El intrigante James Palmer

El jugador que cortó la racha de victorias del Unicaja en la BCL dejó una interesante carta de presentación en el partido de ida y ha ido subiendo escalones progresivamente

Seis noches en la carretera

James Palmer, en la ida.
James Palmer, en la ida. / BCL

James Alfred Palmer Jr. (Washington DC, 1996) fue el hombre que selló la primera derrota del Unicaja en la Basketball Champions League desde diciembre de 2023, 15 meses y 18 partidos después. Anotó la canasta decisiva que tumbó a los malagueños en Estambul el exterior de 1.96 metros, que dejó una grata impresión de jugador interesante en el partido de ida. Falló triples, pero en el resto del juego aportó bastante. Es un jugador que entra por el ojo estéticamente. Hace números con facilidad, tiene unas cualidades físicas de alto nivel, con grandes brazos y movilidad. Sí es cierto que con alto volumen de alto y mucho minutaje. Pero dejó con ganas de explorar más sus cualidades, de medirlo en el Carpena ante una defensa que seguro será más enérgica y en un ambiente más hostil.

Después de dos temporadas en los Hurricanes de Miami y dos más en Nebraska en la NCAA, Palmer estuvo dos temporadas en Agua Caliente, el equipo vinculado de los Clippers en la G-League. Después emprendió su carrera por Europa. Stal Ostrow de Polonia, Bourg-en-Bresse en Francia, Turk Telekom turco y salto al Galatasaray, siempre con buenos números, superando los 14 puntos por partido y rondando los tres rebotes y tres asistencias por encuentro.

En Liga turca está promediando esta temporada 17.4 puntos, 3.8 asistencias, 3-6 rebotes y 1.6 robos para 17.1 de valoración. Ha tenido algún partido en el que ha rozado el triple doble. En la BCL se sitúa, con 30 minutos en pista, 14.1 puntos, 5.4 rebotes, 3.6 asistencias y 14.3 de valoración. Asume un alto número de posesiones, casi 12 tiros por partido más casi cuatro tiros libres por duelo. Por cierto, una de sus debilidades, 55% entre las dos competiciones mientras roza el 40% conjunto en triples.

Licenciado en Sociología, Palmer es un jugador en el radar de clubes de superior nivel, ha ido dando pasos no muy grandes pero sí firmes y con 28 años pega fuerte para subir al siguiente escalón en el baloncesto europeo. Capaz de, con su altura, generar juego y hacer cosas distintas. Tiene las condiciones para defender, aunque ahora no sea la exigencia máxima. Es uno de los atractivos de la BCL dentro del nivel colectivo que hay, pero sí se alumbran jugadores para pegar el salto a mercados más importantes. El Galatasaray lo es en el contexto turco, pero le falta el refrendo de grandes resultados en las últimas temporadas después de esas temporadas en las que sí se codeó en la Euroliga y pegó pellizcos a Efes y Fenerbahce. Con jugadores como Palmer intenta construir algo en el siempre volátil ecosistema de los equipos turcos. Un buen test para los exteriores cajistas.

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