Lucas Langarita castiga al Unicaja Alhaurín de la Torre (78-91)

El escolta maño (31 puntos) y un mal primer tiempo llevan al equipo malagueño a una derrota que le deja con un balance de 1-7 en la Liga U22

Las fotos del partido

Wilmer Mejía y Lucas Langarita.
Wilmer Mejía y Lucas Langarita. / ACB Photo / M. Pozo

El Unicaja Alhaurín de la Torre cayó ante el Casademont Zaragoza en la octava jornada de la primera fase, primera de la segunda vuelta, de la Liga U 22 (78-91). El equipo malagueño, que no contó con Marcus Moller, con la selección absoluta de Dinamarca durante las ventanas, no entró bien el partido para competir con el equipo maño, con una plantilla madura, con la base de un equipo junior que fue bronce nacional dos años seguidos (con Aday Mara en sus filas) y estuvo a punto de ganar la Euroliga y que la ha reforzado con perfiles más físicos. Ese mal primer tiempo, por debajo del nivel propio, le impidió competir de verdad el duelo ante un gran bloque. Lucas Langarita, jugador con años jugando en ACB y Primera FEB y en órbita de selección española, empezó a descoser el duelo desequilibrando y ejecutando. Hace tres años, en Málaga, era elegido en el quinteto ideal del Mundial sub 17. Su aterrizaje en la élite hacía adivinar una consolidación más rápida que no se ha producido, pero en el Blas Infante dejó un recital de baloncesto que continuaría en la segunda mitad en el momento en el que el equipo dirigido por Manolo Trujillo inquietó e hizo sufrir al rival. Acabaría con 31 puntos.

13-29 era el parcial del primer cuarto. En el Unicaja, los jugadores desequilibrantes tenían esta vez más problemas para marcar diferencias ante sus pares. Los pívots, Butajevas y Moller, han sido los que han producido numéricamente en abundancia, pero el lituano se enfrentaba a una batería de físicos más altos y fuertes y el danés no estaba. Y Wilmer Mejía, que tras su irrupción en su debut ante el Canarias tiene ahora más focos encima también desde los rivales, ofrecía alguna canasta de calidad, pero le costaba producir, aunque no dejaba de intentarlo (con pérdidas), sacando faltas. Tampoco había acierto cuando se encontraba algún triple abierto.

Las pérdidas del cuadro malagueño eran numerosas, era complicado crear una situación de lanzamiento mínimamente cómoda, aparecían brazos por todos lados y cerca del aro la intimidación maña era grande. Así que el partido se escapaba ya mediado el segundo cuarto (15-40, al descanso 28-50), se trataba de competir de la mejor manera posible hasta el final y seguir acumulando experiencias también cuando existe frustración, por más doloroso que fuera el marcador ante el mejor de los equipos ‘terrenales’ de la competición, no lejos de Madrid y Barcelona.

Tras el descanso, los mejores minutos del Unicaja. Tuvo orgullo y dignidad el equipo malagueño, apretando y haciendo sufrir al rival, rebajando hasta los 13 puntos (41-54) con un triple de Valero y un par de mates de Wilmer Mejía tras grandes momentos defensivos. Tuvo un par de ataques para bajar a 10, pero no los aprovechó y Langarita cogió su fusil para liquidar el partido con varias acciones de un nivel superior al de esta liga para apagar la reacción malagueña (49-73 al final del tercer cuarto). No dejó de luchar, no obstante, el Unicaja, con buenos minutos de Cazorla y Valero (17 puntos) en el tramo final para reducir la diferencia. Wilmer Mejía fue el máximo anotador local (19 puntos).

Tras esta derrota, 1-7 es el balance malagueño. Ocupa la octava plaza, última del grupo, y el reto es escapar de ella para no caer al B. Sexto y séptimo juegan un play in con segundo y tercero del otro.

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