El elixir de Sergi Vidal
El ex cajista vivió uno de los días más mágicos de su carrera el domingo pasado en Burgos

Málaga/"Lo que haga falta y cuando haga falta". La frase que Sergi Vidal le dijo a Jorge Garbajosa cuando le llamó para ver su disponibilidad para ir con la selección española en las cacareadas ventanas se convirtió, de alguna manera, en el lema del equipo al que Sergio Scariolo llevó a la victoria ante Montenegro y Eslovenia la semana pasada en los primeros partidos de clasificación para el Mundial de China.
A sus 36 años, Vidal sigue teniendo un rol muy importante en el Divina Seguros Joventut. 8.4 puntos, 3.5 asistencias y 3.2 rebotes son sus números en el club en el que se formó antes de coger el petate, recién acabada su etapa junior, para jugar en el Baskonia. Apenas había jugado un gran campeonato, el Europeo de 2005, con la selección española. La siguiente llamada fue 12 años después, para jugar unos partidos que podían ser un engorro.
Vidal dio la frase y también la imagen, con celebraciones llenas de rabia para firmar ese 6/7 en triples en Burgos. Puso cruces en las esquinas y se valió, siendo parte importante, de la química creada en tiempo récord por Scariolo para poner a funcionar a un grupo que nunca había jugado junto. Valió para sacar dos partidos exigentes y poner el tren sobre las vías rumbo a China.
En cierta forma, Vidal es uno de los perjudicados por la mejor generación de baloncestistas españoles de la historia. Como Fran Vázquez, no entró en la dinámica de la espiral gloriosa. Pero representa el nivel medio-alto que ha tenido la canasta patria en lo que va de siglo. Tiene la espina clavada de sus dos temporadas en Málaga, en donde no se pudo ver su mejor baloncesto. Se adaptó muy bien a la ciudad, pero le faltó lo más importante, la pista. Padeció lesiones y ni con Repesa ni con Plaza encontró un rol importante. De vuelta a Badalona, tiene la fórmula del elixir de la eterna juventud.
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