es un capítulo que me queda ya muy atrás y no me gusta mucho removerlo, pero es cierto que en su momento sí que sentí que se podrían haber hecho las cosas diferentes conmigo. Fue un verano difícil y lo pasado, pasado está.

-¿Cree que por su pasado alguien dudó sobre su rendimiento?

-Soy un jugador con 34 años y se puede dudar de cómo esté y las ganas que tenga. Es cosa mía demostrar mi compromiso y creo que lo estoy haciendo.

-Pero allí es como una leyenda viva. Su dorsal (5) nadie lo coge en el Unicaja.

-Dijeron que lo iban a retirar, pero yo pedí que lo hicieran cuando dejase el baloncesto. Está en stand by. Cuando me fui de Málaga decidí que no jugaría más con el cinco. Lo del 41 (su dorsal en Murcia y Sevilla) tiene su historia. Estando en el Unicaja llegó Marcus Brown, que quería el cinco porque era el que siempre había usado. Yo le dije que no podía ser y él cogió el 41, un poco por eso del 4+1, pero me estuvo dando la lata de broma toda la temporada con que él tenía que llevar el cinco. Recordé esto y me pareció un buen número para iniciar una nueva etapa.

-Y ahora vuelve en un derbi. ¿Se están descafeinando por las desigualdades económicas?

-En general toda las Liga está descafeinada por ese motivo, pero no siempre el más poderoso económicamente vence. Nosotros vamos con nuestras opciones, cargados de moral y en buena línea.

-¿Qué recuerdos le traen este tipo de partidos?

-Muchas veces esa rivalidad de derbi es más en el ambiente que lo que en realidad hay en la pista. Ahí piensas que tienes un equipo enfrente y que tienes que ganar, como cada fin de semana. Los jugadores van cambiando y no lo sienten como tal. Los duelos de cantera sí que eran duelos pasionales, más que en profesionales, porque con los filiales realmente sí son malagueños contra sevillanos.

-Una curiosidad. Ya no se toca la oreja cuando mete un triple, ¿por qué?

-Antes era muy maniático. En general, los deportistas tenemos muchas tonterías. Con el paso de los años me las he ido quitando, quizá porque me siento más seguro y no quiero dejar al azar nada. He compartido vestuario con jugadores supermaniáticos, como Bullock. El día del partido no se le podía tocar la mano derecha.

-¿Con 34 años se ve mayor o queda Berni para rato?

-Me siento muy bien físicamente y sigo disfrutando con el baloncesto. Firmé una temporada con el CB Sevilla y estoy muy a gusto, pero no decidiré nada hasta que no acabe la temporada. Ni siquiera lo pienso.

-Y eso que este curso lleva un tute importante de minutos.

-Sí, pero me cuido. Cuando eres joven no le echas cuentas a estas cosas pero con la experiencia y la edad sí lo valoras.

-Si la experiencia es un grado, la juventud de este equipo es...

-Una filosofía de club. Dudo que haya otro equipo en el que los jóvenes sean tan importantes.

-Roth ha dicho que Pozingis es una mezca entre Ilyasova, Pau Gasol y Bargnani.

-Buena comparación. Es un talento natural y por eso a veces se nos olvida que tiene 19 años. Creo que está muy claro por dónde pasa su futuro y cuál será su siguiente paso, así que hay que disfrutarlo ahora.

-¿Y con quién compararía a Hernangómez?

-Quizá, por venir del Madrid, con Felipe Reyes. Técnicamente es mejor que Felipe, pero éste tiene otras muchas cosas que lo han hecho jugar 15 años en la elite siendo de los mejores de Europa. Energía, voluntad... Todo eso tiene también lo tiene Willy, pero tiene que seguir creciendo.

-¿Le piden consejo los jóvenes de la plantilla?

-Sí y yo trato de predicar con el ejemplo. A veces me siento como un hermano mayor, pero me gusta.

-¿Se ha sentido como la extensión de Scott Roth en la pista por su prohibición de levantarse?

-Para bien o para mal, soy el jugador con más experiencia de la plantilla y he vivido cualquier situación que se pueda pensar. Tengo ese punto de saber qué hacer en cada situación, aunque puedo fallar, claro. Tanto el técnico como los jugadores hemos tomado esa circunstancia ya como algo natural. Es cierto que prefiero ver a mi entrenador arengándonos o chilládonos a pie de pista, pero es lo que hay.

-¿Llegó a pensar "dónde me he metido"?

-Para nada. Desde el día uno he visto una progresión constante y aún hoy se ve un gran margen de mejora. No era normal lo del principio perdiendo siempre, pero sabía que el equipo arrancaría.

-¿La clave de la mejora ha sido meter balones a la pintura?

-Hemos encontrado el equilibrio exterior-interor que no teníamos antes, pero también con el tiempo nos estamos conociendo todos y, poco a poco, los nuevos se van adaptando y conociendo la Liga. Hemos ido reajustando nuestro juego y eso es mérito del técnico.