Killian Tillie se pone fino en Gonzaga

Las vacaciones extensas, más de tres meses sin partidos oficiales, para los jugadores que no compiten con sus selecciones no implican desconexiones totales con la pista y con el gimnasio, al contrario. En el deporte moderno no se puede descuidar el físico más allá de algún capricho puntual. El staff del Unicaja tiene programas personalizados para todos los componentes. Uno de ellos es Killian Tillie, que después de su temporada de reacondicionamiento a la élite tras dos años parados por lesiones tiene retos físicos por delante. Ya perdió varios kilos durante la temporada y se fue definiendo, pero ya en las conversaciones de renovación se le presentaban desde el club las necesidades que había.

Después de algo de descanso en algún destino exótico, como se pudo ver en redes sociales, Tillie se encuentra ahora en Spokane, en Estados Unidos. El año pasado, cuando se cerró su fichaje ya en agosto, se casó y a los pocos días ya estaba en Málaga trabajando, no tuvo tiempo de luna de miel. Allí en Spokane vivió cuatro años el ala-pívot francés, de 2016 a 2020, estudiando y jugando en la NCAA en Gonzaga. De allí es originaria su esposa, que jugaba al voleibol también en el equipo universitario. Y allí tiene residencia. En las instalaciones de la universidad se le puede ver estos días trabajando y con sesiones de tiro con esa muñeca privilegiada, como exhibía su hermano Kim, ex baloncestista también, a través de las redes sociales. Es Gonzaga una universidad ligada a jugadores del Unicaja. Allí se formó Domantas Sabonis tras saltar desde el Unicaja antes de consolidarse en la NBA y allí estará Mario Saint-Supéry desde esta próxima temporada. John Stockton es el icono histórico.

Tillie pudo jugar 49 partidos, con medias de 7.3 puntos y 2.5 rebotes en 12 minutos por duelo, buena productividad por tiempo en pista. Su indudable talento para anotar desde todas las distancias, un tacto exquisito en la media distancia y cerca del aro, es un plus. En esta campaña pasada de abundancia de interiores no era sencillo encontrar roles. Sí se le vio alguna deficiencia más, no era extraño tras el tiempo fuera, en los partidos de mayor exigencia física, ante rivales de máximo nivel. Y ahí se ha incidido, Tillie es plenamente consciente. Desde el club se asegura que su cultura y ética de trabajo, con padres y hermanos deportistas de alto nivel, es exquisita y que por él no quedará. Pero también se tiene que navegar en ese equilibrio de no forzar en demasía para sortear los problemas físicos.

"No necesitamos al mismo Killian Tillie, necesitamos un Killian Tillie mejor, pero él lo sabe", advertía Juanma Rodríguez, director deportivo, al hacer en Zona Verde balance de temporada, señalaba los puntos de mejora que debe tener el interior francés: "Es un jugador con una educación personal, humana y deportiva impresionante, sobre todo por la familia que tiene, conocéis toda su relación con el deporte. A los tres meses parecía que hubiese llevado seis años, ha encajado sensacionalmente, con humildad, trabajo, él sabía que le dimos un plan. Se casó, le dijimos a los dos días de casarse que tenía que estar aquí, vino, empezó a trabajar... La mujer está encantada aquí en Málaga, es de Spokane, del pueblo de Gonzaga, donde la conoció, una chica encantadora, y está aquí encantada, se han adaptado muy bien. Él sabe lo que tiene que mejorar, nosotros se lo hemos dicho y estamos convencidos que lo va a hacer, estamos en lo de siempre. Si el año que viene da ese salto, a lo mejor me estaréis aquí preguntando lo mismo el año que viene, que si este ya tiene cantos de sirena... Que será normal, estamos hablando de un jugador que todos reconocemos el talento que tiene, a nivel del tiro, de conocimiento del juego, de entendimiento, pero también sabemos algunas carencias que tiene, que es lo que él sabe que tiene que mejorar. Estamos para ayudarle y él va a poner mucho de su parte, yo creo que es un jugador que ojalá, ojalá todo este trabajo que va a hacer en verano, lo podamos ver reflejado pronto la próxima temporada".