Mario Saint-Supéry se despide para ir a la NCAA: "Gracias, Málaga; gracias al equipo de mi vida; gracias, Unicaja"

El malagueño inicia su periplo en la NCAA dejando un buen dinero en las arcas del club

Ejim también se va

Mario Saint-Supéry, con la Copa de 2023.
Mario Saint-Supéry, con la Copa de 2023. / ACB Photo

Día de despedidas en el Unicaja. Se marcha Mario Saint-Supéry. Emprende su carrera en Estados Unidos para intentar cumplir el sueño de jugar en la NBA. Su primer paso es ir a la universidad de Gonzaga, donde jugará desde la próxima temporada. A través de las redes sociales, el joven rinconero (19 años), que deja un buen dinero (en torno al medio millón de euros) con su salida del club, se despedía de la entidad en la que entró con 11 años y en la que llegó a debutar en la élite y también a disfrutar de parte de este ciclo glorioso en su primera parte. Se va como el jugador más joven (15 años) en debutar con la camiseta cajista en partido oficial, igual habrá reencuentro en el futuro.

"Unicaja es mi casa, soy malagueño, gran parte de mi familia es malagueña. Málaga es mi tierra, donde me he criado, si soy jugador profesional de baloncesto, en buena parte, es gracias a lo que he aprendido en este club, donde, desde sus categorías inferiores, he crecido hasta poder cumplir el sueño de todo niño, debutar en la ACB en mi casa con mi gente. En ese desarrollo, las cesiones, que a veces parecen difíciles, al verte alejado de tu principal ilusión que es jugar en tu equipo, han sido lecciones que me han ayudado a crecer. Quiero agradecer a todos los compañeros y entrenadores que he tenido desde el primer día, también dar las gracias a los fisios, prepas y gente de las oficinas del club, así como a los directivos que me han hecho entender los valores con los que debo competir y honrar esta camiseta y este deporte.

"También gracias a la marea verde y a los Mihitas, por el cariño que he recibido desde el primer día, y porque el Carpena no sería nada sin vosotros. A mi familia, por apoyarme y acompañarme siempre a la hora de cumplir mis sueños, a mis padres en especial, pero sobre todo hoy quiero dar las gracias a mi madre, ya que mi padre me enseñó a amar este deporte, pero mi madre me ha educado con los valores que me hacen ser la persona que soy hoy. Me voy a un nuevo país y empiezo un nuevo reto con todo lo aprendido y con la misma ilusión de siempre. Gracias, Málaga; gracias al equipo de mi vida, gracias, Unicaja", decía el joven malagueño.

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