Unicaja

La llave la tiene Deon Thompson

  • El americano ya jugó como cinco, por ejemplo, en el Zalgiris en Euroliga antes de llegar a Málaga

  • En Kaunas sólo lanzó un triple y esta campaña tiró 110 veces

Deon Thompson celebra tras ganar en la Copa.

Deon Thompson celebra tras ganar en la Copa. / ACB Photo

Deon Thompson vuelve a ser un hombre capital en la estructura del Unicaja 2020/21. Tras una temporada decepcionante, se esperaba más porque era una apuesta importante del club (cobra como tal), varía su teórica posición en el eje del equipo. Se le fichó como cinco, se le recolocó como cuatro y vuelve a ser cinco. Se tenía confianza en sus posibilidades, era un jugador al que se seguía desde años atrás cuando jugaba en Alemania, y por ello se le firmó dos años sin cláusula de corte.

De haber sido razonable el corte, seguramente se hubiera prescindido de Thompson. Pero la realidad es que se cuenta con él. El mercado no ha propiciado opciones de salida, lo que hubiera permitido una reestructuración. Y la realidad es que el jugador está encantado en Málaga, como demuestra que se haya quedado aquí y esté conociendo de manera profusa la geografía andaluza, convirtiéndose en un buen espejo de las bondades de esta tierra a través de las redes sociales. La situación con el Covid-19 en Estados Unidos le llevó a quedarse aquí, está con su pareja, para no pasar cuarentena al ir y al volver.

Thompson ha cerrado un año en el que sus números no fueron malos, pero su influencia en el juego no fue la esperada. Acabó con 9.1 puntos (83% en libres, 51% en tiros de dos y 35% en libres), 3.9 rebotes y 9.6 de valoración en 20 minutos en pista. Alternó con Carlos Suárez en esa posición de cuatro, posición en la que no se le vio del todo cómodo.

Es labor de Casimiro y su cuerpo técnico encontrar situaciones favorables para Thompson, que tiene un indudable talento para anotar. Pero defensivamente ha sufrido ante pares más rápidos y hay dudas de cómo puede ser su encaje con más tiempo como center repartiendo minutos con Gerun y Rubén Guerrero.

No es una posición desconocida para Thompson, al contrario. Por ejemplo, Jasikevicius le empleó en esa posición cuando le fichó para el Zalgiris a mitad de la temporada 2018/19 desde el San Pablo Burgos. Se repartió minutos ahí con Brandon Davies y Antanas Kavaliauskas, jugando más cerca del aro. Un dato revelador, en 17 partidos de Euroliga con los lituanos (13 de temporada regular y cuatro de play off con el Fenerbahce) sólo lanzó un triple, que erró. En Málaga, en la temporada siguiente, lanzó 110 en 44 partidos (2.5 por duelo). Da idea de cómo ha tenido que variar su juego pasada la treintena. Tiró con un 58% de acierto en tiros de campo en esa campaña en Euroliga.

No sobra, obviamente, en el baloncesto actual esa capacidad para abrir el campo y crear espacios también desde el puesto de cinco. Es una cualidad que no tenía Elegar ni poseen Guerrero y Gerun y de la que se puede beneficiar todo el equipo. Mezclar el juego da versatilidad. También tiene más capacidad para crear desde el poste bajo, sobre todo para él culminar más que para pasar, algo en lo que sus compañeros de posición tampoco brillan. Hay incertidumbre sobre cómo puede defender a cincos potentes cerca del aro, pero son incógnitas que sólo desvelará la competición. El hecho de estar en año final de contrato también le obliga a dar un plus. En el club está gustando la actitud con la que está trabajando este verano, con continuidad e intensidad. Ayer lo hacía con Germán Gabriel.

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