Los secretos del Unicaja: "Hemos normalizado lo extraordinario y eso es un peligro"
Presidente y director deportivo del Unicaja se sientan con 'Málaga Hoy' antes de desplazarse a Atenas para jugar la Final Four de la BCL para reflexionar sobre el dulce momento actual, de dónde se viene y hacia dónde se va
El tema Tenerife

El Unicaja viaja este martes rumbo a Atenas para pelear por el que sería el cuarto título de esta temporada. Se ha normalizado estar ahí, pero hace poco tiempo esto era una entelequia. El protagonismo lógico se lo llevan jugadores y entrenador. Detrás están las figuras del presidente ejecutivo, Antonio Jesús López Nieto (Málaga, 1958), y el director deportivo, Juan Manul Rodríguez Marín (Málaga, 1963). Llegaron en el verano de 2021 y, tras un año durísimo, el club está en un pico histórico. Ambos se sientan con Málaga Hoy en el despacho presidencial en Los Guindos para hablar de cómo se gestionó todo y hacia dónde va el club.
Pregunta.¿Cómo es su primer contacto, de conocerse mutuamente?
Respuesta.López Nieto (L. N.) Bueno, nos conocimos en el Carpena, él seguramente sabía de mi existencia por el fútbol. Yo sabía que era el director deportivo de Unicaja, evidentemente. Alguna vez nos habíamos cruzado por el Carpena, porque yo estaba en Deportes en el Ayuntamiento de Málaga, ya había tenido contacto con ellos, estoy hablando del año 2003. Había estado en la Final Four de Atenas o la Copa del Rey de Zaragoza. Cuando después fui gerente del Carpena ya tuvimos una relación más directa. Era la época de Sergio Scariolo. Con Sergio todo es muy intenso (risas). Había muchas peticiones de ellos, de cosas que pedía Sergio, entonces ya tuvimos esa relación más estrecha. Cuando él termina en la primera etapa del club, yo sigo en el Carpena, pero nos vamos a la Diputación con Elías [Bendodo]. Nuestra relación ya era buena, teníamos un magnífico concepto de él. En principio me iba a quedar en el Ayuntamiento de Málaga, tenía la idea de quedarme, pero bueno, pasaron cosas que nos llevaron a que yo fuera a la Diputación Provincial y entonces ya volvimos a coincidir allí, trabajando por primera vez juntos. Trabajamos durante 7-8 años. Recuerdo que vino a mi despacho a decirme que tenía una oferta de baloncesto. Yo le decía, 'tú tienes que volver a baloncesto, porque es lo que te gusta, es lo que disfrutas'. Siempre iba a tener aquella puerta abierta, pero yo lo animé. Antes tuvo otra oferta...
R.Juanma Rodríguez (J. R.) Eso no se cuenta... A Antonio yo lo conocía, claro, por ser árbitro internacional de fútbol, ya sabéis que me gusta. Lo conocía también porque era gran aficionado a nuestro rival, el Caja de Ronda, iba a los partidos cuando jugábamos contra ellos. Ya sabemos que él se significó claramente por Caja de Ronda y yo era de Mayoral. Ahí no teníamos ninguna relación.
P.Las brasas de aquella fusión están ahí de alguna forma también.
R.L. N. Evidentemente, evidentemente. Está Paco Aurioles, de Maristas, en el cuerpo técnico. Mario Bárbara era de Caja de Ronda... Está la fusión de los dos, pero ya no nos acordamos, ya somos uno, ya ahora mismo no hay más que alguna bromilla de vez en cuando en la cena y ya está.
P.Y cuando surge la oportunidad de ser presidente, Antonio, siempre dijo que Juanma era su hombre.
R.L. N. Sí, sí. Yo eso lo digo claramente. Si Juanma no hubiera venido conmigo, yo no estaría aquí. Absolutamente claro, no tengo ni la menor duda. Sabía en el mundo que me metía y sabía de su capacidad, de su conocimiento del baloncesto, porque habíamos hablado muchas veces de él. Sabía de su honestidad y yo sabía que o era con Juanma o no venía.
P.Llevaba tres años en el Betis, en un proyecto que se asentaba en ACB.
R.L. N. Sí, y nos dijo que sí con un contrato por delante allí de tres años. Cuando yo fui a hablar con él, le ofrecía el Betis un contrato con mejores condiciones económicas, quiero que quede claro, que las que nosotros le ofertamos en aquel momento. Se vino sin firmar un papel. Y hubo momentos en que yo tenía más miedo por él que por mí, porque lo había sacado de allí. Pero bueno, se pudo solucionar todo.
P.¿Hay dudas en ese momento o pesa la llamada de casa?
R.J. R. No dudo, no dudo. Es verdad que yo creo que mis tres años en Sevilla fueron fantásticos porque, después de estar como siete-ocho años sin tanto contacto con el baloncesto, me sirvieron mucho. También ayudó que la familia se quedó aquí, yo me fui allí y hacía jornadas de 16-17 horas trabajando en la oficina. Entonces me sirvió mucho para ponerme al día, vivir otra realidad de un equipo con un presupuesto muy modesto. El primer año además era un reto importante, subir desde LEB Oro. Creo que lo hicimos muy bien, no solo yo, sino el cuerpo técnico, la plantilla aquella, que yo siempre recuerdo que tiene muchas similitudes con las que tenemos ahora, a nivel del compromiso, de unas excelentes personas. Creo que construimos algo muy chulo y después los dos años siguientes nos quedamos en ACB, que era el objetivo del club con ese presupuesto. El único lunar fue la despedida de Curro Segura, el hombre que nos había llevado a ACB. Teníamos una relación especial, pero bueno, cuando se trata de tomar una decisión por el bien del equipo y del club, pues hubo que tomarla. A mí me dolió mucho, pero al final, con esa decisión que tomamos, trajimos otro entrenador [Joan Plaza] y conseguimos quedarnos en ACB. Fue una experiencia muy buena a nivel de volver a sentirme director deportivo. Después de mis años en Sevilla yo creo que era mejor. La experiencia de ser una sección de un club de fútbol me abrió mucho la mente para muchas cosas y para aprender mucho. La verdad es que, después del Málaga, a nivel de fútbol yo soy un bético más.

P.Pero realmente no se había desligado del baloncesto en su etapa en la Diputación, había seguido colaborando con Cleveland Cavaliers.
R.J. R. Aquella experiencia fue también muy buena, porque yo ahí cuando termino con el Unicaja y Antonio me dice que podemos ir a la Diputación, a la vez compatibilicé mi trabajo con los Cleveland Cavaliers. Tuve algunas ofertas de una agencia de representación, pero yo no me veía en ese mundillo. Lo de Cleveland me sedujo mucho. Cuando yo dejo de jugar en Maristas soy el tercer entrenador y soy delegado. Yo me encargaba del scouting de los rivales, que no es el que hay ahora con todas las aplicaciones, sino que era a bolígrafo y papel. Yo me encargaba de eso, me gustaba. El hecho de que una franquicia me ofreciera esa oportunidad para mí fue maravilloso. Aprendí muchísimo, creo que a todos los niveles estamos años en luz de ellos, de lo que son estructuras, de negocios, de funcionamiento, absolutamente de todo, pero fueron experiencias tremendas, como vivir noches del draft allí. A mí me trataron de maravilla, recientemente el GM vino aquí al Carpena, en el partido ante el Real Madrid. Estuve con él y tengo una maravillosa relación con ellos. Sólo puedo tener palabras de agradecimiento para ellos, de lo que me ayudaron y de lo que yo aprendí.
P.Estamos antes de una Final Four, además con un cartel muy bonito. Parece que se ha convertido en algo rutinario. ¿Se imaginaban esto?
R.L. N. No, no imaginábamos que tres años y medio después estuviéramos ante la posibilidad de tener un sexto título en este ciclo, eso era inviable. Teníamos las ideas claras de lo que queríamos, pero la verdad es que la cosa nos ha salido bastante bien, yo creo que el DAFO que hicimos nos ha salido muy bien. Pensar en seis finales, que tenemos seis finales jugadas ya y cinco ganadas, sólo perdimos la Supercopa el primer año, y estar ahora ante la posibilidad de estar en una séptima final y poder tener otro título a dos partidos... Pues es algo maravilloso, lo que pasa es que hemos normalizado lo extraordinario. Creo que eso es un peligro, hay que decírselo a la gente. Había leído de manera persistente lo de las seis derrotas fuera de casa. Me preocupé por buscarlo porque sabía que veníais y el dato es que tenemos un balance de 41-11 en la temporada q(la entrevista se realizó antes del Unicaja-Andorra, ahora es 42-11). Es decir, llevamos 41-11, parece que estábamos en una semicrisis porque hemos perdido X partidos. La gente no viaja, yo lo hago todos los partidos. En la ACB ganar fuera tiene una dificultad inmensa. La gente cree que tú eres el Unicaja y juegas con el Breogán y ya ganas porque eres el Unicaja. Además a nosotros ya se nos recibe como un grande, los equipos tienen una motivación y una liberación para jugar con nosotros, es decir, cuando van contra nosotros es como cuando yo juego contra el Real Madrid. Yo siempre digo que al Real Madrid me gusta como rival. ¿Por qué? Porque si gano, gano el doble y si pierdo, pierdo la mitad. Entonces eso es lo que le ocurre a la mayoría con nosotros, no podemos alejarnos ni perder el camino que llevamos, pero no podíamos esperar estar ahí. Yo creo que estamos muy por encima, calidad-precio, en lo que nosotros hemos invertido, en lo que ha invertido el club y lo que tiene los resultados deportivos. Es una cosa tan evidente que creo que fuera de Málaga todo el mundo lo ve. Es una cosa que yo creo que es empírica.
P.Es difícil crear un equipo así, pero igual tanto o más mantenerlo. ¿Cómo es el proceso?
R.J. R. Yo creo que no nos hemos podido imaginar ni en nuestros mejores sueños esto. En el caso mío de volver y haber ganado tanto. Nuestro objetivo, siempre me lo decía Antonio, es que tenemos que estar en el play off, tenemos que jugar la Copa y tenemos que llegar lo más lejos en la competición europea.
R.L. N. Y sigue siendo, y sigue siendo, que no nos volvamos locos. Esos son nuestros objetivos, por presupuesto, por entidad. Que algún día te puedes quedar porque no todo es matemática, pero esos son nuestros objetivos básicos. Oye, no hemos jugado el play off, no hemos hecho una buena temporada, por lo que fuera. Lo diré, lo asumiré. No hemos jugado la Copa del Rey, porque pueden ocurrir circunstancias, pero no hemos hecho una buena temporada. Y mientras estemos en esta competición europea, el Top 8, porque lo del Top 4 es que es complicado. A partir de ahí, siempre pelear con hambre, intentar llegar lejos, pero que no perdamos el rumbo. Que la gente al final, incluso nosotros, yo mismo lo digo, en los últimos títulos, ya estamos tan habituados que parece que todo es más rutinario. Hemos convertido, repito, lo extraordinario en demasiado normal. Y es que no es normal, es que todo el mundo nos lo dice por ahí, es que todo el mundo dice 'Es que habéis ganado tanto...". Hasta ahora, el único club español, junto a Bilbao, que el otro día ganó la FIBA Cup, que ha ganado todo lo que ha jugado somos nosotros. Y tenemos, hasta hoy, opciones reales, y estamos en el mes de mayo, de ganar las otras dos...
R.J. R. Cuando construimos este equipo, ya un poco en pretemporada, octubre o por ahí, vimos que habíamos acertado en la idea y en muchos de los jugadores. Ese año todos los jugadores tuvieron un contrato de uno más uno, no queríamos tampoco hacer contratos de larga duración, pero como aquello empezó a funcionar, pues claro, hubo ya que esa misma temporada cambiar varios contratos.
R.L. N. Nos dimos cuenta de que el grupo era ese, que o reaccionábamos pronto... Había una simbiosis club-equipo, ellos entendieron perfectamente lo que era esto y el lugar en el que estaban y entonces hubo que actuar.
R.J. R. Yo creo que detrás de eso hay mucho trabajo, por empezar de la parte Carpena, digamos, lo que es el cuerpo técnico y jugadores. Siempre lo diré cada vez que pueda, que yo siempre recordaré de dónde veníamos. Al cambiar todo eso, eso no se hace porque aciertas con nueve jugadores y los pones a jugar.

P.Ese primer año, en el que llegan ahí a mitad de camino y se pierde mucho, ¿Cómo fue de duro?
R.J. R. Fue duro y no fue duro. Tampoco tienes un poco la responsabilidad de haber conformado la plantilla, pero sí, para mí fue un año en el que aprendí mucho también a nivel de observar, de ver a todos los jugadores, muchísimos terminaban contratos. De volver al club, conocer cómo funcionaba el club, Guindos y Carpena. Evidentemente, yo soy de Málaga, tenía conexiones, yo ya sabía lo que pasaba, pero durante ese año se confirmaron muchas de las cosas que yo ya sabía. Entonces, fue un año muy duro, muy duro porque lo pasamos mal a nivel de venir con otras ideas, intentar transmitir un poco lo que queríamos. Ocho o nueve jugadores terminaban en contrato, entonces, cuando hacemos el cambio de entrenador y viene Ibon y hay una reacción, pero después el equipo se vuelve a caer. Yo por eso digo que no debemos olvidar de dónde venimos, porque fue un año duro. Creo que hay mucho trabajo, de la parte Carpena, del equipo técnico, liderado por Ibon, de conjuntar y ajustar muchas cosas en ese cuerpo técnico, de la capacidad que tiene Ibon y el carisma de liderar, que creo que es muy, muy importante. La pasión que tiene Ibon, cómo vive el baloncesto, cómo es un trabajador incansable, se transmite, la ambición que tiene. Por supuesto, los jugadores, que vienen de diferentes sitios, de diferentes situaciones personales y todos encajan bien. y la parte de aquí, del club, de Los Guindos, que también se empieza a hacer un trabajo con menos foco, pero de hormiguita en muchas cosas. Creo que toda esa conjunción lo ha hecho posible. Una de las cosas que le decía a Antonio es que parecía que había dos clubes, uno en el Carpena y otro en Guindos. Entonces eso había que intentar, dentro de lo posible, acercarlo. En eso, Antonio viajando siempre con equipo, estando pendiente de todo, es un apoyo fundamental. Yo también estoy todos los días, en todos los entrenamientos, en todos los viajes, intentamos que ellos, con el calendario que tienen, hagan cosas con la gente de aquí. En definitiva, que funcionemos todos como club, para muchas cuestiones, porque después con la tensión de los resultados, de los partidos, hay situaciones que no son fáciles. En eso, que no tiene tanto foco, pero se ha hecho un gran trabajo, yo creo que Antonio ahí lo ha bordado en muchísimas cosas. Un trabajo fantástico, aquí y en todo lo que hay alrededor del equipo, hemos pasado de 2.500 a 9.000 abonados, con muchos llenos. ¿Qué ha ayudado? El estilo de juego del equipo, la identificación que tienen. Yo siempre digo que antes Alberto Díaz aquí era el Cid, era el que tenía una mochila de responsabilidad porque era de Málaga y, o jugaba bien y estaba sano, o había muy pocas posibilidades de ganar. Ahora hay muchos jugadores, aparte de Alberto, que sigue siendo nuestro capitán, muy identificados con la gente. Haces una encuesta en el Carpena, jugador favorito, y te puedo decir que te dirían nombres muy diferente la gente. Entonces eso es también una parte muy importante, esencial, de todo lo que se ha conseguido. A partir de aquí, un poco la línea de lo que decía Antonio, no nos podemos creer más de lo que somos, porque como nos creamos más de lo que somos...
R.L. N. Todos, a todos los niveles.
R.J. R. Si eso sucede tendremos un problema y hay que seguir trabajando más y mejor, porque al hilo de lo que ha dicho Antonio, los rivales ya nos miran de otra manera, tenemos un respeto enorme y será más difícil. La parte positiva también, que mantenemos un núcleo de jugadores y el staff técnico, prácticamente el mismo, que ya sienten esto como suyo y que también les duele. Entonces eso es muy importante. Yo siempre lo diré, y por eso tengo esa tranquilidad, este equipo, este cuerpo técnico tiene crédito para aburrir con todo lo que ha hecho, porque nadie lo esperaba. Entonces la gente lo que tiene que hacer es entender que puede haber alguien que juegue mejor que tú, alguien que ese día te haya estudiado, ha hecho un scouting mejor que el tuyo, o que tú no estás bien por un periodo de tiempo. Sabemos cómo mide nuestro cuerpo técnico todo, ha habido que sacrificar muchas cosas, que después el 99,9% ha salido perfecto. Eso tenemos que tenerlo presente y decirle a la gente que disfrute del momento. Nuestro objetivo es alargarlo lo más posible, evidentemente el de todos, porque cuando tú pruebas el caviar, nada más que quieres comer caviar, pero también hay que entender que son humanos, que pasamos por malas rachas. La gente lo tiene que entender, entonces a partir de ahí, como siempre digo, humildad, trabajo y ambición, esa es la receta.
P.-El Unicaja ha sido siempre un club muy de entrenador, muy de autor, como si marcara la línea. Pesquera, Imbroda, Boza, Scariolo, Aíto, Plaza... Ibon nos decía hace poco que le gustaría que, cuando él no esté, que haya esa idea, que persista. ¿Creen que se ha encontrado esa identidad que debería tener Unicaja?
R. J. R. Yo creo que uno de los grandes éxitos es ese. Evidentemente antes era un club más de entrenador, ahora creo que es un club donde se sabe quién manda, y eso hoy en día en el baloncesto profesional, en cualquier deporte, es muy importante. Desde arriba hasta el último, se sabe quién manda, hay un Consejo de Administración, hay un CEO al mando, se sabe perfectamente quién manda. Eso es fundamental, no podemos estar a los delirios o derivas del entrenador de turno. Ahora eso aquí no se produce y eso para mí es clave. Y eso es lo que habrá que mantener. Si eso no se mantiene y el que venga se pone en manos de... peligro, ya te lo digo yo, peligro, y creo que eso ha sido uno de los grandes aciertos que se está teniendo.
R.L. N. Yo creo que aquí todo el mundo, antes hablasteis de que el primer año fue muy duro, tuvo un aprendizaje. Con Juanma algo menos, conmigo más, había una voraz persecución. Yo, por los años que tenía, la llevé bien. Yo no me meto nunca en el diseño técnico del equipo, pero sí en la estrategia general. Yo si vi que estábamos en diferencia con los demás equipos. Nuestros cupos eran los extranjeros y teníamos ocho nacionales, con lo cual el costo de la plantilla era calidad-precio más alta que la de cualquier equipo. Yo le decía a Juanma que cómo con estos jugadores ese equipo tenía un presupuesto menor. Y era porque los españoles tienen un costo más elevado en cuanto a lo que es calidad-precio que un jugador extranjero. Sí dijimos que eso había que cambiarlo. Observé de primera hora que el equipo se nos podía caer en cualquier momento, le faltaba, más allá del juego, esencia, de hecho gente muy importante de ese equipo me dijo: 'no coordinamos'. Yo tenía muy claro que cuando Ibon rescató, fue Juanma quien lo trajo, al equipo y le vimos trabajar sí ya me di cuenta, y él también, que era nuestro hombre. Perdíamos partidos y yo mismo había dicho 'el año que viene, Alberto y 10 u 11 más'. En momentos de dureza yo veía que Alberto ponía el tema, pero... Los demás tenían que salir, yo creo que tenían que salir de aquí porque habían terminado el ciclo. La gente ya contaba cuántos partidos había perdido Ibon y cuántos partidos había perdido Fotis Katsikaris. Me acuerdo cuál era la deriva, yo tenía muy claro que yo quería que en verano se pusiera el balón a rodar, porque habíamos trabajado mucho en la idea, ellos en los jugadores. 'Esto queremos, aquí tenemos que ir, este es el dinero que hay, vamos a hacerlo así'. Yo quería que el balón se pusiera a rodar porque el balón después acalla las cosas. Aquí en el club tenemos muy claro qué es el club y qué es el equipo, no se puede confundir nunca. En el momento que un club, cualquiera, confunda el equipo con el club está perdido. ¿Por qué? Porque entonces mañana llega un entrenador X, y es el que manda en el club, manda en las estructuras, revoca lo que dice el gabinete de prensa, opina de una cosa, opina de lo contrario, va a la propiedad, salta...Yo no me meto nunca, nunca, en cuáles son los que tienen que viajar, no tienen que viajar... Yo soy un aficionado aventajado, yo sí le puedo decir entre él y yo a Juanma 'me gusta este jugador', pero sólo eso. Me meto en los contratos, evidentemente, en lo que Juanma me propone. 'Vamos a tirarle por aquí, vamos a tirarle por allí, vamos a darle esto...', lo que me corresponde. Pero si Rosa [Mariscal, jefa de comunicación, presente en la entrevista] tiene que hablar de un tema de prensa, yo escucho a Rosa, que es la que sabe. Yo al final coordino todo, pero el equipo no puede estar en manos de alguien que además es temporal, que es un entrenador, el mejor, que Ibon es un tío que además lo tiene muy claro también él. No ha habido que hacer guerra, porque yo creo que él tiene también, como he dicho, el concepto muy claro y sabe lo que a él le corresponde y lo que le corresponde, digamos, a la parte direccional del club. Yo creo que esto ha funcionado muy bien. Yo no conozco lo que se hacía aquí, sí he escuchado lo que se decía los medios, vosotros mismos, cuando leía, por ejemplo, que el entrenador iba a hablar con el presidente del banco, como directamente saltando al presidente del club. Si se rompe la cuerda... Además, los entrenadores, algunos, son inteligentes y son mucho para ellos. ¿Quién es el que manda aquí? Yo creo que se debe tener muy claro lo que es el club y lo que son los diferentes equipos que forman el club, no solamente el equipo deportivo o técnico, sino que hay mucho más. Antes de recibiros estaba en una reunión para el partido ante el Andorra, que no es llegar al Carpena y que aquello funcione como funciona, no se vaya a creer que eso es porque abrimos las puertas y todo se hace solo. Tiene muchas horas de trabajo, cada acto que hay allí, cada tema, todo está milimétricamente estudiado.
P.Hay una sensación de pompa que se está viviendo. ¿Se está preparado para cuando todo no salga tan bien?
R.L. N. Los dos que estamos aquí estamos muy preparados para eso. Te dolerá, no te lo puedo negar, pero estamos preparados, venimos de donde venimos, y sabemos lo que es el deporte. Mira el Sevilla de fútbol, ha ganado en los últimos años siete Europa League y ahora mismo es el caos, porque la pasión es muy grande. Hemos tenido una mala racha y ya escucho que se cae el equipo. Y aunque se cayera el equipo, te repito, hemos estado ya con 41-11 de balance, tenemos tres títulos, y en el mes de mayo estás vivo, que hay muchos equipos que ya en el mes de abril no juegan ninguna competición, ya no juegan a nada. Nosotros tenemos esa posibilidad, esa ilusión. Tenemos que reflexionar club y entorno, de que esto es una maravilla, que cuanto más lo aguantemos será mejor, cuando tengamos más prudencia, podremos aguantarlo más. No seamos histéricos en el momento que se tengan dos partidos malos. Ya lo sufrimos nosotros, nosotros sufrimos el tema y, evidentemente, lo llevas por dentro, pero creo que eso es muy importante trasladarlo a la gente. Esto ahora es un proyecto de éxito porque hicimos cosas maravillosas: dos títulos de Copa del Rey, una Intercontinental, la BCL, la Supercopa de España, se han celebrado eventos, nos ha recibido su Majestad el Rey, que creo que es una cosa también importante para la entidad... Son cosas muy grandes. Allá donde vamos Juanma es permanentemente elogiado y nosotros también, de gestión del club, somos un ejemplo de Málaga para afuera. Alguna vez le dije a Juanma que si fuéramos balcánicos o de por ahí, seguramente este proyecto tendría más repercusión, pero somos de Málaga.
R.J. R. Al hilo de eso, yo recuerdo 2018, que yo me voy de Cleveland, y es cuando ellos vienen de ganar un anillo, y se va Lebron.
R.L. N. ¿Te mandaron un anillo, no?
R.J. R. Sí, tengo un anillo que me mandaron. Y allí la tradición y la cultura y lo que es el baloncesto americano, la NBA, ellos entienden perfectamente que a partir de ahí hay que hacer una reconstrucción. ¿Esto en Europa? No, porque vivimos el baloncesto de otra manera. Pasaron unos años y Cleveland ahora está ahí otra vez, han sido primeros del Este y en semifinales de Conferencia. Bueno, hay unos años en que tú tienes que reconstruir. Esto aquí es difícil. Antonio decía el dato de 41-11, la temporada anterior 47-13 y la otra 44-17 o algo así. Se ha ganado mucho, muchísimo, y de mucho, muchos partidos. Algo que no es normal. Cuando nosotros perdamos, supuestamente, ojalá estén aquí muchísimos años, a nuestro entrenador y perdamos a algunos jugadores importantes, pues habrá que volver a empezar. Y no va a ser sencillo porque todos vamos a tener en la mente el Unicaja de estos años, pero el Unicaja de esos años ya no será este, es otro que hay que volver a construir. En Europa se vive de una manera distinta, se vive el resultado, la pasión, el día a día y es muy difícil. Evidentemente, todo eso ayuda más si el entorno lo entiende, pero aquí sabemos que es difícil, porque repetir todo eso... Nuestro entrenador tiene más de un 70% de victorias, eso es una barbaridad. Entonces habrá que intentar cumplir los objetivos que siempre nos hemos puesto: intentar estar en la Copa, intentar estar en el play off, intentar llegar lo más lejos posible en Europa... Pero para eso lo tiene que entender todo el mundo. Yo sé que esto oírlo no gusta o parece que es un mensaje no ambicioso, No, todo lo contrario, es un mensaje realista.

P. ¿Cómo se trabaja mantener el hambre?
R.L. N. Pues el hambre hay que mantenerla porque hay que mirar para adelante. Yo siempre digo que en todo en mi vida no tengo en la cabeza el espejo retrovisor, yo miro para adelante, como árbitro y como todo. Yo no me acuerdo ni de cuando arbitraba, ni de cuando estaba en otro lado, yo miro para adelante. Entonces la ambición es el partido que viene, el siguiente. Y con esa ambición mirar para adelante, todo a un partido, un poco al estilo Simeone, como él dice, que es un poco mi estilo. Nosotros vamos para adelante, tenemos las ideas claras y para adelante. Podemos perder, pero hay que perder muriendo. Tú lo que no puedes es perder sin sentir la camiseta. Eso es morir. Y nosotros vamos a morir.
R.J. R. Pero lo bueno que tenemos, Antonio, es que tenemos un grupo de mucha gente que lleva mucho tiempo y que ya sienten esto como suyo, y que tienen una gran responsabilidad.
R.L. N. Otro tema que yo creo que es importante, para nosotros y para el baloncesto nacional, es la fidelización. La verdad es que es muy cara por el tema fiscal en este deporte, pero el fidelizar a la gente es clave.
P.¿Cuánto supone esa fidelización? ¿Un 20 o un 30%?
R.J. R. Después del primer año ya pasas a ser residente.
R.L. N. Pasas a ser residente y tienes una fiscalidad distinta. Además, si un jugador juega bien, aumentas contratos y aumentas impuestos. Impuestos al 45%. Yo se lo decía a alguien muy importante del baloncesto, que está en un gran programa nacional. No voy a darte el nombre, pero es muy conocido. Y me decía, 'es que los equipos… El mérito es que no habéis cambiado, los equipos cambian cada año, si ellos mantuvieran…' Cuando yo le expliqué el porqué, lo que me extrañó de manera increíble es que un tío que está en el mundo del baloncesto, que está en un programa nacional, no supiera que eso es lo que ocurre cuando un equipo de la parte baja de la tabla tiene que cambiar a los jugadores, porque es que el jugador, si juega bien, te va a pedir más dinero. Es decir, si ganaba 100, te va a pedir 150. Y además, los impuestos.
R.J. R. Yo los tres años cambié en Sevilla al quinteto titular. Era donde yo me gastaba el dinero. Cambiabas al quinteto titular, porque al año siguiente pasaban a ser residentes, y si encima habían jugado medianamente bien, ya no llegabas.
R.L. N. ¿Qué ocurre? Que eso genera una no-fidelización. Es decir, la gente ahora mismo… Si vas por la calle, con los colegios, con todos los que han ido, tú le preguntas por Kalinoski, por Dylan, por Perry, pues todos los conocen. Pero yo, que veía baloncesto, que estaba viajando en el fútbol y lo miraba, había años que no tengo el concepto de qué jugadores estaban en la temporada de Unicaja, porque tú cambiabas y al año siguiente eran otros, no había una fidelización. Alberto era el único fijo. O Carlos Suárez, en un momento determinado. Pero el resto… El otro día había un aficionado en Barcelona con la camiseta de Tillie, y es del último que ha llegado. O los demás, de Kalinoski. Hay un chico en Infierno Verde que le llaman Kalinito, porque es de Kalinoski. Entonces, eso genera una devoción alrededor del club, del equipo y del club.
R.J. R. Es eso, yo creo, y el modelo de cómo se ha trabajado. Y yo creo que eso ya se está trasladando también a los propios jugadores. De cómo estamos trabajando a nivel de cuerpo técnico, de cómo se cuida a los jugadores. No vamos a vender ahora la bondad de nuestra ciudad, de nuestro patrocinador, que eso ya lo sabemos.
R.L. N. Dos cosas muy importantes. Estamos en el año 48 del club, gracias a un patrocinio y una estabilidad importantísima que ha dado Unicaja, sus diferentes modelos de caja de ahorro, como la Fundación ahora, que es el propietario, como el banco de patrocinador. Ese es, digamos, el suelo que ha mantenido hasta aquí ahora. Pero, evidentemente, hay que echarle más sal. Y nosotros ahora mismo, el patrocinador, que está en una línea similar en cuanto a patrocinio…
P.¿Cómo han crecido esos recursos propios?
R.L. N. Cuando llegamos nosotros en el presupuesto estábamos en 10.5 millones, ahora estamos en torno a los de 15.5 millones.
P.¿Todo eso generado por el club?
R.L. N. Sí, recursos propios. Estos años han sido recursos generados por el club. El patrocinador ha mantenido su línea y, si hace falta en un momento determinado nunca vamos a tener problemas, pero nuestra obligación es crecer desde el club.
P.O sea, el 60% del presupuesto lo genera el club per se.
R.L. N. Sí, más o menos, generado aparte de la aportación del Banco y la Fundación.
R.J. R. Yo decía que hay esa identificación también por cómo se están haciendo las cosas, tanto a nivel del club como a nivel del cuerpo técnico, de cuidar a los jugadores, del trabajo físico, del trabajo técnico, de estar pendientes de un montón de cosas....Y creo que eso también se está trasladando. Esa es una faceta más mía, cuando yo voy al mercado, evidentemente siempre hay que intentar, como yo digo, picar lo más alto posible. No hay peor gestión que la que no se hace. Y nosotros encontramos una respuesta positiva de incluso llegar a tener entrevistas con jugadores que tú pensabas que no podías acceder a ellos y ahora te escuchan, porque la gente sabe cómo se está funcionando, sabe qué modelo hay. Entre los mismos jugadores eso se comenta, se traslada y creo que eso es otra parte muy importante. Esa identificación, a la vez ese sentimiento y responsabilidad de los que siguen y que encima quieren más. Y después cómo se están haciendo las cosas. Y hablo sobre todo ahí del cuerpo técnico, que está haciendo un trabajo espectacular.
R.L. N. Y cuando venga alguien de fuera… Si alguien nos viene y tiene la posibilidad de irse y crecer, yo lo entiendo, es que lo entiendo perfectamente. Con Darío nuestra relación es magnífica. Nos vemos en Barcelona, nos tenemos cariño y yo entiendo perfectamente cuáles son los tiempos. Él hizo su etapa aquí, ha tenido la oportunidad de irse a un club en el cual juega la Euroliga, donde le van a pagar un contrato que nosotros no podemos llegar. Ahora, lo que sí quede claro. Nosotros no negociamos la cláusula. Es decir, cuando alguien quiera venir por algún jugador nuestro es que se quiere ir él. La cláusula, hay que tenerlo muy claro, la paga un club cuando el jugador está de acuerdo en irse. No es que el club le fuerce. Pero lo que nosotros no vamos a negociar es ninguna cláusula. Es decir, si tienen la cláusula de en equis, nosotros ni por la mitad de equis, ni por el tercer cuarto de equis, ni por la mínima parte de equis vamos a negociar. El que se quiera ir, tiene que pagar su cláusula, porque está en su contrato y punto.
P.¿Cómo se puede gestionar ese núcleo duro cuando alguno ya no esté para rendir al gran nivel actual? Se ha renovado a Djedovic, jugador veterano, con un rol muy determinado. ¿Cómo se gestiona eso?
R. J. R. Yo creo que es muy importante, vuelvo a lo de siempre, saber de dónde veníamos y dónde estamos. Y ha habido gente que ha hecho un trabajo aquí fantástico. La gran mayoría de nuestros jugadores. En el caso de Djedo, consideramos que todavía puede hacer un trabajo muy importante.
P. ¿Es un trabajo más invisible?
R.J. R. Un trabajo más invisible, y también visible, porque al final se sigue sintiendo jugador, quiere competir y quiere hacerlo bien. Pero tiene otras virtudes fantásticas que creo que nosotros las necesitamos todavía. Y entonces, eso lo gestionaremos. Evidentemente, a la par que se hace eso, también se analiza el futuro, se analiza el posible rendimiento que pueden tener jugadores. Entonces, pues estamos trabajando en cómo ajustamos todo eso, para seguir siendo lo más competitivos posible.
R.L. N. Hay algo en la vida, en la vida de cualquier club, de cualquier modalidad deportiva y de cualquier entidad humana, que cuando un jugador, sobre todo si ha tenido una trayectoria importante en el club, gestionar la salida es complicado, porque si no te puede generar problemas. Nosotros vamos a intentar trabajarla de una manera señorial y humana, cuando llegue el momento. Y hablarlo con él de manera clara, yo creo que las personas se hablan y se busca una salida. Cuando llegamos, por ejemplo, nos tocó sacar a Carlos Suárez y tuvo una salida aquí creo que magnífica. Nuestra relación, la mía personal con él, es magnífica. Colabora con nosotros en la radio, para nosotros es uno más. Y cuando hubo la oportunidad de que se vistiera por última vez, lo hizo. Cuando se fue yo le dije, 'tú intenta alargar lo que puedas, que la vida es muy larga'. Es difícil cuando un jugador ha sido parte 8, 9, 7 años, pero la salida hay que buscarla bien. Y trabajamos eso. Juanma trabajará la parte deportiva, y yo voy a trabajar la parte emocional, que cuando se vaya del club, se vaya contento, que no es que se tengan que ir aún. Además, algunas veces, cuando algún jugador tenga que tomar la decisión de irse porque tenga un proyecto que le ilusione más en lo deportivo, en lo económico, porque tú veas que es real... Pues ocurrirá.
R.J. R. Eso es una parte muy importante también, lo que significa el club. Yo hablaba hace un mes y medio con un jugador que queremos que continúe, es uno de los del núcleo duro también. Y yo le decía una cosa: 'Mira, David [Kravish], tú eres uno de los nuestros. A mí me gustaría que tu hijo, que tiene ahora 4 años, cuando tenga 20 puedas venir aquí al Carpena y tú salgas ahí con él y que tu hijo se dé cuenta de lo que tú has sido aquí. Eso es algo que te lo vas a llevar para toda tu vida. Y que tu hijo va a decir, hostia, lo que hizo mi padre'. Hay mucho trabajo de muchas cosas, de conjuntar muchas cosas, y en el caso de las salidas siempre va a ser duro. Evidentemente, cuando un jugador, ya pensemos que nos ha dado el tope de sus posibilidades, evidentemente, buscaremos la mejor salida posible, como ha dicho Antonio, e intentaremos preparar para el futuro. Incluso, en este caso que has comentado de Djedovic, estamos viendo cómo ajustamos un poco eso para intentar seguir siendo lo más competitivo posible. Aunque a lo mejor su protagonismo baje un poco, va a tener un protagonismo en otro sitio, pero va a seguir teniendo un protagonismo invisible, que es muy necesario en este equipo. Un poco lo que hizo Will Thomas en su última etapa.
R.L. N. Un detalle de Djedovic, en este momento. En un partido que teníamos hace poco, que fue en Vilnius, en el que ya estábamos clasificados, el cuerpo técnico midió las cargas y por la mañana, en la charla, le dijeron a todos el minuto y el cuarto en que iban a salir. Entonces, faltando nada, estaba el partido equilibrado. Paco Aurioles estaba midiendo y le quitaron 40 segundos antes a Djedovic para que entrara Carter, me parece que fue, que fue clave para ganar. Y no veas cómo estaba Djedovic... (risas). O sea, que hambre sigue teniendo, mucha, por jugar.
R.J. R. Y muchos aquel día dijeron, 'oye, podríamos hacer esto más veces'.
R.L. N. Decían que estaban más tranquilos, sí.
P.El respeto a la historia ha sido una obsesion en esta etapa.
R.L. N. Para mí es fundamental, es algo de lo cual nos tenemos que sentir orgullosos. Cuando tú vienes aquí por las tardes, aparte de los jugadores de cantera que tenemos, que son muchos, están los veteranos, que también tienen sus problemas, porque ellos creen que, en el momento en que se ponen la camiseta, se sigue siendo un jugador... Pero el cariño, la historia, respetar a cada uno de los que vienen por aquí... Creo que muchos clubes nos están imitando en eso, en la manera de hacer las cosas, pero la historia hay que respetarla. Por ejemplo, antes decía, éramos rivales, entre comillas, con Javier Imbroda, que en paz descanse, con Pedro Ramírez, discutíamos mucho. Cuando llegamos al 30 aniversario, fuimos uno. Yo creo que Maristas no habían tenido la oportunidad de poner en valor sus valores más que en el 30 aniversario del club. Pero eso lo tenía muy claro yo, porque del rival aprendes. La fusión al final fue buena. Yo me negué a la fusión, vamos, yo como aficionado talibán yo estaba en contra de la fusión, porque además yo entendía, ¿para qué nos vamos a fusionar, si el hermano de éste [en referencia a Nacho Rodríguez] e Imbroda van a cruzar el río sin problema? ¿Para qué nos vamos a fusionar? Pero bueno, con el tiempo, fueron unos años muy bonitos de baloncesto de la ciudad, eso es innegable, unos años muy vitales. Fue maravilloso, las dos partes aportaron sus ideas.
R.J. R. Yo definiría un poco esto, todo lo que hemos hablado, en tres palabras: pasión, que hay mucha pasión desde el presidente, el director deportivo, el entrenador, muchos de nuestros jugadores... hay una identidad y hay alma. Cuando tú consigues eso en el deporte profesional, tienes más cerca el éxito.
R.L. N. Ibon tiene una culpa extraordinaria en la parte de equipo por convencer a la gente. Quieras o no, el jugador de deporte profesional, en general, la mayoría es muy egoísta. Convencer a la gente de que un proyecto ganador común te beneficie también a ti, como proyecto personal, y demostrarlo es complicado, ¿eh? Son cosas que vas aprendiendo con el tiempo. Ves a este jugar y dices 'es que mete treinta y tantos puntos'. Sí, pero el equipo pierde, el equipo pierde mucho.
R.J. R. Eso también pasa en el club, por ejemplo, toda la gente que trabaja en Los Guindos trabaja también en el partido. Hay pequeñas cosas que no se ven, por eso te he dicho que hay mucho trabajo. Se dice mucho 'vamos a repetir lo que se está haciendo allí'. Lo de copiar el modelo. Igual que ahora hay muchos equipos que juegan parecido a nosotros, después están los matices de cada uno, eso no es sencillo. Después eso lo tienes que ejecutar, porque hay un trabajo cada día. Aquí hay muchos pequeños detalles que engrandecen al club. Antonio, por ejemplo, decidió darle un bono a la gente de la oficina por ganar títulos, eso no había pasado casi nunca. Son pequeños detalles. Cuando yo gané la Liga, a la gente de la oficina no le dieron un bono. También se le hizo una pequeña réplica de la Copa a cada empleado. El retorno que hay después a eso, de entrega, de profesionalidad... Mira, el otro día vino aquí Kameron Taylor, que se iba para el nacimiento de su hija a Estados Unidos. Vino aquí y le dimos la camiseta de la niña. El tío se pone a llorar. 'Cuando lo vea mi mujer...'. Él puso la foto en redes sociales con la niña con la camiseta. Le dio un abrazo a Antonio. Son cosas que yo creo que no cuestan.
R.L. N. Ese mismo día nació la hija de Chiki [Gil], entrenador de la cantera. Pues lo mismo. Igual. Son del club. Porque el primer equipo tiene todos los elogios normales que tiene. Pero el club, la gente de aquí... Mi gran sorpresa es el gran nivel que tiene la gente de Los Guindos y la identificación que tiene. Esperaba menos. Sinceramente, ¿por qué? Porque yo lo que veía era el resultado. Yo veía el resultado desde fuera. Pero es que yo creo que podían estar un poco capados. Porque aquí no ha cambiado nadie. Y todo lo que la gente cree por fuera, que hemos crecido mucho... La base está en ellos. Aquí hay un quid pro quo. Solo no aprendes nada. Entonces tú vas dando tu idea, ellos la suya. Ellos me conocen. Pues vamos. Y ellos tienen un cariño a esta entidad enorme. Lo que sí tienen la gente es un cariño en general. Al menos el 95%. Pasión. Pasión auténtica. Y tú tienes que trasladarla. Yo con 67 años aquí no estoy por dinero aunque cobro porque yo estoy convencido de que la gente tiene que cobrar por lo que hace. Tú tienes que tener un respeto mínimo. Pero a partir de ahí, esto lo haría igual. ¿Por qué? Porque te gusta. Con 67 años que yo tengo, si yo no hago algo que me gusta, me voy. Yo tengo mi jubilación cuando quiera. Yo ya como digo, ni rico ni pobre. Entonces, por lo tanto, yo no tengo ninguna necesidad. Mi necesidad está en traer ilusión, en trasladar la ilusión. Y que yo me ilusiono. A mí todavía, hoy lo que más me gusta es viajar con el equipo y sufrir el partido y mirar... Yo vivo. El otro día se lo decía a Mario Bruno, el de Barcelona. '¿Presidente, cómo lleva esto?' Yo digo, pues mira, a mí ya es lo que más me pone.
R.J. R. Pero ya quieres ganar siempre también (risas).
R.L. N. Claro que quiero ganar siempre. Como todo el mundo, hay que intentar ganar. Pero hay que saber perder. Y eso más importante. Hay que saber perder. Y un club tiene que saber perder. Pero, repito, que es muy importante que la gente que estaba aquí es la misma y que si el club ha trasladado esa imagen es por el trabajo de ellos, porque el trabajo lo hacen ellos. Aquí no hemos fichado a ningún director general de gurú. Aquí lo que hemos hecho es que la gente que estaba más abajo va a subir un poquito más arriba y eso va a generar ilusión, porque nuestra estructura es pequeña. Cuando veo la estructura de un club de fútbol, no sé cuántos tiene el Málaga ahora.

P.Bajaron tras el ERE, unos 70.
R.L. N. Bueno, nosotros no llegamos ni a 20. Bastantes menos. Y creo que damos una respuesta muy parecida. Si tú ahora mismo proporcionas los aficionados que tienen Málaga y Unicaja, pues tendríamos que tener 40. Y con 15-16 fíjate tú lo bien que funciona.
P.Pero también le oí que deben crecer, por ejemplo, en la dirección deportiva. Está sólo Juanma.
R. L. N. Eso es una asignatura pendiente absoluta, más cómo está el baloncesto actual configurado. Es decir, hoy la cantera como tal tiene muchas posibilidades identitarias, pero evidentemente tenemos un escape que hay que subirse a la ola y no ponerse en contra de ella. Habrá que buscar estrategias para meterse en esa ola. Contra eso no se puede luchar. Es decir, cuando te vienen por un niño y le dan una carrera y una cantidad de dinero muy grande, pues yo entiendo que al final el niño, el padre y todo el mundo quieran irse por ahí. Nosotros tenemos que tener una secretaría técnica para buscar una tipología de jugadores que puedan llegar al primer equipo y que puedan servir también como proyectos de futuro. Entonces, para mí, el gran problema que tiene este club a día de hoy es que, dentro del poco personal que tiene, la estructura que tenemos, es que en deporte está una persona. Están los entrenadores, pero dedicado a esto está Juanma.
R.J. R. Cuándo se destina el 60-70% del presupuesto a eso, al primer equipo.
R.L. N. No, no, más del 70%. Entonces yo creo que necesitamos una secretaría técnica que tenga un informe sólido, que tenga una visión, digamos, por delante no ya sólo del primer equipo, sino de proyectos de futuro, porque claro, en la ACB no juega cualquiera. Es que cuando la gente dice que fulano quiere que llegue... La ACB, cuando te das cuenta lo fuerte que es, tú fíjate cuántos jugadores españoles de rango hay en la ACB. No digamos el 12 o el 10 o el 9 del equipo. Jugadores de rango. No te voy a decir nombres. Un día estaba viendo la Selección Española y llamé a Juanma a su casa. Y le dije 'Si tú tuvieras que fichar a un jugador de los que hay ahí, sin contar que sea cupo. ¿Cuántos fichabas?'
R.J. R. Le dije uno. Uno o dos.
R.L. N. Y coincidimos en los dos nombres. Los dos, que no eran para ser líderes de la plantilla, pero estarían en una plantilla de 12, bien configurada para jugar, no en el quinteto inicial, seguramente, pero unos hombres digamos especialistas de rol. Del resto, ninguno. Esa es la realidad. No es por nada, no porque se estén haciendo las cosas mal. La gente dice que antes llegaba mucha gente a la cantera, la época de Gaby Ruiz y esta generación. Claro, es que había dos americanos y no estaba la Ley Bosman. La ACB tenía otro nivel, pero hoy en día tú tienes el mercado americano y tienes jugadores que han salido de la NBA con una formación, con un talento natural y tú dices, bueno, es que además, aquello es tan grande, lo juegan tanta gente, y aquí juegan menos. Contra eso no se puede luchar y el cupo ahora mismo es lo que mantiene al deportista español en el baloncesto. Y cuidado, que yo creo que la Federación, que a lo mejor también se lo impide la ley Bosman o lo que sea, tiene una LEB Oro que prácticamente es una copia en menor de la ACB, con jugadores veteranos, de fuera, que juegan ahí los últimos años.... Incluso la LEB Plata, que para que juegue un chaval ahí...
R.J. R. Deberíamos cambiar el concepto a jugadores seleccionables, válidos para la selección, porque si no va a ser un problema.
R.L. N. Minimo, pero bueno, eso es un debate a otro nivel.
P.El concepto de la nueva competición NBA en Europa, un cambio que parece importante. ¿Qué feeling tienen?
R. L. N. A mí me dan buen feeling, pero yo ya no me fío de nada. Ayer hablé con una persona importante que me volvió a trasladar que había buen feeling, pero vamos a esperar. Yo creo que se va a desarrollar el año que viene, cuando termine el contrato de la televisión de la Euroliga, que es el tiempo que vamos a darnos. Y yo creo que el año que viene, durante la temporada 2025/26, vamos a tener noticias de lo que va a ser el futuro o la posibilidad del futuro. No sé por dónde vamos a tirar. Yo espero que mejoremos. Nosotros ahora mismo no estamos mal. Tened en cuenta que para mí lo que sí tengo claro es que lo más importante para este club es la ACB, competiciones ACB. Y las competiciones europeas, bueno, ahí estaremos. Pero que no olvidemos que a la gente en cualquier competición europea le cuesta ir al pabellón. Nuestras entradas en competiciones europeas son más flojas. En cualquier competición, históricamente, hablo de época Euroliga también. Un miércoles la gente va a ir al pabellón menos que un fin de semana. Te doy un dato. Jugando en la Euroliga un miércoles y el domingo ha venido aquí el Obradorio y ha tenido más público el Obradorio. Pero no es Unicaja. Son todos los clubes. El otro día me decían que 'para meter 2.000 en La Laguna los miércoles nos cuesta'. Y el otro día me decían en Valencia 'es que aquí hemos tenido que cerrar gradas'... Es que es muy bonito poner cuatro pistas, como la de Partizan, donde no hay liga importante, y llenar y contar después las bondades de la Euroliga. Que son bondades deportivas, que yo me chupo un montón de partidos porque me gustan, pero también me gustaría comer a lo mejor todos los días marisco y no me lo puedo permitir. Entonces yo creo que hay que tener el orden para comer todos los días y comer bien. Y no inflarte un día, estilo con el jeque en el Málaga, yo le dije al año 2012, Málaga va a estar ahí y ahí está. Tienes que tener el criterio absolutamente claro para tener un rumbo normal. Entonces esperemos que haya orden. El baloncesto tiene un desorden total. Los partidos que son estresantes económicamente no les renta a ningún club. El club no gana más dinero por jugar un partido martes, miércoles o viernes. Le pierden dinero todo. Pero claro, hay gente que está muy apasionada, este deporte genera gente muy apasionada, que le encanta, que tiene dinero y que invierte su dinero en el baloncesto. No invierte, gasta su dinero en el baloncesto porque es un capricho. Contra eso es muy difícil luchar.
P.¿Discuten mucho?
R. L. N. Alguna vez, alguna vez.
P.¿Pero enfados?
R.L. N. No, no. Tenemos muy buena relación. Discutimos, tenemos opiniones encontradas, él es muy pasional. Aunque yo soy muy pasional, él también. Es menos pasional que yo pero, una vez terminados los partidos, sobre todo con determinados temas, también es muy pasional. Pero si no pones pasión, no te duele. Generalmente no hemos estado enfadados nunca, la verdad. Hemos podido discutir desde diferentes puntos de vista pero no hemos llegado nunca a enfadarnos. Es la naturalidad y yo creo que ese es un espacio también muy bueno que tenemos en el club, tú puedes discutir y puedes tener opiniones distintas y las hay. Si todos tienen la misma no creces, pero evidentemente él tiene su punto de vista, me lo traslada. Yo también le hago ver cosas desde mi faceta. Él lo ve muchas veces desde el punto de vista más cercano al cuerpo técnico. Y yo, aunque no soy lejano a ellos, tengo que ver también el club y otros aspectos.
R.J. R. Un equilibrio.
R.L. N. Yo lo que me queda aquí, evidentemente, él es fundamental, lo he dicho antes y también Ibon, lo hemos renovado hasta el 27, que es cuando cumple mi mandato, por lo tanto no creo que haya problemas.
P.¿2027 es la última frontera?
R.L. N. Esa es mi frontera, yo no sé si es la última o la siguiente, esa es mi frontera real. Dos años en deporte es mucho, hay que tenerlo claro. Dos años en deporte es mucho.
También te puede interesar