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Barcelona-Unicaja, play off de semifinales de ACB: Algo flota en el aire (21:00)

  • El Unicaja inicia en el Palau Blaugrana las semifinales de la ACB sin presión tras su magnífica temporada pero con ilusión por hacer eliminatoria y complicar a un necesitado gigante

  • En la semana 44... y tan panchos

Gráfico previo del Barcelona-Unicaja.

Gráfico previo del Barcelona-Unicaja. / Efe

Algo flota en el aire, sí. El mensaje es de prudencia, de presión para el grande y de respeto. Pero las caras y el brillo en los ojos de jugadores y técnicos del Unicaja no pueden disimular que hay muchas ganas de competir en las semifinales de la ACB contra el Barcelona (21:00 horas, Palau Blaugrana) y soñar con una final. La temporada ya es magnífica, extraordinaria para el contexto lúgubre del que se venía, pero en este verano casi continuo que ha sido el ejercicio 2022/23 aún hay hueco para alguna noche memorable más. Es el Barça, poderoso transatlántico que tiene hambre atrasada. El cierre del trienio firmado por Sarunas Jasikevicius no está siendo lustroso. Volaron Supercopa, Copa y Euroliga. Y queda sólo la ACB, para un equipo de este presupuesto y dimensión no ganar nada es un año horrible. Esa ansiedad es un vector importante en la eliminatoria. Hay que igualar la energía, concentración e intensidad del equipo azulgrana. En unas coordenadas similares, esa necesidad puede tornarse en nervios.

El Unicaja ha reaccionado de manera formidable al palo de la BCL. En un año de color de rosa, “un fin de semana de mierda”, como definió gráficamente Osetkowski. Un punto de aprendizaje que el equipo ha digerido muy bien. Desde entonces ha enlazado cuatro victorias que le han depositado en unas semifinales de la Liga Endesa por primera vez desde 2017. Un paréntesis muy grande, demasiado, el que más en este siglo, sin estar con los mejores en la competición que mide la regularidad y el bienestar de un club de manera más fidedigna.

Llegados hasta este punto, puede haber conformismo, no salir a perder pero sí sufrir lo justo, o estar preparados para exprimirse. Invita el Unicaja a pensar en lo segundo. El equipo ha ganado mucho, supera el 75% de victorias y ha creado un hábito que intenta convertir en cultura de club con la extensión múltiple de contratos de los jugadores. El primer input después de esa masiva renovación de jugadores ha sido excelente, el hambre persiste, se ha demostrado con una eliminatoria atronadora ante el Lenovo Tenerife que ha puesto en alerta a la aristocracia. No hay factor sorpresa como en Badalona, donde el Barça fue el rival ante el que más se sufrió para no quedar eliminado. Su temporada confiere a los de Ibon Navarro un estatus que parecía perdido. Y así debe ser. Las palabras de Jasikevicius, Mirotic, Laprovittola y Satoransky han mostrado respeto hacia el cuadro malagueño.

Factores esenciales de la eliminatoria. Agresividad e intensidad. Ahí tendrá mucho que decir el arbitraje de Calatrava, Aliaga y Araña, el trío elegido, sobre dónde colocan el listón para hacer sonar el silbato con los contactos. Es más grande el Barça, que hace del rebote de ataque una cuestión de honor, con el doble reto de impedir correr al rival y de tener segundas opciones. El ritmo, partidos de más de 80 puntos deberían favorecer al Unicaja, pero es muy complicado porque el esqueleto defensivo del Barcelona concede muy poco. Y el ritmo de un equipo que no es precisamente el reflejo de lo que era el descarado e instintivo Jasikevicius jugador suele reducir anotaciones. Es el momento de seguir compitiendo, disfrutando y contagiando la fiebre verde que tiene a Málaga palpitando. Porque algo flota en el aire.

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