Se daba más o menos por supuesto, siendo realistas, que vencer en el WiZink Center era una tarea complicadísima para el Unicaja y que lo normal era que volviera a ponerse en balance negativo al acabar. Así fue, 6-7 a falta de cuatro jornadas para el final de la primera vuelta de la la Liga Endesa, cuando se reparten los billetes para la Copa del Rey de Granada, el objetivo más inmediato después de que, es de esperar, se selle el pase a la siguiente fase de la Basketball Champions League por la vía preferente, que hay que rematarlo después de un mes de paréntesis por el peculiar calendario de la competición y el parón de las ventanas.
La situación es que, transatlánticos aparte, (12-1 Madrid y 11-2 Barcelona), hay cuatro equipos con ocho victorias que tienen muy cerca el pase. Joventut (con cuatro derrotas porque tiene un partido pendiente con el Breogán), UCAM Murcia, Lenovo Tenerife y Baxi Manresa (estos con cinco perdidos) está ahí muy cerca. Con 7-5 está el Valencia, que no jugó esta semana con el Obradoiro por un brote de Covid en el equipo. 7-6 tienen un pujante Baskonia y el Gran Canaria. Y también está por delante del Unicaja el Breogán, con las mismas victorias (seis), pero con dos partidos menos (cinco derrotas por las siete cajistas). Es undécimo el equipo malagueño, el puesto en el que acabó las temporadas 2019/20 y 2020/21. Hay duelos directos y calendarios complicados. Pero el average general del Unicaja (+10) es peor que los demás salvo Manresa (+8) y Gran Canaria (-5). Un fallo y descarrilará.
La jornada fue negra y el sábado ante el Joventut habrá presión máxima ya. Tres victorias probablemente no sean suficientes. Lo que viene después es ir a Bilbao y recibir a Casademont Zaragoza y Valencia Básket. No es imposible, pero sí cada vez más difícil.
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