Se ha dado la circunstancia de que el Unicaja acaba la temporada en casa un miércoles. Ni a caso hecho. Una despedida amarga a un curso aciago. Una profunda decepción para un proyecto que debe, tiene y acabará en los próximos días. No puede tener otra oportunidad un grupo de jugadores que no han ensamblado ni para cumplir unos objetivos mínimos, que por momentos han arrastrado el escudo. El vaso ya rebosó. Las situaciones contractuales son propicias para hacer una tabla rasa que ya es obligación. Un contexto ideal para configurar otra plantilla con la que ir recuperando el terreno perdido, que es mucho mucho. Un miércoles para decir adiós. 

A Málaga llega el BAXI Manresa, un equipo que ha despertado la admiración y los aplausos del baloncesto español y parte del europeo. Subcampeones de la Basketball Champions League, sólo superados por un imperial Lenovo Tenerife. Fueron los verdugos malagueños en cuartos. Por encima de las expectativas, con el play off certificado y habiendo estado en la Copa del Rey. Una de las obras maestras de Pedro Martínez. Ahora les toca recomponerse para afrontar las eliminatorias por el título, donde aún no tienen rival. Si son sextos evitarán al Real Madrid, lo que es un premio gordo. 

No es un buen espejo el Manresa para el Unicaja, por mucho que pudiera parecerlo. Pero sí pueden cogerse cosas de un modelo de éxito. Un scouting sobresaliente y un trabajo de desarrollo de jugadores magnífico. Hoy Chima Moneke es una sensación. Joe Thomasson un caramelo en el mercado. Dos nombres de un grupo que ha salido muy revalorizado. Lo contrario de los cajistas. Quieren despedirse los de Ibon Navarro con buenas sensaciones, con una victoria. El sábado jugarán en Lugo. Habrá que ver el aspecto que presenta el Carpena, en una campaña de abonados próxima que va a ser muy complicada en Los Guindos. 

El último encuentro en Málaga para muchos jugadores de este equipo. Los menos se ganaron jugar una moneda más por ellos. Hay algún caso, muy aislado. No han demostrado tampoco orgullo una vez el barco ya estaba inundado y son de los peores escenarios que se pueden ver en el deporte. Hoy tienen la oportunidad de despedirse de una manera digna. Un adiós a otra temporada donde el Unicaja sigue descubriendo que hay una planta más baja en el sótano de su descalabro. Está por ver qué ocurre con la Basketball Champions League. Hoy toca echar el cierre en el Carpena.